España aporta cuatro F-18, un avión nodriza, una fragata y un submarino contra Gadafi

Actualización  

Sobre las 18:00 horas de la tarde del sábado salió de la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) una patrulla compuesta por cuatro cazabombarderos F-18 para participar en la coalición internacional encargada de proteger a libios de Bengasi y otras ciudades controladas por los milicianos de los bombardeos de las tropas de Muamar el Gadafi. Los cuatro cazas españoles --habrá dos más de relevo-- y un avión Boeing-707 de reabastecimiento en vuelo, también con base en Torrejón, actuarán  desde Decimonannu (al sur de Cerdeña) y estarán operativos a partir de mañana para realizar misiones de patrulla aérea. Franceses y norteamericanos comenzaron el sábado a atacar objetivos militares libios. 

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explicó al término de la  cumbre convocada el sábado por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que España aportará también una fragata F-100 --probablemente la Álvaro de Bazán--, un submarino y un avión de patrilla marítima Orión P-3 para vigilar el cumplimiento del embargo de armas al régimen de Gadafi. En una comparecencia en la embajada española, el presidente dijo que "España asume su responsabilidad para hacer efectiva la resolución de Naciones Unidas; asume su responsabilidad de proteger al pueblo de Libia".  

A la reunión acudieron el primer ministro británico David Cameron, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y representantes de los gobiernos de Alemania, Noruega, Holanda, Polonia, Dinamarca, Bélgica, Italia, Grecia, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Marruecos y Cata. También estuvieron presentes el Consejo Europeo, la Unión Europea (UE), la Liga Árabe y la ONU, representada por su secretario general, Ban Ki-moon.  

Los países participantes en la cumbre acordaron que sus contribuciones serán "diferenciadas", pero actuarán de forma conjunta. "Estamos decididos a actuar colectivamente y de forma resuelta para dar pleno efecto" a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, según la declaración divulgada por la presidencia francesa al término de la reunión. Según esta declaración se van a "tomar todas las acciones necesarias, incluidas las militares", que también están contempladas en la resolución del Consejo de Seguridad, y el compromiso va a ser duradero: "No dejaremos que el coronel Gadafi siga desafiando a la comunidad internacional y menospreciando a su pueblo (...) Continuaremos nuestra ayuda a favor de los libios para que puedan reconstruir su país, con el pleno respeto de la soberanía y de la integridad territorial de Libia", añade la nota.  

La secretaria norteamericana, Clinton, dijo que el objetivo de Estados Unidos es "proteger a los libios del ataque de su propio gobierno". El inglés Cameron manifestó que Gadafi ha "mentido" a la comunidad internacional al romper el alto el fuego anunciado tras la resolución de la ONU y dijo que "la ha de ser urgente; tenemos que hacer cumplir la voluntad de Naciones Unidas y no podemos permitir que continúe la masacre de civiles".  

Primer ataque francés  

Nada más concluir la cumbre, el Ministerio de Defensa francés anunciaba que sus aviones Rafale ya estaban en el teatro de operaciones y habían abierto fuego a las 17:45 contra las tropas de Gadafi que marchan al asalto de Bengasi. La zona de exclusión es, en principio, de unos 150 kilómetros en torno a esa ciudad, la segunda en importancia de Libia, que se encuentra en manos de los milicianos. "Nuestos aviones ya frenan los ataques de Gadafi", informó Sarkozy. Según la cadena de televión Al Yazira, el primer ataque de los cazas franceses se produjo al sudeste de Bengasi e iba dirigido contra cuatro tanques de las fuerzas de Gadafi.  

En España, la ministra de Defensa, Carme Chacón, presidió a primera hora de la tarde del sábado la reunión del Estado Mayor de la Defensa para cursar las órdenes del presidente Zapatero de iniciar y coordinar el despliegue. Chacón asistirá el lunes en San Fernando (Cádiz) en la botadura de un buque para la Armada y se reunirá en la base aeronaval de Rota con los mandos de las unidades encargadas de vigilar el embargo a Libia. El Gobiern ha dado el visto bueno al incremento de las fuerzas norteamericanas tanto en Rota como en Morón.  

Según medios gubernamentales será el propio presidente Zapatero quien informe al pleno del Congreso de las operaciones y solicite --en este caso, después de haber comprometido la participación española-- el preceptivo permiso para el uso de la fuerza por motivos humanitarios y en cumplimiento de las dos resoluciones de Naciones Unidas contra el dictador libio. La “exclusión aérea” recogida en la resolución 1973 permite la protección de toda la población civil de Libia (6 millones de habitantes) y la destrucción de las bases y unidades militares al mando del dictador y sus hijos, que se han apresurado a formar "escudos humanos" de civiles para proteger sus instalaciones.   

Las fuentes gubernamentales españolas confían en que la intervención militar disuada a Gadafi de proseguir su ofensiva sobre Bengasi y le lleve a abandonar el poder. La diplomacia nicomédica (por detrás) del dictador libio le ha permitido ganar tiempo, rearmarse y contratar mercenarios. También ha apelado, sin pruebas, a la relación de los rebeldes con Al Qaeda. Su propaganda nacionalista ha calado en ciertos sectores argelinos y egipcios, reconocen algunas fuentes consultadas.