De Irak a Libia hay dos o tres escrúpulos

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Zapatero, ayer martes, durante su intervención en el Congreso. / Emilio Naranjo (Efe)

Hasta donde yo leo en la prensa occidental, hasta donde me informa mi amiga Mónica Prieto respecto a Oriente Próximo, en ningún país del mundo se está equiparando la guerra de Libia a la de Irak. Resulta obvio que no lo son, y las obviedades no se discuten. Aquí, sin embargo, padecemos una recalcitrante derecha mediática capaz de instrumentalizar la realidad y volver el mundo del revés con tal de golpear a Zapatero. Los libios dan igual, los iraquíes no importan. Los países árabes están viviendo acontecimientos que figurarán en todos los libros de historia, pero cierta derecha, con su encanijada opinión, con su mezquina autarquía intelectual, sólo se preocupa de desgastar al presidente. Nos obliga, pues, a recordar lo evidente, no por ayudar a Zapatero, sino por ser leales a la opinión pública española y a la verdad:

No hubo ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizara el uso de la fuerza en Irak, a pesar de que la desfachatez de ciertos tertulianos ha llegado a afirmar lo contrario. En octubre de 2002 el Consejo aprobó la resolución 1.441, que concluía así: “Recuerda que el Consejo ha advertido reiteradamente a Irak que tendrá que afrontar graves consecuencias a causa de las continuas violaciones de sus obligaciones”. El recordatorio tenía sentido porque había otras 11 resoluciones anteriores referentes a las armas prohibidas de Irak, pero ni había rastro de una autorización a usar la fuerza, ni mucho menos concedía potestad a EEUU para juzgar a Irak y decidir cuáles serían esas graves consecuencias, que no se explicaban en la resolución. Por el contrario, en la resolución 1.973 referente a Libia, aprobada la semana pasada, se “autoriza a los estados miembros a tomar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles”. En el lenguaje de la ONU “todas las medidas necesarias” significa la fuerza.

Como no existía esa autorización, EEUU, Gran Bretaña y España –el Gobierno de España presidido por Aznar- trataron de recabar el apoyo del Consejo para una nueva resolución que contuviera las ansiadas palabras: “Todas las medidas necesarias”. No lo consiguieron.

Pese a la inexistencia de cobertura legal, el Gobierno de España dio apoyo político a la guerra de Bush en la cumbre de las Azores. En el caso de Libia, por el contrario, el compromiso de España se anunció junto al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, el sábado en Moncloa. Las dos fotos son manifiestamente diferentes.

Con el aval político de las Azores, Bush desencadena una guerra que contraviene la carta de Naciones Unidas, cuyos artículos 2.3 y 2.4 comprometen a los estados miembros a no usar la fuerza, y viola los compromisos de los Estados Unidos con el Derecho Internacional.

El 20 de marzo comienza la guerra de Irak, cuyas operaciones concluyen oficialmente a primeros de mayo.

El 22 de mayo de 2003 se aprueba la resolución 1.483 que reconoce a las potencias ocupantes, EEUU y Gran Bretaña, y las responsabiliza del destino de un país que ya estaba de facto en sus manos. Además, insta a los estados miembros a prestar ayuda humanitaria, pero sin mencionar el despliegue de tropas. A pesar de ello, el 11 de julio de 2003, el consejo de ministros español aprueba el despliegue de 1.300 soldados en Irak. Esa misión sólo obtiene cobertura legal el 16 de octubre de 2003, con la resolución 1.511, que “insta a los estados miembros a que presten asistencia en virtud del presente mandato de Naciones Unidas, incluso fuerzas militares, a la fuerza multinacional mencionada”. O sea, tampoco es verdad, como están diciendo algunos, que las tropas españolas se desplegaran con autorización de la ONU, ésta llegó tres meses después.

Hasta aquí lo relativo a la legalidad. En cuanto a la legitimidad, los motivos de la guerra en Libia son básicamente dos: impedir una masacre de la población civil en Bengasi y advertir al resto de los dictadores árabes amenazados por el despertar de sus pueblos de que Europa no permanecerá impasible. La resolución de la ONU que avala esta intervención expresamente excluye “una fuerza de ocupación extranjera de cualquier forma y en cualquier parte del territorio de Libia”. Por el contrario, la guerra de Irak se libró para controlar su petróleo, como han dicho gentes muy ilustres y poco sospechosas de zapateristas, como Alan Greenspan, presidente de la reserva federal de EEUU, que así lo escribió en sus memorias.

Por último, en el plano moral, la guerra de Irak se basó en una mentira gigantesca. Bush mintió a su pueblo, a sus aliados, a la ONU: las supuestas armas de destrucción masiva de Irak no existían, tal como informaron reiteradamente los inspectores de la ONU, encabezados por Hans Blix.

Se puede estar a favor de todas las intervenciones militares, por ardor guerrero, o en contra de todas ellas, por pacifismo. Y también se puede considerar que algunas guerras no son legítimas y otras sí, como ésta, porque resulta un mal menor frente a la posibilidad de que un iluminado como Gadafi siga campando a sus anchas. Lo que no puede hacer un periodista que conserve dos o tres escrúpulos es equiparar Irak y Libia sin que se le caiga la cara de vergüenza.

10 Comments
  1. elsacapuntas says

    Sólo puedo decir: Increíble. Es increíble que usted crea lo que escribe. Que los datos sobre las resoluciones en ambos casos son esos, no se discute. Pero la moral… eso es harina de otro costal. Le recuerdo a usted, que parece de la Izquierda intelectual y parece ser que de amplia opinión, (el resto no tenemos ese don por pensar diferente) que ustedes en el 2003 gritaban «No a la guerra» nada más. Y ahora no es una guerra, ahora es un «mal menor». Al parecer los misiles de las fuerza aliadas ahora son inteligentes, preguntan si el objetivo es un civil inocente o un soldado de Gadafi. Por favor, es una guerra y si gritan «No a la guerra» griten siempre… no cambien por defender lo que no se puede defender.
    Esta es mi «encanijada» opinión y eso que no soy de derechas… solo soy un ciudadano con cerebro.

  2. Ricardo says

    Estimada Irene: ayer la vi por la tele luchar como una leona, (cuando la dejaban hablar), para demostrar la ilegalidad de la guerra de Irak, frente a un “doctor en derecho internacional” y otros bichos. Como usted muy bien dijo: vosotros que os llenáis la boca diciendo que defendéis la verdad, estáis mintiendo descaradamente. No veo nunca ese programa, lo vi porque estaba usted. Sí, tiene razón, mienten y además conscientemente, que es lo grave. Nos quiere engañar.

    Ellos se pasan sus tertulias diciendo mentiras, les encanta que personas progresistas como usted participen en sus coloquios porque usted para ellos es como el oxigeno al fuego, sin usted se apagarían en un segundo.

    Pero debo llamarle la atención en una afirmación que dijo inadvertidamente y que estoy seguro que cuando lea mi comentario le hará meditar, afirmó que la guerra de Irak es algo pasado, viejo o algo así. No es verdad, piense un poco. La guerra que se inició en el lejano 2003 pero sigue causando muertos, hambre, desplazados, ataques suicidas, etc, por lo tanto la guerra de Irak no es de 2003 sigue siendo en 2011. Es una guerra actual.

    Lo de las armas de destrucción masiva fue una gran mentira, una mentira “goebeliana”. Mentira que dicha un millón de veces se convierte en verdad. Hace unos días vi la película “Caza a la espía” (Fair game) basada en el hecho real del “caso Plame” un diplomático lo envían a Níger para investigar si esta nación le ha vendido uranio a Irak, a la vuelta elabora un informe diciendo que NO se le ha vendido uranio. Unos días mas tarde aparece Bush por la tele diciendo que hay pruebas de que Irak tiene uranio. Así se inventó la gran mentira de las armas de destrucción masiva de Irak. No se pierda la película. Saludos.

  3. Thomcal says

    Las resoluciones están claras, otra cosa es q sean justas y convenientes. La ONU puede tener toda la patente d corso q le quieran dar sus miembros; y los gobiernos también; éso no quiere decir q tengan la razón. Si tanto creen en sus resoluciones q apliquen las q duermen en los cajones sobre conflictos como Israel y los Palestinos o Marruecos con el Sahara; por ejemplo. Con Libia se les vé el plumero y todos saldremos escaldados. No se puede ir vendiendo ¿democracia? a cañonazos. A la ONU la pondría a reconstruir países, como Haití, (pico y pala) y otros muchos. Y a la OTAN la convertiría en un Parque d Bomberos, en vez de cazas aviones y helicópteros cisterna. 900 millones d gentes viven sin agua potable en el mundo y éstos jugando a los soldaditos en Libia y, todavía, en Irak y Afganitán.

  4. Carlos2009 says

    Naturalmente hay que decir «No a la guerra» porque hay gentes interesadas en que así sea. No se puede establecer diferencia alguna entre Irak y Libia, solo porque haya quién siga menteniendo una postura, legítima, pero que otros no compartimos. Hay que seguir diciendo que es de dia, aunque ya se haya puesto el sol y reine la oscuridad mas absoluta, solo porque los ciegos no distinguen entre la noche y el dia. Pués yo digo «No a la guerra de Irak», y Si a la intervención en Libia para salvar ciudadanos inocentes. Ah! y para decirlo no le pido permiso a los que piensan diferente.

  5. No a la guerra says

    ¿De qué derecha hablas,Irene, de Izquierda Unida? ¿Que Irak y Libia sean diferentes legitiman la guerra? ¿La legitima la resolución de la ONU? ¿Por qué tanta prisa en «obedecer el mandato de la ONU» cuando los mismos países se han pasado por el forro decenas de resoluciones?

  6. Radical antibélico says

    Los mismo países que apoyaban el régimen dictatorial de Gadafi, los mismos líderes que le daban palmaditas en la espalda, los mismos que han hecho negocio vendiéndole armamento, ahora, de repente, se convierten en salvadores de África y bombardean bajo la falacia de los Derechos Humanos. ¡Qué hiprocresía!

  7. nick says

    Detrás de esta guerra neocolonial sigue estando el interés por controlar el petróleo y el gas por parte de las potencias europeas. Gadaffi es tan canalla como el tirano de Yemen o Bahrein, pero a Sarkozy no se le ocurre atacar en ninguno de esos dos paises y menos a la tiránica monarquia saudi que manda su ejercito a Bahrein. Gadaffi creyó comprar su seguridad inviertiendo en italia, francia y Uk incluso se hizo amigo de Aznar y sus hijos hicieron negocios con el yernísimo Agag, trató de ganarse el apoyo de sus deudores europeos acusando a la oposición de ser «alqaeda». Erró el intento y más cuando amenazó al enano gabacho con contar como le financió la campaña electoral, desencadenante verdadero de las prisas de sarko por matarlo. En cuanto a la oposición hay quien creo que son «indepentistas cirineos» que quieren dividir el pais y controlar el petróleo de su región, al fin y al cabo Libia es un invento colonial Italiano.
    No a la guerra, a ninguna guerra ni civil ni imperialista.!!! Por conseguir la paz se debe pactar con el diablo !!!Y para Aznar y sus secuaces Gadaffi ya era bastante mejor que Castro y Chavez!!!Por algo berluscconi llora la suerte de su amigo!Por mucho que se empeñe la mala conciencia no son tan diferentes Gadaffi y Hussein y una invasión de otra!!Al tiempo!

  8. Aleve Sicofante says

    España es un país difícil.

    Sólo escribo para darle mi apoyo, doña Irene. Es tremendo que haya que escribir artículos como el suyo para explicar lo obvio.

    ¿Y si fingiéramos que vivimos en un lugar civilizado y expresáramos una inocente y lejana perplejidad?

  9. Concha says

    Irene, muchas gracias por tus juicios reflexivos, serenos, documentados, necesitamos periodistas profesionales y con ética como tú, te seguía en CNN+ y ahora en la Sexta, insobornable siempre a las perversiones del lenguaje manipulador de unos periodistas poco profesionales y poco o nada escrupulosos. Gracias

  10. jogorca says

    Mi absoluta admiración por usted, Irene, la he descubierto hace muy poco en el largo elenco de tertulianos actuales, y desde luego destaca por la brillantez y la coherencia; mucho más si como la semana pasada participa en una con el «doctor en derecho internacional», el sumun de la desfachatez y la demagogia junto al presentador de ese programa.
    Simplemente magnífica.

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