El PSOE arranca la campaña electoral con la peor previsión de resultados de la última década, pero con la secreta esperanza de que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que ayer mismo vaticinaba en una encuesta que los socialistas pueden perder algunos de sus más importantes bastiones, se equivoque en sus predicciones y que una intensa campaña electoral les ayude a recortar esa ventaja que les saca el PP. Desde el PSOE aseguran que el método de cocina empleado por el CIS no tiene en cuenta ciertas variables, que, de ser introducidas, como hacen algunas empresas demoscópicas, suavizarían esos pésimos resultados que el CIS augura al PSOE.
Fuentes de la cúpula socialista han asegurado a cuartopoder.es que tienen encuestas propias que les ofrecen mejores resultados que el sondeo del organismo público, que les deja fuera del gobierno en Castilla-La Mancha y Baleares, mientras que mantiene en el aire la posibilidad de resistir tanto en el gobierno tanto en Aragón como en Extremadura si alcanzan pactos de gobierno con el PAR e IU, respectivamente.
En el último sondeo encargado por José Blanco a una empresa demoscópica privada, se auguraba la permanencia del PSOE en los gobiernos de Extremadura (sin descartar la posibilidad de pacto con IU), Castilla-La Mancha y Aragón (con la necesaria colaboración del PAR), además de la Comunidad de Baleares y Asturias (a merced de un hipotético pacto entre el ex dirigente del PP, Francisco Álvarez-Cascos y sus excompañeros populares asturianos), así como en Cantabria, en coalición con el PRC del actual presidente, Miguel Ángel Revilla. En cuanto a las ciudades, los datos son más coincidentes, ya que las encuestas que manejan en los cuarteles generales del PSOE auguran la pérdida de ayuntamientos tan emblemáticos como Barcelona (donde siempre han gobernado desde los inicios de la democracia hasta nuestros días) o Sevilla.
Con todo, los socialistas saben que los resultados, no serán buenos. Por ello, tratarán de llevar el resultado final a su territorio, que no es otro que el de la explicación cuantitativa o, lo que es lo mismo, subrayar que “el PP no va a superarnos por más de 5 puntos en el cómputo global de votos para las municipales”, explica un alto dirigente socialista. Mientras, los populares reiteran que los márgenes de diferencia entre un partido vencedor y el segundo, en elecciones municipales, es reducido en la serie histórica y conviene no magnificarlo. Ellos, asegura otro dirigente popular, se sentirán satisfechos “si conseguimos ganar al PSOE por más de 3 puntos en el cómputo global, pero lo importantes es dónde conseguimos gobernar”
Ambas formaciones, PP y PSOE, quieren poner toda la carne en el asador en esta campaña. En la cúpula del PSOE ya han dado instrucciones para evitar que vuelva a producirse una imagen tan pobre como la que ofrecía el pasado fin de semana José Luis Rodríguez Zapatero, ante un público de Tenerife que no consiguió llenar el pabellón elegido para celebrar su acto de precampaña, ni disimular las calvas y asientos vacíos con cortinajes y otros trucos visuales. Una cosa es no creer en victorias milagrosas y otra es no ser capaces de organizar los diversos actos de campaña de una forma adecuada. Con todo, el PSOE sale en esta campaña electoral “a intentar salvar los muebles”, como señala un miembro de la dirección del partido”. Y esos muebles bien pueden ser Extremadura, Aragón y Castilla-La Mancha y alguna ciudad emblemática. En las dos por las que suspiran los socialistas, Barcelona y Sevilla, las cosas están muy cuesta arriba, sobretodo en la capital hispalense, mientras que, en la ciudad condal, los trackings diarios que reciben en la sede del PSC indican una ligera recuperación de su candidato, Jordi Hereu. Pero, por ahora, no es suficiente para mantenerse al frente del consistorio barcelonés.
Por todo ello y porque las encuestas están muy decantadas del lado del PP, los populares no piensan en una valoración cuantitativa el día de las elecciones, sino en la cualitativa: en todas aquellas plazas a conquistar y reconquistar. “Ése- argumenta otro dirigente popular- será el medidor con el que veamos el calibre de nuestro éxito el 22-M”.