Afganistán: el muerto 97

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La ministra de Defensa, Carme Chacón, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez (izquierda), y el comandante del Mando de Operaciones, Jaime Domínguez Buj, a su llegada, ayer, a la rueda de prensa para informar sobre el atentado. / Juanjo Martín (Efe)

El muerto 97 del contingente militar español en Afganistán es la soldado colombiana Niyireth Pineda Marín. La mataron la mañana del domingo junto al sargento Manuel Argudín Perrino, natural de Gijón, cuando se desplazaban por una carretera a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw. Una potente bomba casera de las que fabrican y camuflan los talibanes acabó con sus vidas e hirió gravemente a otros tres soldados que viajaban en el blindado español. Los heridos son Jhony Alirio Herrera Trejos, con fracturas en ambas piernas y un brazo; Roi Villa Souto, también con las dos piernas fracturadas y Rubén Velázquez Herrera, con múltiples contusiones.

Los tres heridos fueron evacuados en helicóptero al hospital militar más cercano, en Bala Murghab. Formaban parte, junto con sus compañeros muertos, del Regimiento de Infantería Soria8, con base en Fuerteventura, y habían tomado el relevo hace poco más de un mes. La ministra de Defensa, Carme Chacón, informó del atentado y emprendió viaje a última hora del domingo hacia Afganistán para animar a las tropas, visitar a los heridos y repatriar los restos de los fallecidos.

La del domingo es la segunda bomba-trampa de los talibanes que perfora el blindaje de los nuevos vehículos Lince del contingente español y provoca daños irreversibles a los soldados. Hace ocho días, el 18 de junio, otro artefacto de gran potencia seccionó sendas piernas a una soldado conductor y a un teniente e hirió de gravedad a los otros tres ocupantes de uno de los nuevos blindados, incluido el traductor de origen iraní que les acompañaba.

Con el ataque de ayer y la pérdida de dos vidas ha quedado en entredicho el argumento de los responsables de Defensa de que los nuevos blindados garantizaban la seguridad de nuestros soldados. La sustitución de los antiguos Blindados Medios sobre Ruedas (BMR) por los nuevos vehículos Lince se completó a finales del año pasado con un coste estimado en cien millones de euros, pero apenas seis meses después se ha revelado insuficiente, entre otras cosas, porque los talibanes han aumentado la potencia de sus bombas. Defensa no tiene previsto comprar y enviar mejores blindados sobre ruedas.

No obstante, ya falta menos para el final de la maldición afgana, que en 9 años se ha llevado por delante la vida de 94 soldados, 34 más de los que han perdido los franceses, por ejemplo. Después de que el presidente Barack Obama anunciara el miércoles que retira 10.000 soldados y un número indeterminados de máquinas de guerra --una división-- antes de fin de año, el jefe del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, desveló que en 2014 se irá el último de los 1.500 españoles desplegados en las provincias de Herat y Badghis.

Según el calendario de formación del ejército y la policía afgana y de transferencia de la seguridad, el contingente español menguará un 10% (150 soldados) antes de julio de 2012. Si España tuviera el mando en Herat, donde comienza el repliegue de la OTAN el mes que viene, el Gobierno podría anticipar la reducción. En 2013 se reducirá el contingente al 40%, de modo que quedarán unos 800 militares, y en 2014 terminará la misión de la OTAN y regresarán todos.

La negociación con los talibanes por parte de EEUU y la salida de las tropas no está impidiendo la ofensiva de los insurgentes, que intentan ganar prestigio ante la población tribal y han llegado a acuerdos con los pastunes, que les prestan cobertura en algunas provincias. El objetivo de los talibanes no es otro que aparecer como los libertadores del país, como ya ocurrió en los años ochenta, cuando tuvieron el apoyo norteamericanos para obligar a los soviéticos a retirarse. EEUU y la OTAN estiman, no obstante, que la separación de los talibanes de Al Qaeda avanza a buen ritmo tras la captura y muerte de Osama Bin Ladem.

Por otra parte, el prólogo de la retirada española, si así se puede considerar, ha sido el regreso la semana pasada del destacamento Alcor del Ejército del Aire, compuesto por 24 militares y un avión C-295, con base en Getafe (Madrid), que durante cuatro años ha operado en la base de Herat, transportando a más de 14.000 pasajeros y 1.200 toneladas de carga.

En los nueve años de misión española en la retaguardia de la guerra afgana contra Al Qaeda y los talibanes, han perdido la vida 97 militares --62 en el accidente del Yak-42 en 2003, 17 en el accidente del helicóptero Cougar en 2005, otros tres en accidentes de tráfico y de trabajo, uno por enfermedad y los 14 restantes en tiroteos y bombas-trampa-- y 22 han sufrido heridas y amputaciones muy graves. Dos de los fallecidos eran mujeres. En materia de reinserción de talibanes, la provincia española de Bagdhis se halla a la cabeza, y en ayuda a la población, la cooperación española ha sido ingente.

2 Comments
  1. Ramón says

    Espero no ver el título del muerto número cien

  2. Guatepeor says

    En la página del MD : 395 vehículos de escuadra y 180 de pelotón (575 en total) por valor de 321 millones de euros. Hagan la division y 558.260,86 !! Más de medio millon de eur. cada uno!!! Y estamos en crisis, y encima son una mierda, y además son ITALIANOS (iveco), si si, la que hizo desaparecer Pegaso. Por ese dinero yo tb te hago un blindado mejor que ese. Por cierto los BMR eran mas seguros y de fabricación española, y tb está la gallega URO que fabrica los vamtac, (santana desapareción el año pasado). Ale, a pagar, a pagar a los italianos

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