Los socios del gobierno apuestan por el adelanto electoral a otoño

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El 'número dos' del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, conversa con el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, y el diputado de este partido, Emilio Olabarría, el pasado día 28, durante el debate del estado de la Nación. / J. Martín (Efe)

Tanto PNV como CC han mostrado su disposición a negociar con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero su apoyo al Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012. Pero sus respectivas ofertas y buena disposición forman parte de su discurso público, porque en privado miembros de ambas formaciones políticas apuestan claramente por el adelanto electoral a otoño.  “Serán unos presupuestos muy restrictivos - asegura uno de estos diputados nacionalistas- e impopulares; tanto que al gobierno le resultaría más razonable no presentar  un nuevo proyecto de Ley  y prorrogar los de 2011”. De acuerdo con esta tesis, el gobierno que suceda al actual tendría que tratar de modificar a golpe de decreto las líneas maestras de los presupuestos, para adaptarlos a la necesidad de mayor austeridad que exige el panorama económico.

Otro dirigente nacionalista, cuya formación ha apoyado al gobierno en las últimas votaciones presupuestarias, advierte también que “el precio que tendrían que pagar por nuestro apoyo sería tan alto que dudo que Rubalcaba (Alfredo Pérez Rubalcaba) quiera pagarlo si aspira a tener un resultado digno en las elecciones generales”. Añade otro de los consultados por cuartopoder.es que “no está nada claro que el PP vaya a ganar por mayoría absoluta y una negociación presupuestaria podría suponer tal desgaste para el gobierno actual que puede ser el empujón que catapulte a Mariano Rajoy hacia esa mayoría absoluta. Por eso, creemos que el PSOE no va a ponérselo tan fácil al PP, cometiendo el error de agotar la legislatura y llevar las elecciones generales a marzo”.

La coincidencia en este punto es total: todos creen que, pasadas las vacaciones estivales y tras haber realizado todas las reformas pendientes (la reforma de la negociación colectiva y la de las pensiones, que están en tramitación en el Parlamento, además de finalizar la reforma y fortalecimiento del sistema financiero) Zapatero disolverá las Cámaras. “No será antes del 15 de septiembre –argumenta un miembro del PNV-  porque se necesita esa primera quincena de julio no solo para garantizar la aprobación de las reformas pendientes, sino para dejar un margen de intervención rápida al Ejecutivo, en caso que se torciese la refinanciación de las Cajas de Ahorros”. Según esta misma versión, el gobierno sigue con especial atención el proceso de salida a Bolsa de Bankia, la nueva entidad financiera (con Cajamadrid y Bancaja al frente) que preside el ex ministro de José María Aznar, Rodrigo Rato, y ex director-gerente del FMI. Y no es para menos, porque Bankia  es la primera entidad del sector y, pese a haber separado en un “banco malo” los activos tóxicos, tiene aún un importante vínculo con el sector inmobiliario y corre un riesgo superior a otras entidades españolas.

Por todo ello, el calendario que manejan los socios del gobierno pasa por la disolución de las Cortes antes del 30 de septiembre, fecha en la que, de no estar disuelto el Parlamento, el Ejecutivo tendría que presentar su proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012.Pero el objetivo, que aseguran se ha fijado Zapatero, es dejar aprobadas las reformas que están  en tramitación, pero no dejar unos nuevos presupuestos. Así, inmediatamente después de la disolución de  las Cámaras, deberían pasar prácticamente dos meses antes de que los ciudadanos acudiesen a las urnas, tras la campaña electoral oficial, que se extendería durante los últimos 15 días. En este momento, hay 2 fechas sobre la mesa: el 30 de octubre o el 27 de noviembre. Ya nadie se acuerda de lo necesario que era agotar la legislatura. Y el más amnésico de todos, según fuentes nacionalistas, el vicepresidente Rubalcaba, que no quiere agotar la legislatura, sino agilizar todo lo posible su final

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