Uno de cada tres empresarios trampea a Hacienda y el 12% burla a la Seguridad Social

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El ministro de Trabajo, Valeriano Góméz, y Rubalcaba, ayer, durante una reunión del grupo de trabajo que prepara el programa electoral del PSOE. / Sergio Barrenechea (Efe)

¿Son tan pícaros, torcidos e insolidarios los trabajadores en paro que uno de cada cuatro cobra fraudulentamente la prestación, como afirmó el 19 de julio pasado el titular de Trabajo, Valeriano Gómez? ¿Y tan tramposos los comerciantes y empresarios, sobre todo los pequeños y medianos, que un 20% de su actividad escapa al fisco, según datos oficiosos? Como tradicionalmente la riqueza se oculta y la pobreza se esconde, la vicepresidenta Elena Salgado ordenó en el primer trimestre de este año una “actuación masiva” de los inspectores de Hacienda. Y la Inspección de Trabajo hizo otro tanto.

Fue una redada en toda regla, un programa “de controles presenciales de carácter intensivo” en el que participaron “a pie de calle” más de setecientos agentes tributarios, técnicos de hacienda e inspectores respaldados por 250 colegas en funciones de despacho para realizar análisis, seleccionar objetivos, completar investigaciones y dirigir y coordinar las actuaciones.

Los inspectores se presentaron en comercios, fábricas, empresas. En muchos casos actuaron en colaboración con sus colegas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Hacienda cuantificó las visitas por provincias y autonomías. En Madrid, por ejemplo, inspeccionaron a conciencia 180 empresas y negocios, en Murcia 35, en Cataluña 245 y en el País Vasco y Navarra, aunque no tenían competencias, visitaron varias decenas de empresas con actividad fuera de los límites autonómicos.

¿Cuántas actividades sumergidas descubrieron en las 1.394 visitas que realizaron y cuántas altas fiscales se derivaron de esas “acciones presenciales”?, preguntó fechas atrás Baudilio Tomé, coordinador del programa electoral y de gobierno de Mariano Rajoy, a la vicepresidenta Salgado. Bueno, el objetivo era “mucho más amplio”, le contó ella; “se trataba de obtener información directa de la actividad económica y de identificar operaciones y actividades no declaradas”.

El conjunto de datos recabados han tenido un primer efecto: 183 obligados tributarios han presentado liquidaciones extemporáneas por una cifra de 1.131.000 euros. Y en 267 casos, a la vista de las irregularidades, se ha decidido realizar “actuaciones inspectoras”. Todo lo cual significar que hallaron 450 fallos o incumplimientos fiscales por parte de los empresarios, es decir, un tercio de los 1.394 visitados. Por lo demás, la mitad de los 950 funcionarios fiscales empleados en la redada a pie de calle y en la oficina no pescaron nada.

Después de saber que un tercio de los comerciantes y empresarios pequeños y medianos no se lleva nada bien con el fisco y que el fraude fiscal puede ser elevasísimo, aunque no por eso deja de ser magra la cosecha de la inspección, vale preguntar cómo les fue a los inspectores de Trabajo y Seguridad Social. La “actuación masiva” de febrero y marzo alcanzó 7.203 visitas y se centró en el control del empleo sumergido en tres aspectos: extranjeros sin autorización (68 infracciones), falta de alta en la Seguridad Social (499 infracciones) y compatibilidad de las prestaciones con el trabajo (164 infracciones).

Las actuaciones de la inspección laboral se extendieron al trabajo declarado de forma incompleta o incorrecta, y el balance global de infracciones a la Seguridad Social fue de 695, incluyendo el trabajo negro al que eran sometidos los inmigrantes, lo que supone casi un 9% de las 7.203 visitas de la inspección. El resultado de la “campaña”, por emplear el sinónimo administrativo de la redada, fue 879 altas a la seguridad social, lo que equivale al 12% de las visitas realizadas.

Ese porcentaje de empleo irregular, que en la mayor parte de los casos no es imputable a quienes afanosamente tratan de ganar el condumio sin saber que el patrón no les ha dado de alta en la Seguridad Social o, sencillamente, dejándose explotar por carecer de papeles como inmigrante, contrasta con los datos del ministro Gómez. ¿Cómo puede ser que la inspección sólo haya encontrado 164 infracciones por compatibilizar el trabajo con el cobro del subsidio de desempleo y el ministro diga que una cuarta parte de los 235.000 perceptores revisados (58.750) cobraban “fraudulentamente” la prestación y se les ha retirado?

Puesto que los inspectores de Trabajo y Seguridad Social no son gente con la visión limitada por unas gafas con la montura de palo y los cristales de pana, y por otra parte no cabe imaginar que la picaresca laboral haya crecido tanto en tres meses como la prima de riesgo, resulta evidente que los controles del Servicio Estatal de Empleo dejan bastante que desear.

5 Comments
  1. antordonez says

    Normalmente los que defraudan a hacienda, no declarando los ingresos de sus empresas e incluso se declaran insolventes, se compran pisos y coches de lujo, lógicamente no a su nombre, son los mismos que tienen a trabajadores sin dar de alta a la seguridad social. Este colectivo muy numeroso, según el gobierno, que en estos casos suele ser ciego sordo y mudo, es uno de cada tres empresarios, que todos conocemos con nombres y apellidos, estan ubicados en las mayoría de sectores pequeños y medio de la economía, que solemos comentar sus fechorías, pero no los denunciamos porque existe el sentimiento de que no sirve para nada, o porque trabajamos para ellos y peligra nuestro mediocre empleo, a ese tipo de ciudadano indecente, qué le importa como esta la economía, el paro, la deuda, el contrato a tiempo parcial o la propuesta de Rubalcaba de que nos apretemos el cinturón salarial, como le importa una bledo si el que le sirve los percebes y cigalas este verano, lo hace por seiscientos euros al mes y sin contrato.

  2. una says

    A mi hija la han contratado como discapacitada. Y NO lo es.
    ¿Habrán tenido ventajas ?

  3. A una says

    No tengas ninguna duda: la ley contempla un periodo de exhención en las cotizaciones a la seguridad social, subvenciones y desgravaciones fiscales. Consulta si la empresa recibe además dinero para la inserción de discapacitados

  4. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    Hasta las narices estoy de decirlo aquí o en otros foros: quien no defrauda, roba o delinque en cualquiera de sus modalidades es porque no puede.
    Hace muchos años decía un viejo conocido que, robar entra dentro de la condición humana o animal, en general.
    Nadie, por muy millonario que sea se substrae a la intención, y hasta a la acción de tomar algo precioso que, encontrándose a su alcance sin ser visto lo deje estar…
    Insisto, es la condición humana.
    Podrá decirse, pero ese indivíduo puede costearse ese objeto. Bien es cierto, puede, pero se lo han puesto a huevo y no lo deja…
    Estamos hablando de un enfermo. Sólo al cleptómano se le ocurriría tal acción. No, necesariamente. Está demostrado.
    -París, año de 1962. De camino a la Facultad un compañero me comentaba, ¿tú sueles pagar el metro? le respondía que sí, a lo que él me respondía, yo algún día suelo colarme ya que nadie controla los accesos…

  5. Treparriscos says

    Yo me condeno con esta basura que intenta hacer política (toditos, sin suspicacias). No justifico en absoluto el fraude, lo condeno. pero hace falta tener geta dura para mandar una horda de inspectores, en los tiempos que corren, a descubrir fraudes en los sectores más apaleados por la crisis. Estaba claro, una «jartá». Pero que listos.
    Ahora va a ser que el dinero mas limpio, transparente y solidario esta en los «Paraesos fiscales» y en las SICAV. Un aplauso para los dos payasos por lo bien que lo han hecho.

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