Felipe González ridiculiza al G-20 y dice que la UE ha perdido autoridad

El ex presidente del Gobierno, Felipe González, arremetió ayer contra el G-20 y contra todos los gobiernos europeos por “haber perdido su autoridad ante la crisis financiera y económica”. Con una mezcla de efectismo y lucidez, un González en permanente estado de cabreo participó en los diálogos organizados por el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba en la sede del PSOE, en la calle de Ferraz, y se despachó especialmente contra la incapacidad de los dirigentes de la UE de aportar una sola solución a la crisis económica. “Tienen la potestas pero han perdido la autóritas”, remarcó en latín. Se pronunció contra la política de la alemana Ángela Merkel y auguró la victoria de los socialistas en Francia. “Van a ganar; ¿quiero saber para qué?”

Ante unas doscientas personas, con Cristina Narbona de contertulia, Eduardo Madina de moderador y Rubalcaba y José Blanco en primera fila, González criticó la inoperancia del G-20, cuyas resoluciones de Pittsburg, hace dos años, resumió en pocas palabras: “Que cada uno haga lo que le dé la gana”. Y más o menos esa ha sido también la política de la UE respecto a las exigencias del Tratado de Lisboa, según denunció. Esa falta de autoridad y compromiso ha acentuado la crisis y facilitado la especulación sobre la deuda, dijo. “Tenemos todos los instrumentos para cambiar, pero no se adoptan las decisiones”, deploró.

Sobre la resistencia del Banco Central Europeo (BCE) a implantar los eurobonos recordó una oposición parecida del Bundesbank ante la unificación de Alemania. Pero entonces Helmut Khol ejerció su autoridad e implantó en una noche la paridad del marco con la Alemania del Este y nadie rechistó, aunque lo pagamos todos. Esa autoridad y coherencia es la que ahora falta en los dirigentes europeos. “Es verdad que la deuda griega tendría un coste bajo y una rentabilidad inferior, pero está calificada al 60% de su valor nominal y ya es un buen negocio”, aclaró.

Con una lógica de cajón, el ex presidente afirmó que “si el deudor está jodido, el acreedor también lo está”, de modo que no hay ninguna razón para retrasar la solución a la deuda griega. En el caso de España, los eurobonos reducirían a la mitad los intereses de la deuda, que ahora se elevan a 30.000 millones de euros anuales. González recordó que a Reino Unido le ha costado 25 veces más que a España el rescate de su sistema financiero y señaló que su deuda es muy superior a la española, pero parece que ese problema no existe.

“A nosotros lo que nos cuesta es la destrucción de empleo por una crisis financiera que explota sobre el estallido de la burbuja inmobiliaria, pero España ha cumplido, llega con los deberes hechos y hay que ir al Consejo del próximo día 12 a la ofensiva y exigir a los demás que cumplan también y ofrezcan la misma garantía que ofrecemos nosotros”. El ex presidente pronunció estas palabras mirando al candidato Rubalcaba como si tuviera influencia sobre un Zapatero con escaso liderazgo europeo y que ahora, según sus colaboradores, “se siente más relajado que nunca”.

No obstante, González evitó remachar el clavo contra el compañero y presidente del Gobierno, pues dijo ser consciente de la dificultad de “recuperar el eje europeo” ya que cuando un europeísta sale del Gobierno y le sustituye otro que cree que el eje pasa por Washington y Londres “y acaba en Irak”, ese vacío es inmediatamente ocupado por un tercero. Pero la UE se tiene que poner en marcha y “desencadenar el mecanismo del bono europeo, ya”, insistió.

Con la libertad de decir “lo que me de la gana, ya que no tengo responsabilidades institucionales y no he renunciado a ser un activista político”, González llegó a proponer "una reforma del Tratado Europeo para señalar la puerta de salida a los países que no cumplan las normas y a los antieuropeos que viven –dijo-- de minar la Unión desde dentro; esa es la reforma que quiero ver, aunque nadie, ni los nacionalistas querrán salir, porque fuera hace mucho frío”.

Para el ex presidente, la crisis económica sólo puede tener una salida socialdemócrata, solidaria y equilibrada. En su opinión, la “obsesión” de la derecha por resolver el problema de la deuda a base de recortes sociales y a costa de que la economía no crezca, es del todo errática, pues hay gente que quiere invertir en la economía productiva y crear empleo, pero necesita expectativas y crecimiento. Por tanto, hay que incentivar la productividad sostenible en vez de fomentar el estancamiento.

En sus intervenciones combinó la reflexión y la apelación a la acción. “Hay quien dice que Europa salió de la recesión de 1931 mediante la guerra, sí, una guerra que dejó 50 millones de muertos y países enteros arrasado. ¿Por qué no declaramos la guerra a la pobreza, al hambre y a la enfermedad en el mundo?”, se preguntó en referencia a los capitalistas que especulan sin cuento con los alimentos básicos y las materias primas. Narbona abogó por el combate sin tregua de los paraísos fiscales. González retomó el hilo europeo: “El gran drama de Europa es el envejecimiento; es algo positivo porque indica que vivimos más. Pero en este siglo llegaremos a un activo por cada jubilado, y, sin embargo, tenemos al 40% de nuestros jóvenes en paro”.

Para González, las privatizaciones de los servicios públicos esenciales como la enseñanza y la sanidad que “proponen y practican por detrás y por delante estos sátrapas”, en alusión al PP, serán la ruina del país. “No sólo se cargan el empleo y unos servicios públicos mucho más eficientes que los privados, sino también la investigación y los avances científicos y de futuro”. Para evitarlo animó a Rubalcaba –el mejor candidato “cuando uno mira a derecha e izquierda”-- a “pasar a la ofensiva”.