Mariano Rajoy y su entorno no tienen ninguna duda de su victoria en las elecciones del 20-N. Si alguna duda les cabe a estas alturas es comprobar si serán capaces de consolidar la mayoría absoluta que les auguran las encuestas o no. Sin embargo, en lo que respecta a las medidas económicas que tendrán que poner en marcha una vez lleguen al gobierno, si finalmente se confirman esos augurios demoscópicos, el grado de incertidumbre es mayor. “El calendario –asegura un dirigente del PP – nos complica la puesta en marcha de nuestro paquete de medidas y reformas”.
A saber: después de las elecciones que se celebran el 20-N, tendrá que constituirse el Parlamento, celebrarse el debate de investidura y, posteriormente, la toma de posesión del presidente y la posterior formación del gobierno. Todo ello nos sitúa entre el 20 y el 30 de diciembre hasta que se celebre el primer Consejo de Ministros. Así, de acuerdo con los cálculos de destacados miembros del PP, no será hasta el mes de enero cuando el hipotético nuevo gobierno, con Rajoy a la cabeza, empiece a trabajar sobre los datos reales de la economía.
De entrada, las personas que facilitan en estos días previsiones y supuestos económicos a Rajoy, entre los que se encuentran Baudilio Tomé, Cristóbal Montoro, Fernando Bécquer o Luis de Guindos, entre otros, alertan al líder popular de que el escenario que va a encontrar a su llegada a la Moncloa será peor del esperado y del confesado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Al presidente del gobierno le achacan, precisamente, su decisión de haber disuelto las Cortes Generales sin haber prorrogado los Presupuestos Generales del Estado y, por tanto, sin haber definido un escenario económico para 2012, dejando así que el PP se sorprenda con lo que halle en los cajones monclovitas.
Zapatero –se quejan– no les dará pistas ni facilidades para su desembarco en la España en crisis. Y el análisis exhaustivo de nuestra realidad económica les va a exigir un mínimo de tiempo. “Siempre se pueden tomar medidas económicas de urgencia por Decreto –asegura un miembro de la dirección del PP– pero el paquete de reformas definitivo y contundente no podrá ponerse en marcha antes del mes de marzo, con toda seguridad”.
Del paquete de reformas, poco adelantan desde la familia del PP. Apenas algún anuncio, como el del propio Rajoy, de su intención de subir las pensiones, siempre que no se encuentre con una “catástrofe” económica. Por lo bajini, los suyos dan por seguro el hallazgo de la "catástrofe". Montoro, por su parte, advierte que no se tocará el IRPF y que la intención no es subir impuestos, sino revisar a la baja, por ejemplo, el Impuesto de Sociedades. Pero la gran reforma fiscal y el paquete de reformas y recortes es todavía una incógnita para la inmensa mayoría de la dirección del PP. Lo que sí parecen tener claro es que, hasta marzo de 2012, no va a dar tiempo material a ponerlos en práctica.