‘Mister Depende’ contra ‘Don Tancredo’

El inicio de la precampaña con la guerra de los vídeos sobre los recortes sociales entre PSOE y PP ha dejado al descubierto, como un hueso astillado, la estrategia de ambos candidatos. Nada más empezar el cruce de pedradas dialécticas ya han dejado ver por donde van los tiros.

Significativamente, los dos grandes adversarios electorales para el 20-N han empezado acusándose en sendos vídeos electorales de ser “recortadores profesionales”. Y los dos partidos sacan a la luz los recortes que el Gobierno central ha hecho en pensiones y derechos laborales o los que han hecho los gobiernos autonómicos gobernados por el PP con la sanidad y la educación públicas como objetivos a demoler.

Alfredo Pérez Rubalcaba y los suyos van a degüello contra la estrategia conservadora de reducir el Estado (sobre todo la parte que afecta a educación y sanidad) a favor de la iniciativa privada. Los socialistas atacan la idea de los populares de que donde hay negocio la Administración debe ceder el paso a los empresarios a los que unos llaman ahora “emprendedores” y otros “depredadores”. De ahí que el candidato socialista lo tenga claro y acuse a Mariano Rajoy de ser Mister Depende porque nunca precisa sus alternativas de Gobierno en los temas concretos y, como buen gallego, responde a todo que “depende” porque no quiere desvelar los ajustes y recortes que tiene preparados y que, a su juicio, atentarán directamente contra los derechos del Estado de Bienestar.

Por su lado, los “populares” también lo tienen claro y acusan a Rubalcaba de ser un Don Tancredo que quiere disimular su corresponsabilidad en la acción de Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero que, a su juicio, ha llevado a cabo los mayores recortes de la historia desde mayo del año pasado a este fin de legislatura y que ha rematado la faena de aliño en favor del capital y los mercados con la reforma constitucional. Aunque es difícil imaginar quieto a Rubalcaba -y tiene razón Zapatero cuando dijo el viernes que no es que le guste estar en todo, como se dice, sino que le llaman para todo y él siempre está disponible-, los “populares” le acusarán de pretender ser Don Tancredo y procurarán que le pille el toro.

Los dos meses que nos quedan hasta el 20 de noviembre van a estar marcados, sin duda, por esas dos estrategias. Los socialistas insistirán en que el lobo ya está enseñando la patita por debajo de la puerta en las comunidades autónomas de Madrid y Castilla-La Mancha y los populares responderán que quiénes son los socialistas para denunciar nada después de lo que han hecho estos dos últimos años.

Sin embargo, es necesario reflexionar sobre lo que supone ese debate e ir más allá del electoralismo de ambos candidatos. Al margen de la credibilidad que cada cual les dé a unos y a otros, los ciudadanos tienen derecho a saber qué propuestas concretas hacen PSOE y PP y cómo van a afectar a su vida cotidiana, a su futuro. Y al detalle. Porque la crisis no afloja y aquí todos piden sacrificios, empezando por el Rey, pero nadie dice por donde empieza él.

De momento, el bochornoso espectáculo de los cargos socialistas recordando el final de la extraordinaria película de Orson Welles “La dama de Shangai” (“Devorándose los unos a los otros como tiburones”, dice el protagonista) pone los pelos de punta y denota porqué triunfan movimientos como el 15-M. Aquí no sólo no dimite nadie cuando se hunde el  mundo sino que los culpables del hundimiento se matan por huir del Titanic en los botes salvavidas que han quedado.

Pero esa es otra historia de la que volveremos a hablar con tiempo y con pena.