Rajoy prorrumpe: "Lo que viene para España es muy difícil"

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Cuando el viceprimer ministro inglés, un señor de rostro menos ovalado y aspecto equivalente al de su aliado David Cameron, abandonó el despacho de Mariano Rajoy diciendo que el proyecto del nuevo presidente electo español es “muy interesante”, más de un mediano dirigente del PP se sorprendió de que su jefe contase al isleño Nick Clegg sus planes antes que a él y a los electores. En cambio, el socialista Álvaro Cuesta, con el que el cronista se encontró de paso, recordó las declaraciones de Rajoy de que aplicaría los recortes de Cameron en España. ¿Hará eso? ¿No ha habido suficiente con el ajuste de Zapatero y el exitoso saldo de cinco millones de parados?

Puesto que Rajoy persiste en su política de boca cerrada, no habrá manera de saberlo hasta que el 8 de diciembre despache entre Cannes y Marsella con Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, y algún Ganímedes decida contarnos lo que va a hacer. Los electores ya saben que María Dolores de Cospedal es la vanguardia, el baqueano que machete en mano va abriendo paso al líder. Pero vive Dios que a los electores les gustaría que Rajoy no administrara tanto su silencio, sobre todo, cuando de antemano sabíamos por la catalana Alicia Sánchez Camacho, una mujer que habla más deprisa que el mismísimo Durán i Lleida, que va a perpetrar una reforma laboral a la medida de los empresarios.

En esas estábamos cuando, la noche del viernes, Rajoy comunicó a Alberto Núñez Feijóo que iría a Pontevedra para ver a su padre y pasar unos días con la familia. El presidente pontevedrés del PP organizó rápidamente una reunión con él en la sede local del partido. Y entonces Rajoy rompió su mutismo con una alocución de cinco minutos, sin preguntas, en la que expuso las siguientes generalidades sobre su plan anticrisis: “Hay que controlar el gasto, no vivir por encima de nuestras posibilidades y no gastar lo que no tenemos”. Y reconoció algo que, al parecer, el PP no ha interiorizado y deberá asumir como consigna universal: “Esto no es tarea de un Gobierno solo, es tarea de la nación, de las fuerzas políticas, de los agentes sociales y económicos y de todos los españoles”.

El presidente electo justificó su silencio desde el 20-N diciendo: “No he podido parar, tenía que hablar con mucha gente y estar preparando planes para el futuro próximo”. Y a continuación pintó el panorama con un brochazo entre tenebroso y oscuro: “Lo que viene para España es muy difícil”, pero manifestó su confianza en que “España va a salir adelante”. Como el acto con los diputados, senadores, alcaldes, conselleiros y el presidente de la Xunta “no era político sino casi personal”, pues se trataba de celebrar el triunfo en todos los municipios pontevedreses, todos entendieron que para no amargar la fiesta sobraban las concreciones.

En ese juego de mejor no saber lo que se nos viene encima, un cuadro caciquil, no por ello poco inteligente, recordaba al cronista el último mitin local del gran líder: “Rajoy recogió las palabras de una señora y empezó diciendo que su objetivo era hacer felices a los españoles; también Cameron prometió en 2010 meter dinero en los bolsillos de los ingleses y alegría en sus corazones, y luego ese tipo se la metía fumando marihuana en Eton --la escuela de la clase dirigente inglesa-- y en el Bullindong Club en Oxford --cuyo ideario consiste en vestir elegantemente, emborracharse y evitar problemas pagando los platos rotos--, les inyectó tal ajuste de caballo que si no suelta la jeringuilla a tiempo queman Londres por los cuatro costados”. Pues eso.

5 Comments
  1. Zaratustra says

    La pérfida Albión produce listos antieuropeos que viven de eso y de los tontacos que les siguen el juego.

  2. jose says

    Si la causa de nuestros malos,como se hartó de repetir antes y durante la campaña electoral, era ZP, una vez desaparecido ZP. ¿por qué lo que se avecina es difícil? Muerto el pero se acabó la rabia, dice el refranero castellano. ¿O es que ZP no era la causa y Rajoy estuvo intentando engañar a los ciudadanos para colarse en la Moncloa? A eso, el diccionario de la RAE le lllama marrullería, y al que lo hace, Marrullero. Quienes le votaron y quienes se abstuvieron ahora van a enterarse de lo que vale un peine.

  3. antordonez says

    Cada día está más claro, que la crisis la provocaron estratégicamente unos, para que la pagáramos otros y que la clase política tanto de derechas como de izquierdas, está seca de ideas y de liderazgo, por lo que la única solución a la crisis que plantean es la que les dicta quienes diseñaron esta situación, para crear un nuevo orden social que se basa en recortarlo todo, salarios, mercado laboral, gasto social, inversiones, derechos sociales etc. Con esta política todo se está paralizando y seguiremos cayendo cada vez más en el hoyo, y el paro crecerá tanto como caiga la economía. Pasado un tiempo y cuando los que mandan sobre los gobiernos, consideren que estamos los suficientemente “maduros”, o sea, «devaluados» en salarios y derechos sociales y estemos dispuestos a trabajar por lo que sea y como sea, o lo que es lo mismo “desregulación total”, levantaran la mano y empezaran a inyectar dinero y la máquina empezará poco a poco a funcionar, pero habremos retrocedido más de 50 años en derechos socio-laborales, por lo tanto seremos “competitivos” como los chinos, pero para entonces serán ellos, los chinos, los que controlen los mercados y serán nuestros dueños, pues estaremos endeudados con ellos hasta las cejas.. Por cierto, para entonces la horquilla de países y de personas pobres será más grande y la de ricos también y sino al tiempo.

  4. Ramón says

    El capitalismo establece el modelo de crisis que más le conviene en cada momento para joder a los trabajadores de todos los tiempos

  5. Indignado says

    Ese tío va a gobernar para los ricos, los banqueros y los de siempre. Es un sinverguenza con barba, lo mismo que el otro presumido con cejas. ¡A la mierda con ellos! ¡Revolución!

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