EL PRESIDENTE Y SUS 13 MINISTROS.- De iquierda a derecha, en la primera fila, Mariano Rajoy (presidente del Gobierno) Soraya Sáenz de Santamaría (vicepresidenta, portavoz y ministra de la Presidencia),Luis de Guindos (Economía y Competencia) y José Manuel García Margallo (Exteriores); en la segunda, Cristóbal Montoro (Hacienda y Administraciones Públicas), Jorge Fernández Díaz (Interior), Ana Pastor (Fomento), José Ignacio Wert (Educación, Cultura y Deportes) y Fátima Báñez (Empleo y Seguridad social); en la tercera, Alberto Ruiz-Gallardón (Justicia), Pedro Morenés (Defensa), José Manuel Soria (Industria), Miguel Arias Cañete (Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) y Ana Mato (Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad). / Fotos: Efe
Si fuera cierta la frase de Antonio Maura de que la memoria es la primera prófuga de la política, nadie recordaría que el nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, fue el coordinador del programa económico del PP en 2004 y abandonó la política por un puesto mucho más lucrativo como miembro del comité ejecutivo mundial y presidente para España y Portugal del cuarto banco de inversión estadounidense, Lehman Brothers, cuya quiebra en 2008 inauguró la crisis financiera y económica que en España se ha llevado por delante 250.000 empresas y ha colocado la tasa de paro en 5,4 millones de trabajadores, según los datos que exhibió Mariano Rajoy en el debate de investidura. Se podría decir que con la elección de De Guindos, el nuevo presidente encarga al zorro cuidar las gallinas, aunque también vale lo contrario, que las gallinas han de cuidarse del zorro, y, por supuesto, cabe la interpretación de que un buen conocedor de la etiología de la crisis está capacitado para indicar la salida.
Al confeccionar el nuevo Gobierno, el trigésimo octavo de la era democrática, el presidente Rajoy ha pensado sobre todo en la economía, el déficit público y el desempleo, y ha dividido las tareas del siguiente modo: las directrices para De Guindos, que lo hizo bien como segundo de Rodrigo Rato en los años noventa y con el que ha mantenido una relación frecuente, y la práctica fiscal para Cristóbal Montoro, que siendo catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid, posee gran experiencia hacendística y se encargará del ajuste del gasto. Su nombramiento como titular de Hacienda y Administración Territorial lleva aparejada la aplicación de los recortes a rajatabla y la implantación de los principios de “austeridad y eficiencia”. La dimensión económica ha pesado también en la decisión de nombrar ministro de Exteriores a José Manuel García Margallo, quien ha presidido la comisión de seguimiento de la crisis en el Parlamento Europeo y es buen conocedor de los engranajes financieros de la UE.
Al Presidente --que ha decidido presidir la Comisión Delegada de Asuntos Económicos personalmente-- no le van a faltar opiniones cualificadas en el Gabinete si tenemos en cuenta que el nuevo ministro de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Árias Cañete, que ya ocupó con José María Aznar esa cartera y por tanto no tendrá que pagar otro cuadro al cotizadísimo pintor gaditano Hernán Cortés, también es economista, además de ganadero consorte y cazador de talentos. Su principal misión será, no obstante, la defensa del agro, la ganadería y las pesquerías españolas frente a las rebajas de la Política Agraria Común (PAC) que se cocinan en Bruselas. Tanto Árias como Montoro han trabajado con la diputada por Huelva Fátima Báñez, a la que Rajoy comunicó hace unos días que contaba con ella y ha nombrado ministra de Empleo y Seguridad Social.
Aparte del núcleo económico, en el que el presidente ha integrado al dirigente canario José Manuel Soria como ministro de Industria, Energía y Turismo, la amistad y la confianza personal han jugado un papel importante en el nombramiento de la pontevedresa Ana Pastor como ministra de Fomento, el departamento inversor y de gasto por excelencia, pero también el que más activos puede ofrecer a los inversores privados mediante las privatizaciones (Aena), las liberalizaciones (Adif) y las concesiones de infraestructuras para lo que resta del siglo XXI. En clave de confianza personal hay que interpretar también los nombramientos de Ana Mato como ministra de Salud, Servicios Sociales e Igualdad; del catalán Jorge Fernández Díaz como titular de Interior, y de Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia. Gallardón, que es fiscal de carrera, dejará la alcaldía de Madrid a Ana Botella. Era lo previsto ya antes de las elecciones de mayo pasado.
Si se tratara de realizar una interpretación ideológica, se podría decir que la cuota democratacristiana está bien representada por García Margallo y por el nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, el sociólogo y tertuliano de la Cadena Ser, José Ignacio Wert. Si hubiera que buscar un “independiente” de la confianza de Rajoy, con el que colaboró en Interior, pero también del jefe del Estado, ese sería el nuevo ministro de Defensa –ex secretario de Estado en la casa con Eduardo Serra de ministro--, Pedro Morenés Eulate. Y si hubiera que realizar un comentario sobre la paridad, había que decir que el género femenino ha salido malparado: sólo cuatro mujeres –menos de un tercio-- en un Ejecutivo de 13 ministros. Tal vez para atemperar la falla, Rajoy, que siguió el orden protocolario al informar de los nombramientos, dejó para el final a Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta, ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno.
Aparte de la supresión de la vicepresidencia económica, la liquidación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la fusión de Cultura y Educación, Hacienda y Administración Territorial, y del cambio de nombre de algunos ministerios (Empleo por Trabajo, Agricultura por Medio Ambiente, Rural y Marino; Salud por Sanidad, y Economía con el añadido de Competitividad), Rajoy ha respetado el esquema básico existente en la Administración General del Estado. Llegan ahora los segundos escalones, algunos, como es el caso del secretario general de la Seguridad Social, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el Gobernador del Banco de España o el nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, con un poder real superior a los ministros.
Por allí resopla
Esto de la politica es como el arte de la interpretación al mejor estilo de Hollywood.Yo, asiduo a las crónicas políticas, he seguido con atención las últimas refriegas parlamentarias PP-PSOE….Los salientes dejan el pais como un perfecto secarral y los entrantes con una indecencia incomprensible se dedican a elogiar a los sres. q tanto daño han hecho a los españoles.NO ENTIENDO NADA, SON TODOS UNOS FARISEOS.
la politica es el arte de convertir la mentira en verdad, y cuanto mas se perfeccione y dure, mejor es el politico.
El encanto se evapora cuando se descubre la autentica verdad.
Lo me1s triste de esto es que nos dinsopemos a vivir una legislatura ple1cida para el que gobierna -en lo que a presif3n de la oposicif3n se refiere- y somnolienta para el Congreso, que va a ver pasar por delante decisiones y hechos consumados como este1 mandado.Protesto. Quiero una oposicif3n choricera, macarra, faltona y usurera como la que tuvimos 7 af1os con el PP y su coro medie1tico.