CiU respalda el tijeretazo en un Pleno con bronca del grupo mixto

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Con más voluntad que acierto, que diría Cuco Cerecedo, se sumó CiU al tijeretazo. El niño de raya al medio, Josep Sánchez Llibre, apenas miró al tendido. Lógico. ¿Cómo denunciar una subida del IRPF “injusta y confiscatoria” y anunciar, al mismo tiempo, el voto favorable? Al menos, el vasco Pedro Azpiazu templó con fundamento y reconoció el valor del gobernante de Pontevedra y de su sobresaliente Montoro por clavar bien el rejón al déficit desbocado, aunque eso sólo sirva para acentuar la crisis y los 5,3 millones de desempleados (el 23% de la población activa) no conmuevan a Bruselas. PP y CiU sumaron 197 votos a favor del decreto de medidas urgentes contra el déficit y los restantes grupos, 138 en contra. Hubo 4 abstenciones.

Para ser el primer pleno ordinario del Congreso –aunque extraordinario porque sus señorías disfrutan oficialmente vacaciones hasta febrero–, el presidente Jesús Posada, con la inestimable ayuda de la vicepresidenta Celia Villalobos, se mostró inflexible con el Grupo Mixto (18 diputados de 8 partidos). Le pidieron dos minutos por partido, pero sólo permitió tres intervenciones de cinco minutos. Francisco Jonquera, del BNG, dijo que “se silencia a medio millón de votantes” y denunció que “se atenta contra la democracia”. El canario Pedro Quevedo tildó el asunto de “anomalía democrática”. Y Sabino Cuadra, de Amaiur, razonó que esto se veía venir desde que la mayoría absoluta del PP negó la formación de grupo a sus 6 diputados por Euskadi, más uno de Navarra.

Sobre el rejonazo al déficit en el lomo de los asalariados, empezando por los funcionarios congelados, explicó Montoro que el morlaco ya venía resabiado y que al Gobierno no le ha quedado más remedio que trastearlo y ultimarlo. La “herencia envenenada” ya fue pronosticada por el diestro de Pontevedra. Como se había explayado la tarde del martes ante los suyos, asistió al debate en silencio. La situación económica es muy mala con tendencia a empeorar: 5,3 millones de parados al terminar 2011, la economía estancada y una desviación del déficit superior al 8% del PIB pese a que el Gobierno anterior comprometió el 6% y ocultó los datos. Esto significa que el esfuerzo del ajuste para reducir la desviación entre ingresos y gastos al 4,4% en 2012 tendrá que ser de 37.000 a 40.000 millones de euros.

La mayor desviación del gasto en 2011 correspondió a las Autonomías (15.000 millones de euros), a la Seguridad Social (5.000), a la administración general del Estado (3.000) y a los ayuntamientos (1.500). Montoro aseguró que el Gobierno saliente no les informó de lo mal que quedaba el ruedo y “tuvieron que ser los servicios técnicos los que nos advirtieron”. La lógica indica que si nada más llegar vieron el terreno minado, la cuadrilla saliente conocía el peligro y se callo. “Ya, lo que pasa es que ustedes venían con el ajuste puesto y lo ocultaron a los ciudadanos”, le reprendió el socialista José Antonio Alonso, quien realizó una faena de circunstancias para evitar la brillantez competitiva del de Cantabria en demérito de Carme Chacón. Puesto que Mariano Rajoy permaneció en silencio, el leonés tiró por elevación y le reprochó que sea el único jefe de Gobierno europeo que no ha tenido valor de salir al ruedo parlamentario a explicar un castigo a los asalariados que acentúa la recesión y trae más pobreza y desempleo.

Cayo Lara, de la Izquierda Plural, se alegró pro forma, que no pro contenido, del cambio de parecer del jefe de Gobierno, que ha pasado de prometer que no subiría los impuestos a lo contrario. Calificó las medidas de “golpe de mercado” y aprovechó el lance para pedir a Rajoy la famosa “carta de Bruselas”  con las amenazas del gobernador del BCE al Ejecutivo de Zapatero que se saldaron con una reforma urgente de la Constitución para anteponer el pago de la deuda y la reducción del déficit a las necesidades sociales. El de Argamasilla de Alba apoyó la medida de limitar el pago en efectivo a mil euros, pidió que se suprima el fondo de pensiones del Congreso a sus señorías e inquirió por qué rayos en vez de a la ciencia y a la investigación no se recorta la subvención a la Iglesia Católica. Tal vez porque el barón de Montequieu ya advirtió a los gobernantes que tuvieran cuidado con las religiones o porque, como diría su universal paisano de ficción: “Con la Iglesia hemos topado, amigo Cayo”. En todo caso, vendrán más recortes y el que tenga fe que empiece a rezar.

2 Comments
  1. maria says

    que cronica parlamentaria más entretenida le ha salido D. Luis, con lo aburrido que es el contenido..

  2. chinto says

    Dios los cria y ellos se juntan, dice el refranero. Y los sindicalistas gallegos, dirían: «CIU e o PP a misma merda é».

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