El Estado entrega cada año a la Iglesia católica el 1% del PIB

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Imagen de la manifestación laica celebrada en Madrid con motivo de la visita del Papa. / Alberto Martín (Efe)

Tras combatir desde el Gobierno la beligerancia de la Iglesia católica con una sustancial mejora de la financiación de la Curia, que era como tratar de vencer al enemigo por gula en vez de por hambre, el PSOE ha descubierto de repente que su militancia es laica y que es oír cualquier propuesta para terminar con los privilegios de la Iglesia católica y dejarse las manos aplaudiendo. Así que, ante el desbordante entusiasmo que causó en los delegados al 38 Congreso la amenaza de Rubalcaba de revisar los términos del Concordato con la Santa Sede, no hubo más remedio que aprobar una enmienda que así lo recoge. Lo que no hicieron cuando podían juran hacerlo ahora que no pueden. Indescriptible.

De documentar estos privilegios se han ocupado diversas asociaciones laicistas, algunas vinculadas al propio PSOE, y sus conclusiones no pueden ser más reveladores: la Iglesia recibe cada año del Estado entre aportaciones directas y exenciones una cantidad equivalente al 1% del PIB, estos es, algo más de 10.000 millones de euros. En este montante, la partida más importante no es la asignación tributaria, que en 2007 Zapatero elevó del 0,52% al 0,7% -la equis de la declaración- y que en 2010 rondó los 250 millones de euros de forma directa, a los que se añadirían otros 80 millones que distintas organizaciones católicas recibieron de la otra equis, la de los fines sociales.

La actividad social de la Iglesia, en absoluto ajena al proselitismo religioso, se despliega a través de cientos de asociaciones, fundaciones y congregaciones, casas de caridad (varias miles), de ancianos, de drogodependientes, dispensarios, orfanatos, guarderías, etc, porque no todo es Cáritas, Manos Unidas y las Hermanitas de los Pobres. Su trabajo no sería posible sin la existencia de subvenciones, conciertos y donaciones directas de las distintas Administraciones, cuya cuantía se estima por encima de los 2.500 millones de euros. A ello, según un estudio publicado en abril del pasado año por el Observatorio de la Laicidad, habría que añadir unos 700 millones que las consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas entregan directamente a hospitales y establecimientos de salud vinculados a la Iglesia.

La tajada del león, unos 4.000 millones de euros anuales, serían los destinados a financiar con dinero público los centros educativos católicos, a los que habría que sumar los 700 millones con los que el Estado sufraga los sueldos de quienes imparten la asignatura de religión en los colegios. Existen además clérigos que son funcionarios, tal que los capellanes hospitalarios (alrededor de 800), penitenciarios y castrenses, cuyas retribuciones superarían los 25 millones de euros.

A lo anterior, habría que sumar lo que se exime de pagar a la Iglesia en impuestos tales como el de Bienes Inmuebles, obras o patrimonio, que los cálculos antes citados redondean en 1.000 millones de euros. La Iglesia posee un ingente patrimonio cifrado en más de 100.000 propiedades, que no deja de crecer tanto por las donaciones de sus fieles como por el coladero de una Ley Hipotecaria que le permite registrar a su nombre inmuebles como templos, casas sacerdotales y cementerios que carecen de títulos de propiedad. Se estima además que unas 120.000 hectáreas de terrenos agrícola llevan su sello. A tenor de estos datos, cerca del 70% del suelo urbanizable de Toledo, Ávila, Burgos y Santiago de Compostela estaría en su poder.

Sin pormenorizar su ingente catálogo de obras de arte y joyas, sí es posible estimar en cerca de 500 millones de euros anuales las aportaciones que recibe para el mantenimiento de su patrimonio artístico.

Sin contar los fondos públicos que han sido utilizados en sanear una de sus cajas de ahorro como Cajasur (550 millones de entrada y 390 millones más para asegurar futuras pérdidas a sus nuevos propietarios de la BBK), la publicidad institucional que se dirige a sus medios de comunicación, el apoyo económico que reciben sus universidades y escuelas y colegios universitarios, y las contribuciones a sus fastos religiosos, como la visita del Papa en 2011, la Iglesia recibiría cada año ese 1% del PIB antes mencionado que el PSOE, ahora que no puede hacerlo, se propone recortar.

4 Comments
  1. krollian says

    Yo creo, que estando en la oposición, el PSOE podría prometer la reforma de la Ley Electoral y una bolsa de patatas fritas cada domingo para cada español.
    Seguro que cumple si llega al poder ¿a que si?

  2. ivg56 says

    No tienen vergüenza. Merecerían estar eternamente en la oposición: al menos así serían eternamente de izquierdas.

  3. enante says

    Ciertamente produce sonrojo oír estas promesas de un partido que hasta hace poco estaba en el gobierno. Deberían haber elegido a un nuevo líder que no hubiera tenido responsabilidades ministeriales. Así, por lo menos serían algo más creíbles estas proclamas.

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