Los agitadores profesionales

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Dos manifestantes, cubiertos con caretas de Rajoy y Aznar, en la protesta contra la reforma laboral del pasado 19 de febrero, en Madrid. Tras ellos, una pancarta de apoyo a los estudiantes valencianos. / F. F.

En los aledaños al Gobierno, y con notable despliegue gráfico y literario, se ha empezado a difundir la idea de que las protestas en la calle contra los recortes del Gobierno y sus reformas no son espontáneas sino que están sabiamente dirigidas por alborotadores profesionales, detrás de los que, naturalmente, se encuentra una izquierda tan pérfida que no soporta que la derecha decida sobre los visillos de la Moncloa y se apresta a reconquistar lo que es suyo desde la algarada y la pancarta. Obviamente, todo apunta a Rubalcaba, que ya se sabe lo que hace cuando uno se da la vuelta.

Se ignora si estos expertos en agitación son autónomos y facturan por trabajo realizado o están en nómina, pero lo cierto es que su movilidad geográfica es la envidia de la CEOE. Igual se infiltran entre el personal sanitario de Cataluña, que se disfrazan de estudiantes en Valencia o de profesores en Madrid, cuando no de trabajadores de toda España, sublevados por una reforma laboral que abarata su despido y permite que se les baje el sueldo por el artículo 33. De no ser por su habilidad para fabricar malestar social, la ciudadanía seguiría a lo suyo como si tal cosa y debatiendo sobre lo que realmente importa: ¿Seguirán Guardiola y Mouriño la próxima temporada en sus banquillos?

No se ha tardado en descubrir a estos siniestros mercenarios de la provocación porque con el anterior Gobierno sólo se pisaba la calle para ir a las rebajas. ¿El 15-M? Lo maquinó el comando Rubalcaba para acosar al PP, entonces en la oposición, y logró el objetivo de que los populares arrasaran en todas las elecciones celebradas desde entonces pero menos de lo previsto. ¿La huelga general contra Zapatero? Se trataba de un vulgar ensayo organizado por los sindicatos para preparar adecuadamente los paros que le montarán a Rajoy, que esos sí que irán en serio.

De no ser por el aviso a navegantes hubiéramos podido caer en la trampa. La indignación contra el cierre de quirófanos, el deterioro de la enseñanza pública o el retroceso en derechos civiles y laborales es más artificial que las mechas de peluquería. Que lo sepan.

2 Comments
  1. krollian says

    España entera está llena de subversivos activistas, maleantes, sediciosos y alborotadores. Y encima no tienen ni un euro en el bolsillo y andan dando una imagen pésima rebuscando restos de comida caducada en las puertas de los supermercados. Hay que ocultar a toda esta gente debajo de una alfombra o que se queden en casa si la tienen o debajo de un puente. Que hacen muy feo, mirusté…

  2. Chinto says

    El único agitador profesional que agita a los ciudadanos es el Marrullero Rjoy, que ofreció a los españoles empleos por votos, con la sóla intención de tocar poder. De los 35,7 millones de electores, 10,7 le creyeron. La mayoría No. Unos y otros estamos supercabreados por su marrullería. Tiene que irse o convocar de nuevo elecciones. Mientras no lo haga seguiremos ocupando calles y plazas al modo tunecino. Si esta respuesta popular les pica, que se rasquen.

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