Fidalgo, de Rajoy: “Ahora tenemos mejor director de orquesta que antes”

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José María Fidalgo, durante el debate sobre la reforma laboral celebrado ayer lunes. / Juan Carlos Escudier

Desde la izquierda se suele reprochar a José María Fidalgo, exsecretario general de CCOO, haberse pasado al lado oscuro, y hay que reconocer que la especie ha hecho fortuna. Ayer, sin ir más lejos, fue Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, marqués de Valtiera, el que le alababa el gusto: “Eres un sindicalista sensato que se va haciendo de derechas progresivamente”. Y el marqués, vicepresidente de Inditex, consejero de Acciona y presidente de Muprespa, de derechas entiende un rato.

El caso es que Fidalgo, que participaba junto al noble, el exministro y presidente de Vueling, Josep Piqué, y el director general del Instituto de Estudios Económicos, Joaquín Trigo, en un debate organizado la Fundación del Canal sobre la creación de empleo, hubiera pasado al lado de sus contertulios por un rojo peligroso, aunque sólo fuera por la defensa que le tocó hacer del papel de los sindicatos, a los que consideró objeto de un linchamiento. “Me gustaría que sobreviviera un sindicalismo útil”, dijo, sin descartar que la crisis se los lleve por delante y luego les echemos de menos. Para compensar, criticó la oposición de “amenaza de jolgorio diario” de los socialistas y se refirió así a Rajoy: “Ahora tenemos mejor director de orquesta que antes”. Balanza equilibrada.

La primera cuestión que se planteó a los allí reunidos era si la reforma laboral del Gobierno serviría para algo. Habrán adivinado que Piqué aseguró que va “en la buena dirección”, que es la frase de moda entre los neoliberales de rancio abolengo, aunque procedan como él de Bandera Roja. Lo que no sabrán es la preocupación que tiene este hombre por sus dos hijos, que rondan los 30 años y cuyas expectativas laborales, según explicó, “son inquietantes”. No obstante, desveló luego que uno de ellos y otro hijo de su esposa habían encontrado trabajo en el extranjero, lo cual nos tranquilizó a todos un poco.

Josep Piqué, en un momento del debate. / J. C. E.

Piqué era, por tanto, partidario, y más todavía Trigo, algo lógico teniendo en cuenta que su Instituto ha sido musa e inspiración del Ejecutivo. El marqués fue el más beligerante. Describió el mercado de trabajo como una “catástrofe” y destacó que, en realidad, los desempleados no importan a nadie, ya sea porque los sindicatos se centran en defender a los que tienen trabajo o porque el objetivo de las empresas es ganar dinero (permítase la licencia) y no arreglar el paro. Si a eso se añade que, en su opinión, la Carta Magna asumió el corporativismo franquista en las relaciones laborales y ello inspira la doctrina del Tribunal Constitucional, Espinosa de los Monteros no daba un duro por la reforma del PP si el PSOE planteaba contra ella su anunciado recurso.

Por algunas de sus perlas -“el sector público crea empleo para generar déficit y arruinar el país” o “la economía sumergida la fomenta el Estado con sus impuestos”- se deduce que a Espinosa de los Monteros esto del Estado no le gusta, aunque su odio debe de ser reciente o, al menos, era mucho más comprensivo cuando ese mismo Estado le puso al frente de Iberia cuando era una empresa pública o le sentó en la vicepresidencia del INI.

Volvamos a Fidalgo, que de dejar colgada de la brocha a Rosa Díez y coquetear incluso con un ministerio en el Gobierno del PP, distribuye ahora su tiempo entre sus clases de Negociación en el IE Business School, las tertulias de Onda Cero y el mundo del seguro, ya sea como experto de Unespa, la patronal, o como invitado en diversos foros de ese mundillo para proclamar la conveniencia de que las pensiones se complementen con otros planes de ahorro. Pues bien, para el ex de CCOO la reforma era “esperada y esperable”. Sobre si es buena o mala dijo que habrá que dejar pasar un año, que le gustaría que el Gobierno hubiese acertado pero que su duda metódica era si el problema del país era la regulación del mercado de trabajo o su propia economía.

Y como no todo iban a ser capotazos a la derecha, se atrevió también a torear al natural. Explicó que la competencia se estimula vía precios y que la solución del país no estaba en esas pymes como el bar normalito del centro que le cobró 2,40 euros por un café el día del entierro de la madre de un amigo, sino en las empresas medianas de entre 500 y 1.000 trabajadores, que son a las que habría impulsar para que en diez años formaran directivos solventes e internacionalizaran la mitad de su producción. “Yo no ayudaría a todas las empresas y menos (en relación a los bancos) a las que nos han metido en el agujero”.

Propuso para estas sociedades medianas crear una mesa de la competitividad en la que no estuvieran ni la patronal ni los sindicatos. A su juicio, al país le hace falta algo más de silencio, ni tantos pitos ni tantos aplausos, y el convencimiento de que el sufrimiento colectivo de ahora no será eterno. ¿Y sindicatos? También, “Harán cosas malas y buenas, pero la sociedad se puede enfrentar a algo peor si los trabajadores carecen de una voz organizada”.

7 Comments
  1. Parleño11 says

    Fidalgo es un esquizofrénico del sindicalismo y la patronal. Primero habla de una mesa de competitividad sin patronal ni sindicatos, y luego habla de que sin los sindicatos podría haber algo peor para los trabajadores. ¿Pero cree este hombre que merece credibilidad? Tendría que tener más méritos que el palo que le dieron en la manifestación del 2 de mayo por un sufridor de estos sindicatos del poder.

  2. ANTONIO ORDOÑEZ says

    Fidalgo, tu que tienes mano con la derecha, dile a tu amigo el director de orquesta del PP, que deje de meternos la batuta ……, se que a tí no te importa, pero a nosotros nos jode mucho

  3. Beaver says

    ¡Juan Carlos Escudier! ¿Es aquí donde te encontraremos de aquí en adelante? Echo de menos tu brillante «Tierra de nadie», punzante y bien escrita como muy pocas. ¡No nos dejes sin tu lúcida pluma!

  4. Beaver says

    ¡Juan Carlos Escudier! ¿Es aquí donde te encontraremos de ahora en adelante? Echo de menos tu brillante columna «Tierra de nadie», tan bien escrita siempre, tan punzante. ¡No nos dejes sin tu lúcida pluma!

  5. Zaratustra says

    Fidalgo el facha prefiere un contrato mercantil como Piqué a uno laboral. Diga vd. que sí. Y si los obreros quieren sanidad, escuela, pensiones…, que se la paguen, que ya está bien de sindicatos, derecho laboral y demás patrañas decimonónicas.

  6. Chinto says

    Fidalgo: llamar buen director a un marrullero que trata de engañarnos en benficio propio es de fachas. Tú, hace tiempo que me vienes oliendo a Kaka de gaviota.

  7. Jota says

    Que este señor que defiende las reformas contra los trabajadores haya sido el máximo responsable de Comisiones Obreras debería hacernos pensar que hay que crear otra clase de sindicalismo…

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