El Gobierno matiza su política energética en Canarias

Las cosas en materia energética no son lo que parecen. Seguramente, las críticas feroces lanzadas desde el PP en la oposición al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, por su supuesto empecinamiento en potenciar y primar las energías renovables tienen mucho que ver con esa imagen de pronucleares y anti energías renovables que precede a los populares.

Con el PP ya en el gobierno, el anuncio del ministro de Industria, José Manuel Soria de la ampliación del tiempo de vida de la central nuclear de Santa María de Garoña por otros 5 años, revocando así la orden de cierre en 2013, dictada por el gobierno anterior, o el drástico recorte de las primas a las energías renovables que decretó el gobierno de Mariano Rajoy, ampliaron esa imagen.

Sin embargo, el pasado viernes, el ministro Soria, que asistió a la inauguración del Centro Integrado para la Investigación, Innovación y Formación, de la patronal tinerfeña del Metal y Nuevas Tecnologías, se declaró partidario de las energías renovables, como parte importante de ese mix energético en el que no cabe, según dijo el ministro, descartar "ningún tipo de energía primaria y que permita ir hacia una reducción progresiva de emisiones de CO2, así como hacia una creciente participación de las energías renovables, teniendo en  cuenta que el coste de producción con ellas es inferior al de las convencionales".

Lo dijo el ministro Soria en Canarias, en su tierra, y ante un colectivo empresarial con intereses en el mercado de la energía fotovoltaica y eólica.

Algunos de los que escuchaban al ministro de Industria y su apuesta por las renovables no podían entender cómo aquél que, nada más llegar al Ejecutivo, promovió el Real Decreto 1/2012, en el que se establecía la moratoria del pago de las primas a las energías renovables, para gran disgusto y cabreo del sector, estaba diciendo lo contrario a lo que hizo en su día. Y fue en un día no tan lejano, cuando, refiriéndose a las primas que acababa de retirar decretó que España "no se las puede permitir".

Todo hubiera pasado por ser una mera maniobra retórica para ganarse al respetable si, a renglón seguido, el ministro no hubiese anunciado su intención de poner en marcha un régimen eléctrico singularizado para el archipiélago canario, porque, según aseguró, "la ley mandata a que Canarias tenga un régimen singularizado y pueda superar la enorme vulnerabilidad que tiene en este terreno". Mensaje recibido: no habrá primas para las energías renovables, pero eso no incluye a Canarias o, mejor dicho, lo incluye por ahora, pero en los planes del Ministerio está excluir a Canarias, de esos recortes, para júbilo de un colectivo de empresarios canarios que, al calor de las ayudas ofrecidas por el anterior gobierno de Zapatero (que repartía más de 5.000 millones de euros al año en este tipo de incentivos) invirtieron fuertes sumas en huertos solares o en plantas eólicas.

Aunque la ley ampare el "hecho diferencial" canario al que aludió el ministro Soria, habrá que ver la acogida que tiene esa iniciativa proteccionista del ministro en otros territorios, como Castilla y León o Andalucía, entre muchos otros que no tienen ni "hecho diferencial", ni las subvenciones que un buen día les llevaron a invertir fuertes sumas en lo que, hasta que el ministro cortó el grifo de las primas, era una buena inversión.