Puig logra el liderazgo del PSPV por una holgada mayoría frente a Alarte

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El candidato a la secretaría general del PSPV, Ximo Puig, acompañado por Leire Pajín, ayer, a su llegada al recinto donde se celebra el 12 Congreso de los socialistas valencianos. / Morell (Efe)

(Actulización de las 17.30 horas del sábado). El diputado nacional Ximo Puig se ha convertido en el nuevo secretario general del Partit Socialista del País Valencià (PSPV), la segunda federación del PSOE en número de militantes, al superar de forma clara a su contrincante, Jorge Alarte, quien llegó con ese cargo a la apertura del XII congreso nacional de la formación socialista valenciana.

Puig logró 321 votos, algo más del 61% de los 525 delegados convocados al cónclave. Alarte obtuvo 179 respaldos, el 34%, mientras que otras 24 papeletas fueron en blanco y un solo voto fue declarado nulo. Después de cuatro congresos con victorias por la mínima entre los contendientes, en esta ocasión el vencedor lo ha sido con una diferencia sustancial.

El nuevo líder del PSPV sumó a su causa a los seguidores de Francesc Romeu, quien no logró los avales necesarios para competir por la secretaría general. Puig se presentó ante el congreso con los respaldos del sector conocido como neolermista y los aglutinados por Ciprià Ciscar y Leire Pajín. A la postre, su capacidad para ahormar una mayoría estable le ha dado la victoria.

“Os llamo al reto de convocar en torno a una alternativa progresista real y visible a una amplia mayoría de la sociedad valenciana. No podemos conformarnos con parar a la derecha, yo quiero derrotar a la derecha”, dijo Puig en una breve intervención tras proclamarse los resultados

Con este resultado, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, asistirá tranquilo mañana domingo al acto de clausura del congreso, una de las federaciones más importantes del partido. La victoria de Ximo Puig no se convertirá en un nuevo revés para incipiente liderazgo de Rubalcaba en el PSOE.

Tras la derrota del 'aparato' de Ferraz en los congresos del PSM, en el que venció Tomás Gómez, y de la federación gallega, en la que siguió al mando Pachi Vázquez, el cónclave valenciano podía ser una especie de puntilla en el ámbito orgánico para Rubalcaba apenas unas semanas después de ganar al sprint a Carme Chacón en el congreso federal celebrado en Sevilla.

Pero la derrota de Alarte, un aliado de Rubalcaba en el congreso sevillano, al frente de la convulsa federación valenciana no se volverá en su contra porque Puig, quien esta pasada madrugada ligó las alianzas suficientes para tener una mayoría holgada en la votación, se ha declarado leal al líder federal pese a ser uno de los soportes principales de Chacón en el cónclave sevillano.

Esta 'entente cordiale' entre Rubalcaba y Puig se cerró, paradójicamente, con Alarte delante. En la reunión que mantuvieron los tres en Ferraz esta misma semana, con Elena Valenciano y Óscar López como notarios, el secretario general le pidió, de forma expresa, al dirigente de la federación valenciana que retirase su candidatura a repetir en el cargo. Así lo dijeron fuentes solventes a cuartopoder.es.

Alarte se negó y el intento de Ferraz de evitar un enfrentamiento a cuatro bandas –los otros dos aspirantes, Francesc Romeu y Manuel Mata, intentaron hasta bien entrada la madrugada pasada lograr los avales para someterse a los delegados– fracasó. El abandono del respaldo de Ferraz a Alarte tenía un argumento de peso: casi un 80% de las agrupaciones locales del PSPV votaron en contra de su gestión en las asambleas para elegir a los 525 delegados que concurren al congreso en el paraninfo de la Universidad alicantina. Una premonición porque los delegados, y de madrugada, le tumbaron la gestión, un hecho sin precedentes.

Con ese lastre, Alarte se presentó ayer ante los delegados con las fuerzas disminuidas y algunos de sus apoyos internos comenzaron a abandonarle. Ni siquiera un discurso reivindicativo de su gestión – reclamó para sí la dimisión del ex presidente Camps y su ofensiva contra la corrupción del PP valenciano -  le sirvió de gran cosa: cosechó aplausos más corteses que entusiastas.

Paralelamente Ximo Puig, alcalde de Morella y novato diputado nacional, y sus aliados trabajaron para procurarse una mayoría hasta alcanzar el respaldo de Romeu, quien posiblemente tenga un protagonismo en la nueva ejecutiva del PSPV.

Ferraz, que ha prestado un fuerte apoyo logístico a la celebración de este congreso, intentó hasta el último momento evitar un enfrentamiento, calificado como “estéril e inútil”. La presencia de la vicesecretaria general, Elena Valenciano, y del secretario de Organización, Óscar López, no lo habían evitado bien entrada la madrugada. Valenciano, además, hizo un llamamiento a la unidad durante su intervención ante los delegados en la sesión de inauguración. Con escaso éxito al parecer.

Con todo, la decantación hacia Ximo Puig de una mayoría de delegados rebajó un poco, pero no mucho, la evidente tensión con la que se abría el cónclave. “Ninguna sorpresa”, explicaba ayer por la tarde un veterano militante al recordar que en los últimos 17 años – los que se cuentan desde 1995 cundo se perdió la Generalitat - esta federación socialista ha estado sumida entre continuas peleas internas y una cómoda postura en la oposición. “Esperemos que ahora esto cambie de una vez por todas”, le respondió una delegada que apenas superaba la veintena de años. Esa impresión era generalizada tras conocerse la victoria de Puig y el respaldo cosechado.

1 Comment
  1. Rafa Turnes says

    como siempre, al pie del cañón. Un abrazo, Blay

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