Carta a un puto inmigrante

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Un joven inmigrante, durante la manifestación celebrada en Ceuta contra la reforma laboral, el pasado día 29, tras la jornada de huelga general. / Reduan Dris (Efe)

Querido Mohamed, o Ali, o Svetlana, o K,

Te escribo desde España, donde ya sabes que llegué hace unos años, para contarte cómo nos va. Y cómo les va a los españoles. No sé si habrás visto estos días por la tele que están todos un poco tensos con las reformas del gobierno de derechas, sobre todo las reformas laborales, que están dando al traste con un montón de conquistas históricas de los trabajadores, dicen.

Te digo que dicen porque en todo el tiempo que llevo aquí, yo estas famosas conquistas no las he olido por ninguna parte.  Sabes, muchos de los que hacen huelga o se manifiestan estos días no tienen ningún empacho en mantenernos a nosotros, los de fuera, en condiciones laborales mucho peores de las que les hacen a ellos salir a la calle. Los hay que se indignan mucho con lo suyo y muy poco con los de los demás. Que consideran un crimen que a ellos se les abarate el despido, pero a la señora que limpia su casa por horas, no la han contratado ni la contratarán nunca. Aunque haya una ley que les obliga.

Pero no te vayas a creer que los españoles hacen esto por racistas. No. Porque lo mismo que nos hacen a nosotros, putos inmigrantes, se lo hacen a ellos mismos. A los putos jóvenes que no encuentran trabajo, o si lo encuentran es en precario. Y si se da el caso milagroso de que les contratan, muchas veces es para que carguen con toda la tarea que hace tiempo que no se dignan a hacer los mucho mejor pagados y con contratos mucho más blindados que ellos. Esto pasa en muchos periódicos de estos que se dicen de izquierdas y que a la hora de infracontratar o de despedir indemnizando lo mínimo no se leen sus propias editoriales contra la reforma laboral que dicen que les daba tanto asco, y que luego aplican más a rajatabla que nadie.

Yo no sé qué pensar ni qué decirte, compadre. Por un lado me dan pena muchos de estos trabajadores españoles que estaban tan contentos con su país. Tan convencidos de que habían alcanzado unos niveles de seguridad y de prosperidad que ya nadie les podría quitar nunca. Me dan pena aunque a muchos de ellos hasta ahora no les haya dado ninguna pena yo. Me dan pena sobre todo los que han trabajado mucho tiempo muy duro y muy bien, sin aprovecharse de nadie, y ahora van a verse igual de jodidos que los que nunca han dado palo al agua o han defraudado al sistema. Llevando el cántaro a la fuente tantas veces que claro, va y se les rompe. En estas cosas siempre pagan justos por pecadores, como sabes.

Para que no sea así a lo mejor habría hecho falta meter mano hace tiempo. Que los que ahora claman por los derechos de los trabajadores se hubieran puesto años atrás las pilas contra la desigualdad, el fraude y la injusticia. Contra los privilegios enquistados en el sistema que hace tiempo que lo ponen en peligro, amenazando la caja de resistencia, la bolsa común, el tejido social que costó siglos construir, y que puede saltar en pedazos en muy poco tiempo.

Es fácil echarle la culpa de todo a la derecha. Pero la derecha nunca dijo que había venido al mundo a proteger los derechos de los trabajadores. Esa era la tarea y la promesa de la izquierda, de los sindicatos, de toda una serie de gente que no ha estado donde y cuando se la esperaba. Que no ha estado a la altura. Y que sigue sin estarlo.

Yo creo que tienen todo el derecho a defender lo que es suyo. El problema es que hace demasiado tiempo que lo suyo no es lo de todos. Que representan a un mundo cada vez más estrecho, privilegiado y arrogante, menos solidario con el conjunto de trabajadores en precario, o directamente de parados, que hace tiempo que sufren unas condiciones laborales y sociales infinitamente peores que las que ellos juzgan inaceptables. Sin que ellos se diesen jamás por enterados ni se preocuparan lo más mínimo.

¿Dónde están todos estos grandes revolucionarios y quemadores de containers cuando mi mujer va a limpiar escaleras de sol a sol sin un puto contrato, cuando a mí me cogen de albañil a mitad de precio porque no tengo papeles, y luego si me enfermo me ponen en la calle por lo mismo? ¿Qué receta ofrecen las grandes centrales sindicales para el matrimonio mayor que hace treinta años que abre cada día la persiana del bar, dejándose las pestañas y el alma, y el bar hace dieciséis meses que pierde dinero, que se les come los magros ahorros para la jubilación, y encima va el piquete y les revienta los cristales? ¿Qué antisistema se preocupa de los débiles del sistema?

Te preguntarás si con todo esto te estoy diciendo que canceles tus intenciones de seguir mis pasos y venirte tú también a España en busca de trabajo. Pues mira, no. No te estoy diciendo eso. Pues con todo lo mal que pinta la cosa, a lo mejor es el momento de que a este país llegue mucha más gente como tú y como yo. Mucha gente que sabe lo que es de verdad pasarlas putas (aquí no es que se les haya olvidado, es que les da vergüenza recordarlo), gente que conoce el valor del esfuerzo y de la lucha y sobre todo, sobre todo, el valor de la verdadera solidaridad. De la fraternidad que no es de boquilla.

A lo mejor tendremos que volver a enseñarles a compartir lo poco o mucho que se tenga, pero a compartirlo de corazón, de verdad preocupándose para que alcance para todos. Enseñarles a no dejar a nadie atrás, a no ir de progre de cinco a siete y de hijoputa egoísta todo el resto del tiempo. A no dar lecciones de moral antes de aplicarse el cuento uno mismo. A no pasarse de listo. A entender que aquí nadie va a salir de pobre solo. Ni gratis.

21 Comments
  1. pronetpc says

    Sin entrar a valorar el artículo, indicar que el título, para no llevar a confusiones, debería decir «Carta DE un puto inmigrante (a otro)»

  2. inteligibilidad says

    ¿Qué quiere españa de sus emigrantes? ¿Qué espera?

  3. Pablo says

    Eso, eso que vengan más inmigrantes, a ver si convergemos de una puta vez con el tercer mundo y además de poderno despedir facilmente también nos obligan a renunciar a nuestra cultura, les entregamos tambien a nuestra hijas y las llaves del piso, eso sí la hipoteca y los gastos los pagamos nosotros poniendo el culo en la calle. Que sigan viniendo que ellos nos sacarán de la pobreza en la que estamos por nuestra gandulería, igual que han sacado a sus paises de la pobreza, ellos vienen ahora a salvarnos, venid, venid.

  4. extrem-era says

    Estupendísimo artículo en la línea que realmente representa: la de la prensa tipo La Gaceta, ABC, EsRadio, Intereconomía, etcétera, que es donde pega el contenido del mismo.

  5. Amatias says

    Pablo; ciertamente Telefónica, repsol, y otras que por mi país se pavonean sacándonos los duros; tampoco han hecho nada por tu país ni por el mío. Ellos (ustedes los españoles) en cierto modo son inmigrantes por estos lados; no son salvadores.

  6. Leandro says

    Pocas veces he leído un artículo tan ventajista y a favor de obra de la corriente que se estila contra los sindicatos. Proveniente de alguien cuyo gremio sufre despidos diarios, y no sólo en los periódicos de izquierdas, y sigue siendo una de las profesiones menos solidarias con el compañero. Seguro que la señora Grau algo tendrá que ver en esto, como todos los periodistas en general que optaron por trabajar el otro día y no salir a la calle. Mañana se irán a afiliar al sindicato, pero para que les paguen el abogado. El único problema que tiene España señora Grau, y puede escribirle también al inmigrante para contárselo, es que nos creímos tan cojonudos que ya no estábamos a la altura de eso de los sindicatos.

  7. claudio says

    Un dato. En Italia, país de eso que llaman larga tradición de lucha obrera, los sindicatos tienen más afiliados jubilados que trabajadores. Si los de aquí también tuvieran, afiliados quiero decir, nos dirían los intereses de qué grupo representan. Sea el que sea, tienen todo el derecho, pero igual de lo de ‘trabajadores’ les viene algo grande.

  8. Beaver says

    Se emplean en este artículo algunas de las engañosas estrategias de la prensa reaccionaria española frente a la huelga y las manifestaciones que siguieron, como es la de poner en primera plana a los manifestantes violentos—una fracción mínima de las movilizaciones—y dar a entender que representan, en tono y en acción, a toda la protesta. Al igual que el gobierno “de derechas” al que se refiere el “puto inmigrante” (¿añade algo el adjetivo a la tesis de la autora o es prescindible?), el artículo también opta por cerrar los ojos ante una realidad ineludible: la composición plural, heterogénea y diversa del grupo que se atuvo a la huelga y, sobre todo, del que luego se manifestó. Yo, que sí hice huelga y me manifesté, caminé junto a esa masa plural, entre la que había muchos profesores que comparten su diario laborar con los hijos de Mohamed, Ali, Svetlana y K. No solo eso: a mi izquierda marchaba A., de 76 años, que trabaja voluntariamente en programas de apoyo para Mohamed, Ali, Svetlana y K; a mi izquierda S., de 34, trabajadora social de Getafe que dedica una buena parte de su día a facilitar la comunicación dentro de las familias de Mohamed, Ali, Svetlana y K. Y, ¡oh sorpresa!, delante de mí iba un colectivo de inmigrantes cuyos portadores de pancarta bien habrían podido llamarse Mohamed, Ali, Svetlana y K. Lo más escandaloso de este artículo no es, sin embargo, su desconocimiento de eso que la autora llama “el antisistema” (por cierto, ¿no son los antisistema los que están plantándose delante de la casa de Mohamed, Ali, Svetlana y K. para que no los desahucien?), sino el uso instrumental y frío del inmigrante como arma arrojadiza contra la izquierda, contra los sindicatos, contra los progres… contra una nebulosa que el artículo mismo no acierta a definir. Me parece a mí que, si Mohamed, Ali, Svetlana y K., llegan a leer este artículo, harán suyo aquel grito que un grupo de aguerridos y admirables familiares de las víctimas del 11-S profirieron ante Bush cuando este utilizó su inmenso dolor para justificar la brutal invasión de Afganistán: “¡En nuestro nombre, no!”.

  9. Kramer says

    ¿Qué aporta el «puto», señora Anna? Si lo pone para provocar la lectura de un desenfoque como el que se trae, utiliza vd. el método más vulgar y cutre de la derecha babosa

  10. Patronio says

    Las pocas veces que la señora del ABC se digna escribir en esta web, se luce. Pero está bien, así nos hace valorar más los escritos de los restantes articulistas.

  11. gente corriente says

    Totalmente de acuerdo con Leandro y con Marco, en España todos nos creíamos ricos, teniendo un coche y una vivienda con una graaaaan hipoteca creimos que los sindicatos eran para los pobres muy pobres, nosotros ya éramos burgueses. Los bancos nos lo hicieron creer

  12. ivg56 says

    Por lo que veo, criticar a los sindicatos, en lo que tienen de criticables, es hacer el juego a la derecha reaccionaria. Franco no tenía otros enemigos que los de España; los sindicatos no tienen -hagan lo que hagan, bien o mal- otros enemigos que la derecha fascista.
    Pues bueno.

  13. Amsterdam says

    Como siempre, gran articulo! Uno de los grandes males de Espana ha sido y sera, mientras las masas continuen aletargadas, el PSOE y los sindicatos. A la izquierda de esta pais, ni esta ni se la espera..Defender los intereses del mas debil es gestionar bien lo que se tiene porque si falta, el que lo padece es el pobre, no el rico. Patearse el dinero en infrastructuras innecesarias solo perjudica al debil. Sin embargo, la estrategia del miedo, combinada con reiteradas reformas educativas encaminadas a bajar el nivel cultural medio de la poblacion, hace 30 anos que funcionan a la perfeccion desgraciadamente. Tenemos los politicos y la situacion economica que nos merecemos. A disfrutarla!

  14. sebar says

    Me gusta tu artículo, aunque tambien tiene algo de razón críticas como la de 1. El problema, creo, es que una cosa va con la otra.
    He sido sindicalista muchos años en un sector, lo veo ahora, privilegiado, la Banca. He sufrido la actitud generacional y social de los trabajadores del sector: «Que se jodan como me jodí yo de joven» «Los de la construcción (o limpieza, minas, funcionarios. . . ) esos si que tienen un chollo, no como nosotros»
    Decía Mao que el pueblo debe ser para el revolucionario como el agua para el pez y nosotros hemos tenido el agua que hemos tenido.
    Hemos fallado en nuestra principal responsabilidad, nuestros hijos no estaran mejor que nosotros (a menos que emigren a Australia), podemos hechar la culpa a quien queramos, excusas siempre hay, pero responsabilidad es de todos.

  15. Fernando says

    Voy a hacer un gallo en el coro. He sido de izquierdas toda la vida. Profundamente. Estoy dispuesto a fusilar banqueros mañana por la mañana, después del café, o a quemar la bolsa con ellos dentro. Pero no tengo ninguna estima por los inmigrantes. Los defendí, como haces tú, durante demasiado tiempo. La mayoría vino aquí influidos por la cultura del consumo, para vivir como ellos creían que viven los europeos. En su mayoría vinieron por codicia. Los obreros los perciben como competencia indeseable. Los ricos, como mano de obra ignorante y explotable. Ya sé que Occidente es responsable de muchos de los problemas de sus países, pero sólo un puñado de ricachones europeos es imputable por ello: no el trabajador de calle, que simplemente no los quiere aquí. Te apuesto un céntimo a que si haces un referéndum sobre su deportación, el 80% de la población dice que sí.

  16. Corrupción en España says

    Vaya cagada de artículo. La verdad es que no se sostiene y no es para nada creíble.
    Un inmigrante pasa olímpicamente de la situación de los españoles, sólo mira por sí mismo y si a los españoles les va mal, mas y mejor se alegra. No han demostrado otra cosa.
    Al final quieres atribuir unos valores de solidaridad y esfuerzo al inmigrante que ya nadie se cree que pueden tener. Pues hasta el momento sólo han demostrado ir a lo suyo aun a sabiendas de que estaban jodiendo al país y a los españoles.
    Sólo hay una frase creíble:»Pues con todo lo mal que pinta la cosa, a lo mejor es el momento de que a este país llegue mucha más gente como tú y como yo» SI, pero para que España se hunda más y ellos poder invadirnos mucho más y mejor.
    No hay más, no intentes darle la vuelta para hacernos creer otra cosa.

  17. Desempleado 5.000.001 says

    He sorteado la crisis como he podido,hasta ahora: 03/2015 no he sabido lo que es el desempleo y hasta ahora 09/2015,solo he encontrado 2 trabajos temporales (2 meses,por ETT y empresa directamente).Actualmente,desempleado y si surge algún empleo … «échate a temblar» ( lo que ofrecen es propio del s.XIX – contratos según convenio (entorno a 900 € aprox.),horarios propios de las las novelas de Dickens ( De 05:00 h a 21:00 h,de Lunes a Sábado ) .Horario decimonónico y salario decimonónico ,en pleno s.XXI. En eso se ha convertido nuestro mercado laboral,gracias a : 1- Situación del empleo actual. -2- Reforma laboral. – 3 – Extranjeros,y nacionales,aunque la mayor parte son extranjeros,que aceptan cualquier «mier-d-a» que se les ofrezca y que son verdaderos rastreros chupa-cu-los.( Referencia a «Los Santos Inocentes» ). Los empresarios,frotándose las manos de esta situación que no se les podía haber presentado mejor. Mano de obra especializada a precios de saldo,y por supuesto lo que ahora se estila en todos o casi todos los trabajos ( que sea polivalente,especializado y con experiencia en varios oficios para cubrir con un trabajador varios puestos de trabajo –esto está a la orden del día en las ofertas de trabajo –).—-En fín,la situación es PENOSA, y ahora pretenden que venga más mano de obra «ESCLAVA» ?… VERGONZOSO —. No más inmigrantes y castigo real y efectivo para los empresaurios explotadores ( que abundan ).

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