Adios a los pactos institucionales

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'Populares' y socialistas –entre ellos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (centro), y la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez (dcha.), el pasado día 12, en el Congreso, durante la infructuosa negociación del Pacto de Estabilidad. / Manuel H. de León (Efe)

Sólo faltaba Mariano Rajoy y, entrando sorprendentemente en liza, han acabado convenciéndole hasta los presidentes autonómicos que acudieron a la cumbre sobre reducción del déficit que mantuvieron el sábado en la sede de Génova y le pidieron sin recato que el PP se haga con la dirección del Ente radiotelevisivo aunque sea por las malas, sin pactar.

La modificación de la legislación sobre la elección del Consejo de RTVE, de manera que sólo haga falta la mayoría absoluta del Congreso para nombrarlo (y no la actual de tres quintos que obliga a contar con el PSOE sí o sí), era una de las cuatro posibilidades ofrecidas por la SEPI al Gobierno como salida al estancamiento que vive la dirección del Ente desde que dimitió Alberto Oliart. Soraya Sáenz de Santamaría, Dolores Cospedal y Cristóbal Montoro se inclinaron por esa solución. Pero el jefe, Rajoy, la dejó en stand-by hasta ver la disposición de Alfredo Pérez Rubalcaba a pactar la modificación pendiente de todas las instituciones que requieren el consenso obligado entre PP y PSOE (Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas y Consejo de RTVE).

El pasado miércoles, en la sesión de control del Congreso, Rajoy ya lanzó la primera pulla a Rubalcaba diciendo que no basta con predicar la disposición a los grandes pactos, sino que hay que dar trigo y estar decidido a hacerlos. Fue la respuesta a una nueva oferta socialista de alcanzar acuerdos de Estado de gran calado para dar la imagen de unidad frente al acoso de los mercados y las imposiciones de la Unión Europea, pero el presidente tiró con bala cuando dijo que hacía mucho que estaba esperando el inicio de la negociación institucional y el secretario general del PSOE le daba largas.

No era para tanto. Rajoy sólo esperaba desde que pasaron las andaluzas porque, eso sí, fue lo que le pidió Rubalcaba. Sin embargo, era cierto que el presidente sacaba a relucir una inhabitual impaciencia porque las presiones internas empezaban a ser insoportables. Sobre todo desde que, a finales de marzo, un consejero del PP abandonó el Consejo y dejó en mayoría a PSOE e IU frente a la suma de sus consejeros y el de CIU.

Hay quien dice que Rajoy lo había autorizado porque estaba decidido de antemano a cambiar la ley de elección del Consejo, pero sea cierto o no, cuando se supo que el experimentado Jesús Andreu, uno de los hombres de Aznar en La Moncloa, ocuparía el puesto al que había renunciado el hermano de Cospedal -el de director de la Fundación Carolina, en sustitución de la ex ministra socialista Rosa Conde- sonaron todas las alarmas.

A juicio de la dirección del PP, esa decisión suponía que el PSOE controlaría tanto el Constitucional como RTVE. Y la conclusión a la que llegó la cúpula conservadora fue que Rubalcaba haría lo mismo que hicieron ellos en 2004, cuando ganó José Luís Rodríguez Zapatero: bloquear la negociación porque el retraso les permitiría controlar esas dos instituciones.

El PP impidió el acuerdo en el Constitucional durante años, pero llegó a un acuerdo con el gobierno socialista sobre la actual legislación de RTVE porque Zapatero amenazó con modificar la ley para que se pudiera elegir el nuevo Consejo de RTVE y el presidente por mayoría absoluta simple (el 51%), objetivo fácil de alcanzar por un PSOE que pactase con los nacionalistas catalanes e incluso vascos, siempre dispuestos frente a los dos tercios de Congreso y Senado actuales.

La cerrazón de Rajoy negándose a resolver por decreto la elección de un nuevo Consejo de RTVE tenía su porqué. Sobre el Tribunal de Cuentas no hay problemas y hasta podría seguir su actual presidente, Manuel Núñez, un hombre respetado por todos. El lío está en que si se decide resolver unilateralmente la elección del Consejo, lo más probable es que el PSOE se enroque en el Constitucional. Y el Constitucional es lo que más le importa a Rajoy, como a cualquier presidente. Sobre todo ahora, con temas como las reformas o el de la legalización de Sortu y la negociación del fin de ETA de por medio.

El hecho de que los acuerdos sobre déficit con las Comunidades Autónomas se lleven a los Consejos Interterritoriales (Sanidad y Educación esta semana) y no a una cumbre autonómica en el Senado que el Gobierno tenía la intención de convocar antes de las andaluzas y ha dejado en suspenso demuestra que las posibilidades de un entendimiento entre PP y PSOE están rotas. De momento y, por lo que parece, para largo. Eso sí, como ocurrió en la legislatura anterior, Rajoy y Rubalcaba dirán que siempre han querido dialogar y que es el otro el que no quiere.

1 Comment
  1. José says

    El cambio del Telediario de la Prmera, por el NODO, está al caer. La PPecracia, régimen fascista, lo exige.

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