¿Cambiamos escopeta nacional por guillotina usada?

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El rey, ayer miércoles, abandona el hospital USP San José de Madrid tras recibir el alta. / Paco Campos (Efe-Pool)

El Rey caza. El Rey tiene una vida familiar de Estado y, aparte, tiene su vida privada. Al Rey le gustan las señoras. El Rey hace negocios. El Rey vive a cuerpo de ídem. Hay empresarios que agasajan al Rey con cacerías en África, o con yates en Mallorca, o con contratos para que empresas españolas hagan el AVE de Medina a La Meca. El Rey no siempre está donde sus súbditos creen. Al Rey a veces le crecen los enanos, los Marios Condes y los yernos. Etc.

¿Es eso todo? Lo pregunto no porque me parezca poco ni mucho, sino porque me parece desconcertantemente poco sorprendente, valga la paradoja. ¿Dónde está la novedad? ¿Qué está pasando que no fuera archisabido, y no por tres o cuatro cortesanos y periodistas de confianza, sino por todo quisque? ¿De verdad existe alguien en este país que sin faltar a la verdad pueda proclamar que se creía que Juan Carlos I tenía el perfil, pongamos, del difunto Balduino de Bélgica? ¿A quién pretenden engañar con esta súbita oleada de puritanismo casi castrador? Yo en verdad les digo que si llego a ser directora de periódico y me viene un periodista con la historia de Botsuana, de todo corazón le pregunto: pero, ¿dónde está la noticia, chaval? ¿Qué hay de nuevo bajo el sol?

¿Que me habría equivocado? Puede, si dirigiera uno de tantos Dónde-Vas-Vicente-Donde-Va-La-Gente-News. O si tuviera agenda oculta. ¿Estoy diciendo yo que la tengan todos los que de la noche a la mañana han “descubierto” los vicios regios y se han lanzado como locos a pedir la abdicación? No. Guárdeme Dios de afirmar una cosa así sin pruebas. Yo lo único que digo es que, si agenda oculta no tienen, pues sinceramente, no entiendo nada.

Fíjate que entiendo más a los republicanos, que me parece normal que aprovechen para entrar a degüello. Es lo suyo. Pero el que lo que pide es mantener la Corona, cambiando meramente la cabeza sobre la que se sostiene, es decir, los que piden un Rey a la Carta, ¿de qué van? Muchas de las cosas que critican, ¿no serían o podrían llegar a ser igualmente criticables en otro soberano? ¿Quién nos garantiza que Felipe y Letizia se amarán por siempre, que si el príncipe se rompe una pierna no será cazando, que las infantas Leonor y Sofía beberán leche comprada en Mercadona y se casarán con honrados funcionarios públicos, como la duquesa de Alba? ¿Cómo se cree el ciudadano de a pie que vive una Familia Real? O, ya puestos, ¿dónde y cómo se creen que viven un expresidente como José María Aznar o Felipe González, el uno consejero del imperio Murdoch, el otro con domicilio en la calle Velázquez, negocios en América Central y predios en el norte de África? ¿Creen que la exministra y todavía diputada Carme Chacón tiene un piso en San Blas o en la plaza de Santa Ana? Etc.

¿De verdad todo se arreglaría si todos los ricos, o simplemente un poco más ricos que tú, fingieran que son pobres? Mucho me gustaría que este súbito rasgarse las vestiduras con los excesos reales fuera indicio de replanteamientos profundos. De nuevas exigencias institucionales y regeneradoras. Pero ay, me temo que no. Sin duda había algo bastante antiestético en el viaje real a Botsuana. Pero ojo con ser carlista por estética, con echarle bótox a los problemas. Ojo con tirar el niño con el agua sucia de la política. Y de la economía. El rey y su potencial desprestigio, su nueva vulnerabilidad, pueden ser un síntoma, pero no son la enfermedad. Son más el efecto que la causa. Más una nueva y descorazonadora muestra de cuán fácil es darle la vuelta a la veleta de la opinión pública. Cuán fácil es distraerla de lo fundamental.

Si todo se arreglara resucitando elefantes.

4 Comments
  1. negras tormentas says

    Válgame la monarquía!

    La prensa ha perdonado a juan carlos.

    ¡Cuanto aspirante a portavoz!

    Salud y III Republica

  2. celine says

    Qué de acuerdo estoy con usted, Grau. Me siento lejos de la necesidad de elegir entre monarquía o república, pero cerca de la pregunta fundamental que se refiere al modo elegido para gobernar la democracia: los fingimientos y las mentiras; la persistencia en los abusos de los bien colocados en los puestos del poder y las calladas por respuestas cuando la gente pregunta y se enfada con toda la razón. Lo que asusta es la desmoralización de la sociedad española, la que trabaja y paga sus impuestos, la que se preocupa por salir del fango en el que se empeñan en empujarnos las circunstancias -llamémoslas así-. Eso sí que da yuyu, porque la desmoralización conduce a la desorientación y al caos.

  3. Hortensia says

    Un artículo inteligente, Graun. Como siempre. Cuando empezó lo del 15M, un amigo mío que es muy listo, dijo: «A todo este jaleo que empieza ahora y al que viene detrás, habrá que darle algo. Y mucho me temo que solo le van a poder dar al Borbón». Entonces nos pareció una locura. Nadie, salvo cuatro republicanos pedían aquí la República. Unos meses después, ya no parece tanta locura. Pues yo personalmente no prefiero a un pepero o psoero de presidente de la República, gracias. Y no creo que sea más barato elecciones presidenciales cada cuatro años que mantener esto. Ni más rentable, aunque solo sea en contratos de trenes a la Meca. Pero en el fondo me da un poco igual. Lo que de verdad me asusta es efectivamente lo muy manipulable que es la opinión pública.

  4. bridesmaid dresses chicago says

    I really love the way you explained your thoughts about this idea, but for me Pornography isn’t good especially for children. bridesmaid dresses chicago http://media-monsta.com/profile/detailloss6

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