Un problema llamado Abdellah para el ministro Fernández Díaz

Es probable que ya conozcan la historia de Abdellah El Asli, un ciudadano de 33 años de nacionalidad marroquí que fue detenido el 1 de marzo por una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía cuando jugaba al fútbol con unos amigos en Guadalajara. Abdellah entró por su propio pie en la Comisaría y salio (lo sacaron) tretrapléjico en una camilla.

El 1 de marzo era jueves. Al ver que pasaba el viernes y el sábado y Abdellah no volvía, sus amigos fueron a la Comisaría a interesarse por él, pero allí no estaba y les dijeron que había sido “expulsado”, pues desde mayo de 2011 pesaba contra él una orden de devolución del Centro de Internamiento de Extranjeros.

Los amigos y allegados no se quedaron conformes y volvieron a preguntar varias veces más en la Comisaría, donde recibieron la misma respuesta. Puesto que no había datos ciertos sobre su paradero, se pusieron en contacto con la asociación de marroquíes Al-Amal y con el dirigente local de Unión Progreso y Democracia (UPyD), Francisco Lucas, quien hizo llegar una nota al subdelegado del Gobierno, Juan Pablo Sánchez-Seco, interesándose por su paradero.

Este delegado, que ha sido alcalde de Pastrana, vicepresidente de la Diputación de Guadalajara, portavoz del PP en esa corporación, senador y vicesecretario de comunicación del partido en Guadalajara (todo a la vez) antes de ser propuesto por María Dolores de Cospedal para el cargo, no pudo mantener la reserva por más tiempo –ya se sabe que cuanto más grave es un asunto más se tapa-- y el 20 de marzo acabó confirmando el paradero de Abdellah en la UVI del Hospital Universitario de Guadalajara, a donde fue trasladado en ambulancia la noche del 1 de marzo por los servicios de urgencia de 112, víctima de un fuerte golpe que le dejó tetrapléjico.

Ni que decir tiene que los agentes remitieron al juzgado de instrucción correspondiente (el número 4) el atestado preceptivo. El juez abrió diligencias, llamó a declarar al representante de UPyD en calidad de testigo, realizó las pesquisas e interrogatorios que consideró convenientes y estimó que las mismas corroboraban “en principio” la versión recogida en el atestado policial, por lo que el 28 de marzo acordó el sobreseimiento “al no resultar acreditada la existencia de delito alguno”.

El dirigente del partido de Rosa Díez denunció en una televisión local “el oscurantismo” del subdelegado durante los veinte días de incertidumbre --lo que prueba la necesidad y urgencia de la famosa ley de transparencia--, la presidenta de la asociación marroquí Al-Amal, Nadia Otmani, pidió y obtuvo ayuda para que algún familiar pudiera venir a visitarle y para que fuera trasladado al Hospital de Parapléjicos de Toledo, que cuenta con los mejores especialistas del mundo en el tratamiento y rehabilitación de estas dolencias y tiene una larga lista de espera.

¿Qué le ocurrió a Abdellah en la Comisaría? Según la versión recogida en el auto judicial “se autolesionó” para no ser devuelto a Marruecos. ¿Cómo pudo hacerlo, estando bajo custodia policial? Según la subdelegación del Gobierno, “cuando se procedía a trasladar al detenido al calabozo, éste echó a correr, impactando contra la pared para provocar su hospitalización y evitar así su extradición”.

Aunque la historia del desgraciado Abdellah no haya trascendido del ámbito regional y, como suelen decir en estos casos, se trate de “un caso aislado y puntual” que no debe trascender ni obligar al Gobierno a dar explicaciones a las autoridades marroquíes, el diputado de IU Ricardo Sixto Iglesias, que es portavoz en las comisiones de Interior y de Justicia del Congreso, considera tan chunga la versión del delegado que, con la discreción del caso y por escrito ha exigido al ministro Jorge Fernández Díaz que conteste a las siguientes preguntas:

¿Cómo explica que ese hombre haya entrado sano y salido tretrapléjico de una Comisaría? ¿Ha abierto alguna investigación y cuáles son los resultados? ¿Por qué la subdelegación del Gobierno ocultó los hechos durante 20 días? ¿Por qué desinformaron a los allegados del detenido? ¿Los agentes cumplieron con su obligación de informar al detenido de su derecho a ser reconocido por el médico forense y a que se comunicaran los hechos al Consulado de Marruecos? ¿Qué dice el informe del forense sobre las causas de la tetraplejia y cuáles son? ¿Actuaron los agentes de acuerdo con la instrucción 12/2007 sobre protección de los derechos de los detenidos? ¿Qué medidas de transparencia va a adoptar para que las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno difundan las malas noticias con la misma celeridad que comunican las buenas? ¿Va a mejorar el protocolo sobre la detención y custodia de los detenidos? ¿Piensa instalar cámaras en las comisarías para garantizar los derechos de las personas detenidas y la seguridad jurídica de los policías?

Si no cabe esperar del ministro aclaraciones suplementarias a la versión oficial ni reproche alguno al opaco subdelegado, habrá que esperar a que el detenido quede libre de la protección asistencial y pueda hablar y acercarnos a la verdad. Una cosa parece clara: ya no podrá volver a jugar al fútbol ni correr para salir huyendo.