‘Presoak Euskal Herrira’

El ministro del Interior se vio obligado a  explicar personalmente con detalle a las víctimas del terrorismo en qué consiste “el plan integral de reinserción de presos”, en un intento de paliar el revuelo organizado así como mitigar las duras críticas recibidas por parte de estos colectivos. Pero pese a sus buenas intenciones no consiguió el objetivo deseado ya que al finalizar las reuniones con las diferentes asociaciones, estas no alteraron su punto de vista y siguieron calificando el plan de “traición” y “cesión” a ETA. En su opinión, es un coladero para los presos etarras y una “chapuza” que sólo beneficiará a la banda y sus planes

La iniciativa de  Interior consiste en que aquellos etarras que notoria y públicamente rechacen la violencia podrán incorporarse al programa anunciado con el fin de que participen en unas "aulas" dirigidas a su educación en valores de convivencia. Esto acarrearía su traslado a cárceles del País Vasco, donde podrán mantener encuentros con quienes han sido víctimas del terrorismo, una idea que ya puso en práctica el año pasado el Gobierno de Zapatero en la llamada “vía Nanclares”, nombre de la prisión alavesa en la que tuvieron lugar las conversaciones entre víctimas y verdugos.

La pregunta es ¿por qué el Ejecutivo de Rajoy, contrario a cualquier cesión a la banda, se presta ahora a conceder una de sus reivindicaciones históricas como es el acercamiento de los presos a Euskadi?  Todo el mundo conoce sus famosos slogans de  “presoak etxera, presoak Euskal Herrira” (presos a casa, presos al País Vasco). Las razones pueden ser tan variadas como la presión de otros partidos como PNV y PSOE que han aplaudido la idea de no desaprovechar una posible oportunidad de acabar con el terrorismo, aunque ello implique una forma diferente de actuar … Pero, tampoco debe extrañarle la reacción que han tenido de las víctimas ni que se sientan engañadas pues, de hecho, supone un cambio en la política penitenciaria del Gobierno.  Este ha asegurado por activa y por pasiva que no está negociando con ETA, aunque las víctimas no le crean y el eurodiputado Jaime Mayor Oreja lo ponga en duda.

Si por el motivo que sea, el Ministerio del Interior quiere poner en práctica su propio plan de reinserción  debería haberlo planteado de otra manera y en otro momento, con el ministro en España y no en Luxemburgo. Fernández Díaz no podía ignorar que se trataba de un bombazo informativo por lo que, antes de darlo a conocer a la opinión pública, debería haber hablado con los colectivos de victimas. Tampoco puede dejar la información en manos de una agencia de noticias para que la suelte cuando él está fuera. Es más, él mismo debería haber anunciado el plan de reinserción en una rueda de prensa para que los medios allí presentes le hubieran preguntado todo lo necesario hasta dejar claro en qué consiste. Me decía un miembro del equipo de prensa de Interior que “de los errores también se aprende”, lo que significa que se han dado cuenta de que han metido la pata..

Está claro que las víctimas no pueden marcar la política antiterrorista del Gobierno, pero también es evidente que han de ser tenidas en cuenta. Los etarras, por su parte, pueden arrepentirse, abdicar del terrorismo, pedir perdón a las víctimas y todo lo que necesiten para sentirse bien con ellos mismos, si es que lo necesitan. Es más, podrían colaborar con las Fuerzas de Seguridad del Estado en el esclarecimiento de los 300 asesinados cuya autoría se desconoce, así como en otros muchos en los que no hubo resultado de muerte, pero que sí destrozaron la vida a muchas personas. Pero este acto de contrición, en ningún caso debería llevar aparejado como premio la percepción de beneficios penitenciarios. Además, hasta la fecha, el PP coincidía con las asociaciones de víctimas del terrorismo en dos premisas: el cumplimiento íntegro de las condenas y la derrota total de ETA.