Ampollas en los pies, dolor de huesos y una moral de victoria, los mineros

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Varios mineros descansan en el polideportivo municipal de la localidad madrileña de Collado Villaba, adonde llegaron ayer después de dos semanas de marcha. / Kiko Huesca (Efe)

La Marcha Negra llegó el domingo a la Comunidad de Madrid y sus protagonistas, los mineros del carbón que resisten en huelga desde hace cuarenta días, confían en que se verifique el grito “Madrid entera se siente minera” y que la ciudad les dispense un recibimiento apoteósico. Decenas de asociaciones y colectivos, el movimiento de los indignados del 15-M, los sindicatos y los partidos de izquierda ya se preparan para recibirles. La secretaria de organización de los socialistas madrileños, Maru Menéndez, ha remitido a todos los afiliados la siguiente convocatoria: “Martes, 10 de julio, a partir de las 21:00 horas, acogida y recepción de la Marcha minera en Moncloa (Metro de Moncloa); miércoles, 11 de julio a las 11:00 horas, manifestación entre la Plaza de Colón y el Ministerio de Industria (Punto de encuentro, Jardines del Descubrimiento en Colón)”. Y lo propio han hecho los dirigentes de IU y las organizaciones sindicales.

En contraste, ya se sabe que la presidenta madrileña y lideresa del PP, Esperanza Aguirre, les ha negado cualquier ayuda, la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, les ha advertido que ni se les ocurra acampar en la Puerta del Sol, donde la noche del martes confluirán la columna de Asturias, León y Palencia con la que llega desde Aragón, y la alcaldesa de la capital, a la que nadie ha votado para el cargo que detenta, Ana Botella, les ha negado albergue en una instalación pública, aunque, al final, por mediación del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha tenido que dejarles el pabellón de un colegio en el distrito de Moncloa. El ministro quiere tenerlos reunidos y controlados en el mismo sitio. “Que no se preocupe, que no somos violentos ni traemos dinamita”, dice el artillero del pozo Nicolasa, en Mieres, Juan Manuel García.

Lo que si traen los 160 mineros que salieron hace veinte días de las cuencas asturianas, leonesas y palentinas, y los 40 que llegan desde Teruel, son ampollas en los pies, tendinitis en las piernas, dolor de huesos y una moral de victoria que según algunos de ellos es superior a La Roja. “Esta batalla la vamos a ganar”, afirma Fabián Álvarez, responsable de la organización de la columna asturleonesa y palentina. “Ese señor tendrá que dar el brazo a torcer”, añade en referencia al ministro de Industria, un hombre de gran parecido facial con el marido de la alcaldesa Botella, con el que coincide en el segundo apellido: López.

Teníamos esperanza de que en la reunión del día 2, ese señor, por no llamarle hijoputa, asumiera los compromisos firmados para este año y pudiéramos suspender la marcha, pero eso no ha ocurrido y algunos ya llevamos más de un mes en huelga”, dice Ana Sánchez, una de las cuatro mujeres mineras que participa en la marcha y trae más de 400 kilómetros en las piernas. Ana tiene 45 años, es madre de dos hijos, trabaja de embarcadora (cargadora de vagonetas) en el pozo María Luisa, a 800 metros de profundidad desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde cada día laboral. Con ella vienen dos compañeras de la misma explotación que realizan idéntico trabajo y una ayudante minera que estudió derecho y ahora es abogada de la UGT.

Esperamos que la marcha sirva para algo, y si no, habrá que seguir luchando”, añade esta brava mujer antes de contar para Radiominera, el blog del periodista Javier Manzano que la etapa más dura fue la subida al puerto de Pajares y que en el camino ha podido observar, recibir testimonios y reflexionar sobre el empobrecimiento general y los ataques a otros sectores. “Es que es todo, la pequeña industria, la pesca, la agricultura, el transporte, la enseñanza, la sanidad…, todo. Deberían hacer lo mismo que nosotros, venir con nosotros, luchar y no dejarse pisar”.

Mineros de la columna de Aragón se dirigen a cientos de personas que se congregaron ayer, día 8, para recibirles en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. / Fernando Villar (Efe)

El dirigente de CCOO de León, Maximino García, afirma que no tienen previsto perder esta batalla. “No vamos a dar marcha atrás, seguiremos con la lucha”, y quiere dejar claro que su “conflicto no es con la policía, sino con el Gobierno, que incumple sus compromisos y quiere acabar con la minería aplicando en 2012 una reducción de las ayudas prevista en 2018”. García es consciente de que los cortes de vías y carreteras en Asturias y en León y los enfrentamientos en la retaguardia, en Ciñera (León), Pola de Lena (Asturias) y otras localidades mineras está convirtiendo la bronca en la única noticia y haciendo olvidar la responsabilidad de un Gobierno que ha decidido eliminar los 5.000 empleos directos que quedan en las cuencas carboníferas, despreciar la sabiduría y buen hacer de los trabajadores y desterrar de su medio a miles de familias.

La moral de la columna asturleonesa y palentina subió muchos grados el domingo cuando los mineros, provistos con sus garrotas y sus cascos, vieron que más de dos mil vecinos de Villalba y otros pueblos de las estribaciones de la sierra de Guadarrama salían a recibirlos y les acogían con vítores y aplausos. La columna se alojó en un pabellón municipal en Collado Villalba. Los turolenses también fueron acogidos con simpatía y aplausos por los vecinos de Alcalá de Henares. A algunos se les saltaban las lágrimas.

Y casi todos, desde el más joven, Adrián Alonso, de 24 años, que trabaja en una contrata de Hunosa en el lavadero de Batán y en el pozo Nicolasa, hasta José Álvarez Fraga, Chotín, un veterano picador que perdió a su padre en la mina y lleva 22 años sacando carbón, pasando por Carlos Alves Luis, que trabaja en una explotación a cielo abierto en Fabero (León), repiten el mensaje de que su lucha no es sólo por el trabajo, la vida y la viabilidad de las comarcas mineras, sino también por el conjunto de la clase trabajadora. “Si perdemos nosotros, que somos luchadores de toda la vida, los demás trabajadores van a perder el doble; por eso no podemos perder, por eso vamos a ganar”, afirman.

Hay en esa moral de victoria una apelación a la unidad y solidaridad de todos los trabajadores, una exigencia de respeto a quienes se han burlado de ellos considerándolos “una minoría exótica y residual”, como denunció la diputada socialista Marisa Carcedo en el último pleno del Congreso. Hay también la voluntad inquebrantable de obligar al Gobierno a reponer los 200 millones de euros que les ha quitado y a no dejarse engañar por los planes de liquidación.

Saben que para liquidar la minería antes del 2018, el Gobierno de Rajoy y Soria no sólo está apostando por la energía nuclear, prorrogando la vida útil de Garoña y forzando el cierre de las minas suprimiendo las ayudas, sino también que el Ejecutivo ha eliminado de un plumazo el presupuesto del proyecto de captura y almacenamiento del CO2 que impulsó Zapatero y están aplicando Alemania y otros países de la UE. También para eso, para desenmascarar la inviabilidad y otras felonías antisociales sobre la rentabilidad, los mineros que salieron el 22 de junio desde las cuencas asturianas y leonesas y confluyeron en La Robla (León), han caminado más de 400 kilómetros sin desfallecer.

4 Comments
  1. maiquelnait says

    Alguno del pp estara echando espumarajos por la boca.

  2. Antonio says

    Cuanto dolor por causa de unos cuantos ladrones hideputa y de sus lacayos de Madrid, berlín, bruselas

  3. centro fisioterapia barcelona says

    He leido Ampollas en los pies, dolor de huesos y una moral de victoria, los mineros con mucho interes y me ha parecido practico ademas de facil de leer. No dejeis de cuidar este blog es buena. centro fisioterapia barcelona http://www.kinesioclinic.ne

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