Semana de locos del Congreso (y Rajoy en la ONU)

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Cartel de la protesta organizada por el 15-M y otros colectivos para el próximo martes en torno al Congreso.

Para el Parlamento, la semana próxima va ser de las de toma pan y moja. Y no sólo porque el martes, 25 de septiembre, se materializa la convocatoria del Movimiento del 15-M para “rescatar” el Congreso ocupando su entorno (la convocatoria, para acentuar su carácter pacifista, ya no se llama “Ocupa el Congreso”, sino “Rodea el Congreso”). De manera excepcional, la Cámara Baja se abrirá el sábado, día 29 (o incluso el domingo, si se discuten hasta el último minuto como no se puede descartar), porque el lunes es uno de octubre y el Gobierno debe entregar antes los Presupuestos Generales para el 2013, unas cuentas del Estado que se anuncian más duras –en tijeretazos– que los actuales.

Cuando menos, en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo –previsiblemente rodeado por los indignados desde el día anterior– este miércoles no habrá duelo entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez-Rubalcaba durante la habitual sesión de control de la oposición al Gobierno en los plenos de la Cámara. El presidente del Ejecutivo viaja a Nueva York para dar un discurso ante la Asamblea General de la ONU, el 25 de septiembre, y el miércoles protagonizará una conferencia ante la Sociedad de las Américas, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Además, según ha confirmado el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, Rajoy se verá con Barack Obama. Aunque, eso sí, con brevedad, posiblemente durante la recepción que ofrecerá a todos los jefes de delegación. El encuentro vis a vis, detenido, a celebrar en la Casa Blanca, ha quedado en suspenso hasta enero, en el caso de que Obama vuelva a salir elegido en las presidenciales del 6 de noviembre.

Los contactos y la defensa que se espera que Rajoy lleve a cabo en su discurso de  la candidatura de España a un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad en el periodo 2015-2016 –un asiento por el que compite con Turquía y Nueva Zelanda–, unidos a las  más de cuarenta actividades y alrededor de quince reuniones bilaterales programadas, sobre todo con países a los que es difícil desplazarse desde España, como China, Japón o Australia, harán que el presidente español se encuentre ausente los días más “calientes” de la semana sin que tenga que acudir ni al Congreso ni al Senado, cámara, la alta, donde no ha respondido ni responderá este mes ninguna pregunta de los portavoces de la oposición.

Rajoy retorna justo para presidir el Consejo de Ministros el próximo jueves –se adelanta un día para concluir el debate presupuestario y que dé tiempo a que los ministerios rematen los ajustes antes de entregar las cuentas al Congreso– y no tendrá que pisar el acorralado palacio de la Carrera de San Jerónimo. Como señalan en el PP, su presencia en la ONU justificará con naturalidad su ausencia en los días conflictivos.

Días conflictivos no sólo en Madrid, sino en Barcelona, donde el mismo martes, en el debate de política general sobre Cataluña, Artur Mas anunciará previsiblemente unas elecciones anticipadas catalanas para el 25 de noviembre o el 2 de diciembre con las que quiere pillar con el pie cambiado a un PP y un PSOE que ahora están volcados en las gallegas y las vascas del 21 de octubre, y a un PSC dividido ante las tendencias soberanistas del electorado. Rajoy, en Nueva York, vivirá sin vivir en sí.

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