
El agujero de la defensa es creciente y puede ser irreversible. Así lo ha advertido el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Fernando García Sánchez, en vísperas del desfile militar del Día de la Fiesta Nacional y en plena campaña publicitaria del Ministerio de Defensa para acercar al Ejército a los ciudadanos y hacernos saber que “nuestra fuerza somos todos”. Según el Jemad, “si seguimos bajando el presupuesto militar, corremos el peligro real de perder capacidades esenciales para nuestra seguridad y de que la recuperación de las unidades sea inviable”.
El jefe militar dio esa voz de alarma en la comisión correspondiente del Congreso, a la que fue llamado por el PSOE y el PP para exponer sus previsiones de gasto en 2013. La reducción del 6% del presupuesto (5.937 millones de euros) respecto a este año supone una quita de un 28% en el último lustro y obliga al Ejército a seguir desactivando unidades, reduciendo la instrucción, los días de agua en el caso de la Armada y los vuelos y unidades en el caso del Ejército del Aire, según explicó García Sánchez. En cambio, se mantendrá el “esfuerzo en el exterior” hasta 2014 en el que bajara el gasto con la retirada de Afganistán.
El Jemad reconoció haber confeccionado un documento “privado” o de trabajo por encargo del ministro Pedro Morenés que contempla una reducción de 20.000 militares respecto a los 130.000 existentes entre mandos y tropa profesional. El documento “Visión 20/25” se centra, según dijo, en “la gestión de la obsolescencia”. Se trata de determinar qué unidades y medios son prescindibles y cuáles han de mantenerse y reforzarse dentro del “nuevo ciclo de planeamiento de la fuerza” y del “planeamiento operativo”. El primero se refiere al personal y al armamento para hacer frente a las amenazas y a las contingencias previstas en el segundo.
“¿Se van a reducir las fuerzas armadas a poco más de 80.000 efectivos?”, le preguntó el diputado de CiU Feliu-Joan Guillaumes, un hombre que ve “un agujero para la seguridad” en la contratación de inmigrantes sudamericanos como soldados profesionales y pide “más filtros” y que no se le dé la nacionalidad española con sólo dos años de servicio. García Sánchez evitó precisar; sólo dijo que el ajuste de plastillas vendrá dado por el estudio de las amenazas y la “ambición de estar en el mundo”.
Lo cierto es que pese a la queja del Jemad, la reducción del presupuesto militar en un 6% para 2013 es casi tres puntos menor que el 8,9% fijado para el conjunto de los ministerios. Y si tenemos en cuenta que poco antes de presentar el Presupuesto, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó un crédito extraordinario de 1.800 millones de euros para pagar compras de armamento, el resultado es un aumento del 22% del gasto militar, sin que ello quiera decir que los militares no sufran la mengua salarial del resto de los empleados públicos.
De momento, el ajuste se va a notar en el desfile de la Hispanidad organizado este 12 de Octubre entre Atocha y Colón, en Madrid, con la tribuna presidencial (Familia Real y Gobierno en pleno) en la plaza de Neptuno y con entarimados adyacentes para los presidentes autonómicos, embajadores y otros invitados. El catalán Artur Mas ha anunciado que no asistirá ni irá a la recepción en el Palacio Real, a la que tampoco acudió el año pasado. En el desfile no habrá aviones –con excepción de la escuadrilla acrobática soltando humo con los colores de la bandera de España en el homenaje a los fallecidos– ni helicópteros. Tampoco habrá carros de combate ni piezas de artillería, de modo que los reservistas, la Unidad de Emergencias –a la que le falta la capacidad frente a los riesgos tecnológicos–, la Infantería de Marina, la Legión, los Cazadores de Alta Montaña, los Regulares, la Brigada Paracaidista, las Academias, la Guardia Civil, la Real y el Regimiento Inmemorial del Rey protagonizarán la parada militar a pie, en moto y a caballo.
El evento costará 900.000 euros frente a los 2,5 millones del año pasado, el último desfile al que asistió el yerno del Rey, Iñaki Urdangarín, y en el que todas las miradas estuvieron centradas en los lejanos abucheos de los fachas a Zapatero. Pero incluso esa cantidad para montar y promocionar el desfile fue considerada un gasto superfluo por el diputado de ERC Joan Tardà, quien defendió el miércoles en la Comisión de Defensa una proposición no de ley pidiendo la supresión de todo tipo de ceremonias castrenses que impliquen gasto público. “Los tiempos que corren no son para desfiles” y esos “gastos de exhibición se deberían destinar a políticas sociales”, dijo. PP, PSOE y UPyD rechazaron la iniciativa y reprocharon la falta de aprecio de Tardà por la Fiesta Nacional. CiU e IU evitaron intervenir y se abstuvieron en la votación.
Que desfilen los militares no me parece mal, pero que se gasten una pasta en autobombo en las tv privadas cuando tienen la pública y que tiren esos euros en tribunas, porque a los que desfilan les dan un bocata a cuenta de sus unidades, me parece un abuso, un dispendio y una sinvergonzada. Tiene razón Tardà.
Se supone que el mercedes que aparece en la portada junto al altar es un efecto del recorte presupuestario y no un coche oficial para llevar a los niños al colegio y a la generala de compras.
Que no se preocupen esos señores, que el brazo armado del poder no va a sufrir tendonitis ni mucho menos artrosis.