El PP de Feijóo gana con menos votos y la 'Syriza gallega' sorprende al PSOE y al BNG

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La participación en las elecciones gallegas fue del 63,80%, un 0,63% menos que en 2009 (64,43%). / Gráfico: resultados2012.xunta.es y elaboración propia

Con 135.000 votos menos que en 2009, el Partido Popular (PP) amplió su mayoría absoluta en Galicia y subió de 38 a41 escaños gracias a dos factores decisivos: su candidato y la fragmentación del voto del centro-izquierda. El presidente Alberto Núñez Feijóo fue el gran triunfador de la jornada electoral y podrá gobernar sin estrechez parlamentaria en los próximos cuatro años. Pero no fue el único ganador, ya que Alternativa Galega de Ezquerda (AGE), considerada la Syriza de Galicia y capitaneada por Xoxe Manuel Beiras y Yolanda Díaz, obtuvo un resultado extraordinario e irrumpe en el Parlamento autonómico con 9 escaños, superando en dos al Bloque Nacionalista Galego (BNG). El Bloque, que baja de12 a 7 diputados y queda como cuarta fuerza política, y el PSG-PSOE, que pierde 7 de sus 25 diputados, salieron malparados de las urnas.

La lectura más simple y barata es que Mariano Rajoy sale reforzado y recibe un balón de oxígeno desde Galicia. Pero si tenemos en cuenta que nadie quiere más de aquello que le perjudica, como las subidas de impuestos, el copago farmacéutico, el aumento del paro, la reducción del subsidio y las ayudas a los desempleados y los recortes sociales de todo tipo, conviene buscar otras interpretaciones al resultado. La primera emana del tradicional conservadurismo gallego, la segunda viene a dar la razón a la apuesta de Feijòo de “galleguizar” la campaña electoral y separar su gestión de los castigos infligidos por el de Pontevedra a los gallegos y los demás españoles para que la crisis contagiada por la banca al conjunto de la economía la paguen los trabajadores.

Gesto de triunfo de Feijóo, mientras es fotografiado por el secretario general del PPdeG, Alfonso rueda, en su comparecencia de anoche. / Lavandeira jr. (Efe)

Además de la habilidad del deslinde con Rajoy, a Feijòo vale reconocerle el mérito de aparecer como el candidato menos malo y más conocido que su contrincante inmediato, el socialista Pachi Vázquez, una nulidad carismática equiparable a la de su eventual aliado del BNG y diputado en Madrid hasta unos días antes del comienzo de la campaña, Francisco Jorquera. Si a ello se suma la fragmentación del adversario, se verifica el aserto del divide y vencerás. En este caso, el espantajo del “tripartito” e incluso del “pentapartito”, agitado por Feijòo y sus “campañeros”, incluido Rajoy, le ha resultado rentable. Téngase en cuenta que la proyección de una cabeza desmesurada –  tripartita en este caso-- siempre es percibida como una carga por el resto del cuerpo que ha de soportarla, cuerpo electoral, se entiende.

Si el balón de oxígeno para el Gobierno central resulta tamañito, pues parece claro que la mayoría de los electores gallegos eran conscientes de que poco o nada podían cambiar a nivel nacional y votaron en clave territorial, parece indudable que el PP de Feijóo se ha beneficiado la elevada abstención: 832.678 electores, el 36,20% del censo, un 0,63% más que en 2009 (35,57%). Con 135.493 votos menos de los 789.427 de hace tres años, Feijóo logra tres escaños más, uno en A Coruña, otro en Ourense y el tercero en Lugo. El fenómeno difuso de Mario Conde sólo le pudo arañar 15.000 votos, que no le permite entrar de diputado. Tampoco entra UPyD con 21.212 votos.

Beiras levanta el brazo de Yolanda Díaz, anoche, tras conocer los resultados de Alternativa Galega de Esquerda (AGE). / Cabalar (Efe)

El reajuste en la izquierda ha facilitado el fulgurante ascenso de AGE, la coalición de Beiras con IU y otras formaciones minoritarias, que obtiene representación en las cuatro circunscripciones y se planta con 9 diputados en el Parlamento: 4 en A Coruña, 2 en Pontevedra, uno en Lugo y otro en Ourense. El histórico dirigente y fundador del BNG, del que se desgajó en la asamblea de hace un año, recoge el voto obrero y progresista que pierden el Bloque y el PSG-PSOE. Eso, al menos, se deduce matemáticamente en Pontevedra, donde los socialistas pierden 2 escaños y el Bloque 1 por 3 que saca Alternativa; en Lugo y en Orense, la transferencia neta es de un escaño del BNG a AGE. Y en A Coruña, donde la coalición de Beiras saca 4 diputados, el Bloque pierde 2 y el PSG-PSOE 3.

Si el diagnóstico de la pérdida del Bloque guarda una relación directa con la ganancia de AGE, en el caso de los socialistas el pésimo resultado se explica tanto por la transferencia de votos hacia la nueva formación de Beiras, que se sitúa como tercera fuerza y devuelve a IU al Parlamento de Galicia, como por su incapacidad de proyectar una alternativa. La falta de movilización sumada al escándalo de corrupción de la trama Pokemon, en la que cayó procesado su alcalde de Orense, Francisco Rodríguez, ha llevado a parte de su electorado a la abstención. Téngase en cuenta que el PSG-PSOE pierde más de 225.000 de los 524.000 votos que obtuvo hace tres años. Su candidato Vázquez fue el primero en reconocer el retroceso y anunciar “un proceso de reflexión interna” que incluirá su propio liderato.

Pero el mal resultado del PSOE en Galicia (de 25 a18 diputados) y el peor todavía en el País Vasco (de 25 a16) posee una clara lectura estatal que empieza a centrarse en la debilidad del liderazgo y la alternativa de Alfredo Pérez Rubalcaba a pesar de la inestimable ayuda de los once meses de ajustes y daños sociales y legislativos del Gobierno del PP. Si Rajoy puede considerar resuelto el frente gallego –aunque haya abierto el soberanista en Cataluña y Euskadi–, Rubalcaba no podrá demorar más la Conferencia de Organización para fijar las elecciones primarias y dar el paso que los socialistas y el centro-izquierda espera de un liderazgo y una alternativa no contaminada por los recortes del pasado y la entrega del poder a la derecha.

1 Comment
  1. email Galicia says

    En los datos de participación, hay que tener en cuenta que se comparan con los datos definitivos de 2009 (con los «residentes ausentes») que en Galicia son bastantes. Una vez se contabilicen, la participación bajará bastante más.

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