El PP aprueba en solitario la exención fiscal a Adelson y otro impuesto a la energía

Todos los grupos parlamentarios menos el PP rechazaron en el pleno del Congreso la reforma fiscal promovida por el Gobierno para exonerar de impuestos al magnate estadounidense del juego y promotor del complejo Eurovegas en la región de Madrid, Sheldon Adelson. El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, defendió la reforma sin citar la reducción del 95% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) dirigido al promotor de la industria del vicio y la ludopatía. Paralelamente, el PP aprobó también en solitario un nuevo impuesto sobre la energía que penaliza a la industria y al consumo doméstico.

El precepto que permitirá al ayuntamiento de Alcorcón (Madrid) acordar por mayoría simple del pleno la reducción del IBI a un simbólico 5% a los hoteles, casinos y demás instalaciones comerciales y de negocios que se erijan en el complejo proyectado por el magnate Adelson no pasó desapercibido a los diputados de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) ni de UPyD, cuyos portavoces consideraron “medieval e impresentable” el trato de favor al supuesto inversor. El agravio a los vecinos que pagan el impuesto por sus viviendas y a los empresarios que hacen lo propio por sus instalaciones y también crean empleo, resulta evidente en esa reforma con nombre y apellido.

Aunque el diputado de IU Alberto Garzón enfatizó la injusticia fiscal, el ministro Montoro prefirió hablar de otra cosa: de lo bien que va la recaudación del IVA. La subida de septiembre ha permitido frenar la caída de ingresos del 10 al 5% respecto al mes anterior. También recordó que a partir del 1 de enero no habrá desgravación en el IRPF para quienes compren una vivienda. Sólo se acercó al juego para decir que los premios de la lotería pagarán un impuesto del 20%. Pero a partir de ahí fue como si mister Adelson no existiese para el profesor Montoro.

Quiere decirse que ni la exención fiscal a los premios inferiores a 2.500 euros –los más frecuentes en los casinos y máquinas tragaperras– ni el blanqueo de capitales con una tasa del doble de la aplicada por el propio ministro de Hacienda en su “amnistía fiscal” que concluye el 30 de noviembre, merecieron una explicación del ministro que, eso sí, recordó el castigo ejemplar a los defraudadores a partir de los nuevos preceptos penales –hasta 6 años de cárcel– compatibles con los procedimientos administrativos para el cobro inmediato de lo defraudado.

La ley Adelson, que será tramitada por el procedimiento de urgencia en la Comisión de Hacienda, contrastó también con la aplicación de un nuevo impuesto a la generación de energía que será pagado por todos los consumidores a partir del 1 de enero y supondrá un aumento de las tarifas entre el 5 y el 8% al consumo doméstico y entre 10 y el 15% al industrial. El socialista Julio Segura cifró en 2.900 millones el impacto recaudatorio y denunció el “daño y la pérdida de competitividad” para las empresas. El portavoz de CiU Josep Sánchez Llibre dijo que los competidores alemanes, italianos y franceses “están aplaudiendo con las orejas al ministro Soria por una ley tan anti industrial”. Pero también en este caso el PP impuso su mayoría absoluta y sacó el precepto adelante frente a todos los grupos, que votaron en contra.

Luego ya, en un pleno largo (10 horas) y deshilachado, el PP se volvió a quedar solo defendiendo al ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, de la reprobación del PSOE por su anuncio  franquista de “españolizar a los alumnos catalanes” y su nefasta gestión. La número dos del PSOE, Elena Valenciano, le tildó “ideológico, antiguo, excluyente, segregador” y reprobó “sus actitudes hostiles y su incapacidad para el diálogo”. El aludido ni siquiera asistió al pleno. Pero en el marco de la Conferencia de Política Universitaria manifestó que “la única aprobación que me importa y la reprobación que me importaría será la de los destinatarios” del sistema educativo.