¿Sorprendente, el resultado de las elecciones catalanas? Muchísimo, sin duda…sobre todo para los que no se quieren enterar (yeah, yeah) de lo que es la Cataluña de verdad (yeah, yeah, yeaaaaaah). La que terca, compleja y plural emerge debajo de todos los discursos de acero fundido, de todos los rodillos aplanadores. Emergió bajo el rodillo franquista. Y emerge bajo el intento de convertir el Camp Nou en una falsa estelada del tamaño de un portaviones. Mission accomplished? Sin duda Artur Mas sale de estas urnas tan reforzado como George W. Bush de Irak.
No hubo nunca un millón de gentes en la famosa manifa de la Diada. Por la sencilla razón de que no puede ser, de que no caben. Todo el mundo que está en el ajo lo sabe. Todo el mundo sabe que tampoco había un verdadero millón el día de la famosa manifestación por el Estatut (el de verdad). Ni siquiera el día de Miguel Ángel Blanco. Entre todos hinchamos una y otra vez las cifras del entusiasmo hasta alcanzar proporciones de burbuja inmobiliaria, que obligan al siguiente a fer-la encara més grossa, así sea desafiando las leyes más elementales de la física y del sentido del ridículo. ¿Cuántos habrá que decir que había en la próxima concentración histórica de lo que sea, 8 millones, como si Barcelona fuese Nueva York?
El problema no es tanto mentir como creerse la propia trola. Caer víctima del propio hechizo, del canto de sirena que sale de tu propia garganta. Que puede salir de buena fe o no tanto. Se ha creado en los últimos años en Cataluña toda una casta política, mediática y hasta intelectualoide que directamente vive de proclamar que la independencia está a la vuelta de la esquina y quien lo dude es un traidor. Esa gente no está en condiciones de modificar toda la inmensa inercia de su discurso porque les costaría el sustento y la razón de ser. ¿Quién es el camello, quién es el yonqui en este inmenso fumadero de opio del pueblo? ¿Quién tira de quién hacia el abismo? Ya ni se sabe.
A los que insistan en rascarse la cabeza y preguntarse como puede ser que CiU se haya llevado un revolcón por decir lo mismo que ha llevado a ERC a tener los mejores resultados de su historia: no es tan difícil de entender, sólo hay que distinguir entre la parte y el todo. El independentismo catalán existe. Su legítima expresión política también. A veces es más, a veces es menos. ¿Va a desaparecer? No ¿Va a encarnar la centralidad de la realidad catalana que se le ha querido otorgar últimamente? Tampoco. Son los mismos chillando más. No se han multiplicado. Y la abuela no va a parir más.
Sólo así se entiende que con todo lo que ha caído últimamente, incluyendo, insisto, una organizada y obstinada presentación del independentismo como discurso y casi plato político único, pues sencillamente los que se lo creen sigan siendo los que son, los que ya eran en 2010. La correlación de fuerzas se mantiene, no crece. Por cierto que también se mantiene su íntima condición de mal avenidos, de olla de grillos. ¿Cuánto creen que tardarán en empezar a sacarse mutuamente los ojos los miembros de esta teóricamente ufana majoria sobiranista, esta colla de gentes pugnando todos por el mismo electorado, que no por meter mucho ruido deja de caber en las baldosas que cabe?
El error de cálculo de Mas fue medir mal la cresta de la ola. Pretender sacar a flote un proyecto históricamente mayoritario como CiU con técnicas de navegación que valen para lanchitas y pateras. El caballo imitando la estrategia del tábano. El dinosaurio emulando a la mosca cojonera.
No es verdad que todos los votos que ha perdido CiU hayan migrado en bloque a ERC. Ni de coña. Más bien es al revés: que Artur Mas, cuya credibilidad como Moisés de la independencia era por otro lado perfectamente descriptible para cualquiera que le conozca, ha fracasado estrepitosamente en su intento de arañar un voto que en realidad no le pertenece, o que nunca podrá pertenecerle totalmente. No cuando el independentismo abandona su honrado horizonte utópico para revestirse de unas urgencias y unas pretensiones que, aparte de llevarle a incurrir en el más fatídico de los ridículos, en la práctica hace muy difícil votar eso y a la vez votar por un partido normal. Vamos, es que es como si Lenin levantara la cabeza y pretendiera que con la crisis de Wall Street ya es posible volver como si tal cosa a crear la URSS. Habrá quien se lo crea, pero nunca los suficientes para aglutinar una mayoría seria, una mayoría de orden. A Mas le han huido algunos freaks pero sobre todo le ha huido la gente seria, la argamasa esencial, el fondo de armario del pujolismo. La gente hastiada de los recortes, de las dudas sobre la limpieza de todo el cotarro y de la inmensa frivolidad con que se han gestionado lo uno y lo otro.
Y en cambio, qué gran herencia recibida, qué legado de hierro es esto del pujolismo, que a estas alturas de la película de terror todavía no se pueda hacer nada en Cataluña sin Artur Mas. Cautivo y desarmado el PSC, frenado el PP por Ciutadans, con ERC haciendo de ERC, CiU deglute esta debacle y más, con el agravante de que sigue siendo primera fuerza y partido de poder, con lo cual tampoco pueden permitirse acuchillar al ¿líder? por la espalda en este preciso momento. La catarsis tendrá que esperar. Así sea para conjurar la humillación y el grave peligro de tener que volver a ir a las urnas en dos meses si Mas no consigue ser investido. ¿Cuántos diputados se fundirían esta vez?
Cataluña era un rompecabezas que se va convirtiendo en un mosaico de esos romanos, con teselas cada vez más fascinantemente pequeñitas…
Sin hacer comparaciones odiosas, el caso ERC me parece muy similar al de Bildu. Los partidos «constitucionales» hicieron la campaña a Bildu.
Fectivamente, el aprendiz de mago falló otra vez. Ni siquiera alegra esa derrota por lo sucio que ha quedado el patio.
ai, ai, ai que t’hauràs de menjar la teva conyeta…fa massa anys que vas marxar i estàs un pelet abduïda.
Es tan fàcil com això (si no ho vols veure, com la resta dels teus conciutadans espanyols, teniu un problema….):
El bloc sobiranista 2.140.317 vots (sumant-hi Solidaritat Catalana per la Independència)
El grup unionista 1.334.149 vots (incloent-hi Plataforma per Catalunya i UPyD)
Esto es lo mismo de siempre: un juego de patriotas con sus banderas, himnos, enemigos y traidores. La historia interminable de los propios nacionalismos. el españól y los peliféricos, enemigos irreconciliables pero que se necesitan unos a otros para su propia existencia y se retroalimentan.
Perro no come perro. Pujol sacó más beneficios para Cataluña en los 8 años del anarizmo que en los 14 del felipismo. Lo mismo ha sido y será con Mas y el régimen rajoista. La sangre no llegará al río; ésto ha sido la puesta en escena del teatro que se tienen montado, pero los pactos entre ellos seguirán, y con ello, los recortes.