El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, volverá a abordar hoy ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP el espinoso asunto de los sobres y la presunta "mordida" que financió, si no al partido, sí, según han publicado el diario El Mundo, así como otro rotativos de ámbito nacional, a varios de sus dirigentes durante décadas, a golpe de repartir sobres y manejar una contabilidad B, que engordaba gracias a los "agradecimientos" de empresarios favorecidos por instituciones gobernadas por el PP.
Aunque el líder popular pretendía dar por zanjado el asunto después de que ayer asegurase que no le "temblará la mano" si tuviera conocimiento de que el PP se hubiera financiado de forma irregular, hay quienes no están dispuestos a dejar el asunto ahí. "Lo que dijo Rajoy y una investigación interna - aseguran algunos de sus fieles consultados por este diario- es todo lo que él puede hacer". Sin embargo, Esperanza Aguirre, la presidenta del PP de Madrid que anunció su retirada de la primera linea política el pasado mes de septiembre, amenaza con volver a ocupar hoy esa primera fila que nunca ha abandonado, pese a lo dicho, para pedir que se depuren responsabilidades de verdad y no de boquilla.
A Rajoy y al PP les pilla este escándalo en su momento más bajo desde las elecciones del 20-N de 2011, según los sondeos, y en el momento que mayor desafecto manifiestan los ciudadanos hacia la clase política en general, como indican periódicamente los sondeos del CIS. Tal vez por ello y el nulo apego a la conflictividad que ha mostrado Rajoy en las últimas décadas, el líder del PP parece decantarse por una investigación interna y una condena general a los corruptos que acallen las voces críticas ¡Y que trabaje la justicia!
Fue, precisamente, la justicia la que detectó la cuenta en Suiza en la que el ex-tesorero del PP, Luis Bárcenas, atesoraba la nada desdeñable cifra de 22 millones de euros. El "hallazgo" pilló por sorpresa a Rajoy y a su lugarteniente, María Dolores de Cospedal. Diversos dirigentes del PP aseguran que Bárcenas habría jurado y perjurado su inocencia, cuando su nombre apareció vinculado por primera vez al caso Gürtel, bajo el sobrenombre de "Luis el cabrón". Pero Bárcenas, haciéndose merecedor del sobrenombre, amenazó entones y sigue amenazando al PP con "tirar de la manta" y dar a conocer no sólo la contabilidad B del PP, sino los nombres de ilustres dirigentes que, supuestamente, se beneficiaron de sus prácticas contables y cobraron en negro fuertes sumas de dinero en las últimas décadas.
La desconfianza presidirá la reunión de la cúpula popular en su madrileña sede de la calle Génova 13. Algunos mirarán de reojo a otros, que ( ¿por qué no?) podrían haber sido receptores de esos sobres con dinero negro. En la filas del PP se da crédito a la informaciones publicadas, independientemente de cuál sea la versión oficial. Pero a ninguno de los dirigentes se les escapa que esa depuración de responsabilidades y esa limpieza que reclama Esperanza Aguirre, o de la que es partidaria también una María Dolores de Cospedal que acabará ejecutando la orden que Rajoy le dé, es una medida higiénica, sin duda, pero que puede acabar dinamitando a partido y gobierno.
Mariano Rajoy, cualquier cosa menos un hombe impulsivo, debe medir bien su estrategia y la que puede desplegar Bárcenas si, como todo indica, tiene material e información que pueden dejar al PP a los pies de los caballos y si, como parece que amenazó, será capaz de utilizarla.
Bien saben en la oposición y, en concreto en el PSOE, que quien tiene un contable, como ellos tuvieron a Carlos van Schouwen, en su día, tiene una Filesa en potencia. La diferencia es que, para el PSOE, Van Schouwen nunca fue más que "el contable", mientras que Bárcenas era "uno de los nuestros" en el PP. Han sido esos lazos afectivos, o tal vez la amenazas de Bárcenas, lo que ha llevado al PP a mantener entre algodones al ex-gerente y tesorero del PP hasta el mismo día en que fue a declarar ante el juez, con coche, chófer y abogado pagado por las arcas del partido. Pero hoy el PP ya no puede permitirse ni un arrumaco más a Bárcenas, aunque eso ponga en riesgo el buen nombre y el futuro judicial de algunos de sus más insignes militantes. Hoy Rajoy tiene que tomar una decisión. Sabemos que, de cara al futuro, no le temblará la mano para castigar y apartar a algún corrupto, si lo hubiere. Pero ¿Le temblarán las piernas frente al enorme riesgo que corre él mismo y su partido, como ya le están haciendo ver alguno de los dirigentes de la vieja guardia, si abre en canal al PP y sus métodos de financiación ante la opinión pública? La respuesta la tiene que dar hoy mismo ante la cúpula dirigente de su partido.
RAJOY SE QUIERE REGENERAR //
No son los ciudadanos quien han tomado distancia de la clase política, mas bien al contrario, pues salvo excepciones, es la clase política quien con sus actos expresa constantemente no tener apego a los ciudadanos.
http://es.globedia.com/rajoy-se-quiere-regenerar
Rajoy tiene mucho que explicar a la gente que lo está pasando mal mientras él y la «gente decente» que le acompaña, sencillamente se forra.