Rubalcaba no se presentará a las primarias

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Rubalcaba, este jueves, en Leipzig (Alemania), a donde acudió para participar en los actos del 150º aniversario del Partido Socaldemócrata Alemán (SPD). / Jan Woitas (Efe)

En su entorno hay unanimidad. Alfredo Pérez Rubalcaba no será el candidato a la presidencia del Gobierno y, por tanto, no concurrirá a las primarias del PSOE. Pero no lo hará público ni en broma porque sabe que sería utilizado por el PP y los medios de comunicación de la derecha para dañar al partido y sus posibilidades electorales de futuro.

Responsables estrechamente vinculados a su persona lo explican muy bien. Rubalcaba es el primero que tiene conciencia de que el partido necesita otro líder. Pero sabe que en estos momentos es imprescindible manejar los tiempos políticos sin cometer el mínimo error. Y que, por eso, no puede pronunciarse hasta que llegue el momento. Un momento que ni siquiera será la Conferencia Política de octubre. Porque, aunque todo el mundo tiene claro en el Partido Socialista que la Conferencia debe resolver el problema cerrando la fecha y las características de las primarias, las candidaturas no deberán desvelarse hasta el inicio mismo del proceso electoral interno. Es más, un mes antes de la votación y para que los candidatos puedan dirigirse a los censados.

Sobre todo, porque el objetivo es uno: que participe en la elección más gente de fuera que de dentro y que las primarias sean una herramienta electoral que, como sucedió con François Hollande en Francia, movilice a los ciudadanos a favor del socialismo. Y por otra razón: porque las primarias deberán esperar a que pasen las elecciones europeas de mayo del año que viene. Si se hacen antes, el nuevo líder saldría debilitado porque todo el mundo sabe que las europeas siempre han sido unos comicios que los ciudadanos aprovechan para castigar incluso a los suyos y en las que se ceba la abstención.

Queda el problema central de atar bien las condiciones para ser candidato porque si las primarias se realizan “a la francesa”, con uno o dos millones de votantes que hacen una declaración de progresismo, se inscriben en un censo específico e incluso pagan una cifra simbólica por participar, no puede ser candidato cualquiera. De igual manera que hace falta haber militado dos años  en el partido y contar con los avales suficientes para ser Secretario General en un Congreso, todos los sectores consideran que es absolutamente imprescindible que los candidatos sean reconocidos y valorados dentro de la organización. Es la única manera de evitar que, como señalaba un dirigente socialista días atrás, medios de comunicación de la derecha e infiltrados de todo tenor consigan que salga elegido un “chiquilicuatre” que, por ejemplo, posteriormente fuera rechazado por el partido en un Congreso en el que se eligiera a un secretario general diferente.

Aunque la tradición interna, después de grandes peleas fratricidas –por ejemplo entre Felipe González y Alfonso Guerra-, es que no haya bicefalia en el Gobierno y en el aparato partidista, son muchos los que comentan que las primarias conducirán a tener que asumirla a nivel autonómico y municipal donde es muy posible que los candidatos acaben siendo gestores y haya otros responsables, más políticos, en la organización. Pero la asunción excepcional de la bicefalia entre candidatos y líderes de partido nadie la traslada a la cabeza del PSOE. Algunos aseguran que el primero que no ve esa bicefalia es Rubalcaba, quien lo que tiene pensando es poder decir, cuando se resuelva el problema del futuro liderazgo, algo así como “he cumplido con esto, que era mi objetivo”.

Quienes lo comentan destacan que el Secretario General se merece un monumento en cada todas y cada una de las Casas del Pueblo del PSOE porque muchos le pidieron que diera la cara tras las derrotas y él la dio. “Me consta que hubo que empujarle bastante”, comenta uno de ellos. “Me pongo en su piel y, de cada siete días, cinco estaría pensando en irme a mi casa”, añade para destacar el mérito que le atribuye.

6 Comments
  1. juan gaviota says

    No se yo como funcionan las cañerías del PSOE, pero en mi opinión, hace falta urgentemente un referente ético y fuerte ,en el que se pueda confiar,y que sea respaldado por la gente de bien, tanto de dentro del partido como de fuera.
    Porque para sacar a España del atolladero, hace falta un/una patriota con las ideas claras,y mucho valor; Porque es muy importante anteponer los intereses del pueblo a los del poder financiero y /ó religioso.

  2. RubenJG says

    La clave, el punto de cocción.

  3. Perseo says

    Yo que no milito en el PSOE sigo creyendo que Rubalcaba es el mejor candidato socialista posible. Su rechazo dentro y fuera se debe a una malformación ideológica. Por qué siempre que el PSOE pierde unas elecciones se produce una convulsión en ese partido (muchísimo mayor que en la derecha)? Este es el problema: se debe a mi juicio a que el PSOE no ha sabido consolidar un cuerpo ideológico potente, capaz de asegurar una base social y electoral que evite esas convulsiones con la pérdida de votos. Se trataría de aquello que impidió a Zapatero, un muy buen presidente, dimitir y convocar nuevas elecciones negándose a obedecer las órdenes de la troica.

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