El PP estudia una posible comparecencia de Rajoy ante los medios para reventar la moción de censura

Desde el pasado lunes, cuando el presidente del gobierno, Mariano Rajoy,  respondió a una pregunta pactada con el diario ABC, para evitar someterse a preguntas incómodas sobre el caso Bárcenas circula un run run incesante entre los dirigentes populares y ciertos miembros del Gobierno. En privado, casi todos los consultados por cuartopoder.es critican la estrategia de comunicación se que puso en marcha desde Presidencia del Gobierno para impedir que Rajoy se viera expuesto a una batería de preguntas incómodas sobre su relación y sus intercambios de SMS con el extesorero del PP, Luis Bárcenas.

Solamente una fuente del Palacio de la Moncloa justifica la actuación del pasado lunes en la rueda de prensa que ofreció Rajoy con su homólogo polaco... con el argumento siguiente: "¿No esperarían los de ‘El Mundo’ que les diésemos a ellos la palabra después de la labor de difusión que le están haciendo a Bárcenas, no?". Desde el "No estuvimos afortunados" hasta comentarios como "Si, conociendo a Mariano, sabíamos que iba a responder exactamente lo mismo fuera cuál fuese la pregunta... ¿A quién  se le ocurrió la ´brillante´ idea de pactar esa pregunta e impedir que otros periodistas formulasen otras, aunque el enunciado fuese más agresivo?" Todos consideran un "error", aunque algunos utilicen expresiones más escatológicas para definir la actitud de Rajoy, de  eludir cuestiones obre el caso Bárcenas, 24 horas después de que el periódico El Mundo diese conocer el intercambio de mensajes en sus teléfonos móviles, que se mantuvo en el tiempo hasta el pasado 14 de marzo de 2013.

Ahora, el PP quiere rectificar, evitar dar la impresión de que Rajoy se escabulle ante preguntas que puedan comprometerle. Para ello,  algunos de sus allegados le han sugerido ya que comparezca ante los medios de comunicación antes de marcharse de vacaciones de verano. De este modo, podría desmentir la acusación de que huye de los medios para que no le hagan preguntas cuyas respuestas podrían comprometerle en el futuro, conforme Luis Bárcenas vaya difundiendo por goteo nueva documentación incómoda para el PP y para algunos de sus dirigentes. Por otra parte, esa aparición ante los medios de comunicación dejaría prácticamente sin interés la moción de censura que el PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza, está dispuesto a presentar la semana que viene, si el Grupo Popular vuelve a bloquear las peticiones de comparecencia parlamentaria que le reitera la oposición,.

Entre los consejeros más próximos a  Rajoy están quienes le sugieren que conceda una entrevista en horario de máxima audiencia a alguna cadena de Televisión, con un grupo de periodistas, en representación de los principales medios de comunicación y que se remangue, para contestar todas sus preguntas; algo parecido a lo  que ya en su día hiciera el expresidente del Gobierno, José María Aznar,  poco después de aparecer su nombre vinculado a supuestos cobros de sobresueldos en el PP.

Además de la vía Aznar, los allegados al presidente del gobierno barajan la opción de saciar las preguntas periodísticas relacionadas con el caso Bárcenas a través de una rueda de prensa, abierta a todos los medios,  a celebrar antes de la marcha de vacaciones de los miembros del Gobierno. Esa comparecencia estuvo en su momento prevista antes de que apareciesen los polémicos SMS entre Rajoy y Bárcenas, pero  tras este episodio, se ha convertido en una incógnita descubrir si se mantiene la intención de comparecer ante los periodistas al finalizar el periodo de sesiones. Esta segunda opción, aseguran los colaboradores de Rajoy, permitiría  "demostrar que el presidente no se esconde, pero no consiente que le traten de dirigir su agenda". De este modo, los servicios del Palacio de la Moncloa podrían defender la tesis de que Rajoy contesta de forma ordinaria a todas las preguntas que se le formulen, pero no piensa forzar su agenda ni permitir que se la modifiquen Bárcenas o Rubalcaba (tesis muy difundida desde los foros monclovitas).

La última opción que se baraja, precisamente, es la comparecencia parlamentaria, porque, de producirse en estos momentos, parecería que la oposición y Bárcenas han logrado llevar a rastras a Rajoy al Parlamento. Nadie quiere en el PP dar naturaleza de "extraordinaria" a cualquier referencia o explicación que pueda hacer Rajoy del  caso Bárcenas. "Si le preguntan en el turno de preguntas del control al Gobierno (que no se retomarán hasta septiembre) de forma ordinaria, Rajoy contestará -asegura un dirigente del PP- pero no habrá comparecenciasmonográficas ni extraordinarias, porque el interés casi monográfico de Rajoy y del gobierno se centra en seguir gobernando para sacar a España de la crisis".

En cualquier caso,  la opinión generalizada entre miembros del  PP y del Ejecutivo es que Rajoy no debe hacer ningún movimiento hasta que Rubalcaba no "se retrate" e interponga la moción de censura. "La moción de Rubalcaba -opinan en el entorno del presidente- está ganada de antemano, pero puede ser  la muerte política de Rubalcaba, como lo fue en su día de Antonio Hernández Mancha", en alusión a la catastrófica iniciativa que presentó el entonces presidente de AP. Llegados a este punto, en el PP han puesto en circulación la teoría de que "El ‘caso Bárcenas’ puede ser la muerte política de Rubalcaba",  por si alguien se la compra. Hay incluso quienes parecen firmemente convencidos de que quien más tiene que perder en todo este entuerto es el líder del partido rival (Rubalcaba) y no Rajoy, el líder del partido sobre el que se está sembrando la sospecha de que pudo financiarse de forma irregular con donaciones de empresas, a cambio de concederles obra pública, pudo repartir sobresueldos en "B" entre sus dirigentes y tuvo y retuvo durante décadas a un personaje como Luis Bárcenas, cuyas cuentas en Suiza - de eso ya no le cabe duda a nadie en el PP-  no engordaron precisamente gracias a su pericia jugando en Bolsa u operando en el mercado del arte.