Y ahora qué, Capitán América

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Barack Obama y Bill Clinton, abrazados durante la celebración del 50 aniversario de la marcha de Martin Luther King a Washington. / Shawn Thew (Efe)

América celebra el 50 aniversario del famoso  I have a dream de Martin Luther King Jr. con un presidente negro en la Casa Blanca que destiñe por momentos. ¿El presidente o la Casa? Buena pregunta. A lo mejor la respuesta ya se conoce en el momento de ser leídas estas líneas. Estados Unidos ya tendría que estar atacando Siria sin el respaldo de la ONU, ¿no?

Que respaldo no va a haber está más claro que el agua mientras Rusia tenga voz, voto y capacidad de veto. Tampoco está nada claro que Obama tenga el apoyo pleno del Congreso de su propio país, ni siquiera del conjunto de la población que le pide que “haga algo” para parar las atrocidades en Siria. Lo malo de “hacer algo” es que en la práctica ese “algo” no suele gustar a nadie (el movimiento se demuestra andando y la guerra matando…) y por lo general tampoco suele servir para que después de la escabechina los intereses americanos resulten más florecientes y más boyantes. Véase Vietnam, Irak, Libia, etc.

Desde el punto de vista pragmático, ¿qué se le ha perdido a Obama en Siria? Se podría pensar si la Casa Blanca trata de echar para atrás una evidentemente fracasada reconducción de su política exterior, cuando trató de distanciarse un poco (o un poquito) de sus aliados tradicionales en Oriente Medio, léase Israel, el Egipto de uniforme y Arabia Saudita, para tener las manos un poquito más libres para triangular entre Irán y Qatar, coqueteando con grupos musulmanes moderados, a ver qué pasaba. Menudo fiasco. La primavera árabe un horror, los israelíes más echados al monte que nunca, Líbano en llamas, Siria sangrando por los cuatro costados, Teherán más crecida y con más peligro que una piraña en un bidé. Simplemente no calcularon bien, cometieron el típico error americano de no elegir bien a los aliados. Ni a los aliados de los aliados en una región donde la democracia parece ser un lujo sólo al alcance de la clase business.

Se podría pensar que Washington trata de salir ahora a toda prisa del berenjenal en que le metió la petulancia de su joven presidente, internacionalmente inexperto y con cero ideas sobre economía pero convencido de tener la solución a todos los problemas creados o no resueltos por George W. Bush. Mas lo cierto es que un ataque americano a Siria tiene todos los puntos para acabar como la mission accomplished de Bush júnior en Irak. Desde luego ni Rusia ni Irán van a estarse quietas. Y si Assad es una pesadilla, hay que ver a algunos de sus oponentes.

Entonces, ¿por qué atacar? ¿Se le calentó la boca a Obama cuando amenazó con hacerlo si se usaban armas químicas, y es ahora esclavo de una amenaza que no pensaba tener que cumplir? Porque tan cierto es que no ha quedado demostrado al cien por cien el uso de esas armas como que nadie duda de que sí se han usado, y del lado de Assad. Es posible que la realidad sea un poquito más compleja y más vidriosa. Pero ahora ya nadie va a convencer al mundo de que las cosas son de otra manera. Obama jugó con fuego y da toda la impresión de que ha perdido. De que fijó unas líneas rojas confiando en que así nadie las traspasaría…pero en la práctica dio ideas de cómo traspasarlas y arrastrar así a EEUU a la guerra. O a hacer el ridículo. O las dos cosas.

Muchos se preguntaban por qué fue Bush a su desastrosa guerra en Irak. ¿Por el petróleo? ¿Por imperativo freudiano después de que en Irak trataran de matar a su padre, y después de que su padre venciera a Sadam pero no lo depusiera? ¿Por estupidez? En el caso de Obama también habría que preguntarse qué cadena de despropósitos puede empujarle a un ataque que en realidad no desea, que su población no apoya y que, digan lo que digan muchas gentes de buen corazón y mejor voluntad, lo cierto es que a nadie le importa demasiado un pimiento. Hace muchísimo que en Siria se muere a borbotones y a todo el mundo le da igual. La solidaridad y la compasión también parecen ser lujos sólo alcanzables por la clase business, más con la que está cayendo.

Vaya momento para celebrar el 50 aniversario del I have a dream, pues. Con décadas de generosidad y avance social machacadas por la mayor crisis económica desde la Gran Depresión combinada con la idiotez y la irresponsabilidad política más inconcebibles, con los filos de lo inhumano volviendo a abrirse paso a lo largo y a lo ancho de la tierra. Con esta terca incapacidad de no repetir los mismos errores una y otra vez , una y otra vez, una y otra vez, apenas a la vuelta de la esquina de haberlos cometido. Yendo a la guerra no por defender ningún ideal de justicia o de grandeza sino por estupidez o por error o porque no se sabe qué otra cosa hacer. Y si eso sólo fuera en Washington.

2 Comments
  1. Verbarte says

    Obama y la Unión Europea tiraron el crédito de los premios Nobel de la Paz por el desagüe. La industria de las armas necesita guerras y habrá guerra en Siria. http://wp.me/p2v1L3-nk

  2. Kaisgoo says

    Ésto es muy sencillo. Siria iba a ser atacada porque no forma parte del Banco Mundial, es independiente, y éso a los empresarios y bancarios estadounidenses, que son unos PUTOS mafiosos, no les interesa. Todo el mundo sabe que existe una lista que filtró un militar con nombres de paises a atacar, y curiosamente NINGUNO de esos países está bajo el influjo del Banco Mundial.
    1saludo

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