
Varias cancillerías latinoamericanas, alarmadas por la crisis que se está viviendo en Venezuela y la violencia que se ha desencadenado en las calles, están tratando de implicar al ex presidente brasileño, Luiz Ignazio Da Silva, Lula, para que trate de influir en el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y se ataje la crisis venezolana.
Según han asegurado fuentes diplomáticas a cuartopoder.es, "si alguien tiene capacidad de influir en Maduro, ese es Lula". De acuerdo con este relato, Lula Da Silva tenía un gran ascendente sobre el anterior presidente, el fallecido Hugo Chávez.Y es esa capacidad de influencia de Lula, que se ha hecho extensiva también al sucesor de Chávez, la que quieren explotar presidentes y ministros de Asuntos Exteriores de varios países de América Latina, para tratar de que las revueltas aguas de la política venezolana vuelvan a su cauce y se frene la represión brutal y la violencia en las calles.
Tras esta operación discreta están las cancillerías de países como Brasil, Ecuador o Colombia, entre otros. Estas mismas fuentes subrayan que Maduro tiene pánico a que la situación se le acabe yendo de las manos y que una buena actuación y los buenos consejos de Lula pueden ayudarle a rectificar su posición y sosegar los ánimos tanto del gobierno como de la oposición. En principio, pretenden pedir a Lula una actuación discreta, sin luz ni taquígrafos, pero eficaz y persuasiva.
Estas mismas fuentes señalan que España está al margen de la operación y que, "por voluntad de su gobierno, España ha adoptado por un discreto segundo plano y se ha escudado en las acciones de la UE, que no pasan de meras declaraciones públicas de algún portavoz autorizado".
Parece que a España le pesan los contratos establecidos con Venezuela, país para el que los astilleros públicos españoles fabrican barcos; o tal vez le pesen las acusaciones que en el pasado les hiciera el fallecido presidente Hugo Chávez, de que España y su expresidente, José María Aznar, estuvieron detrás del golpe de Estado fallido con el que se trató de derrocar a Chávez. El caso es que España está, en palabras de un responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores, "siguiendo con interés y preocupación los acontecimientos, pero manteniendo un discreto segundo plano". Dicho de otro modo España no está dispuesta a implicarse ni para echar leña al fuego ni para buscar soluciones al conflicto venezolano.
No esperaba ver en esta página una noticia como esta. En la que se hable de una injerencia extranjera para mediar en la crisis. Primero, no hay ninguna crisis en Venezuela, esto es un golpe de estado que ya se está sofocando. Segundo, difícilmente las cancillerías de Ecuador y Colombia están tratandoeste tema juntas, ya que los bolivarianos en el ALBA planifican juntos sus políticas exteriores y Ricardo Patiño, canciller de Ecuador ya ha dicho que esto es un golpe de estado, que no hay represión y que todo es invento de la prensa burguesa, echando por tierra lo que dice esta noticia sobre que esa cancillería admite que hay una «represión brutal».
Esta noticia pega más publicada en otros medios anti-chavistas como El País o el ABC…