Exteriores da 900.000 euros a fundaciones de partidos para "enseñar democracia"

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El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante la rueda de prensa que ofreció ayer al término de la reunión extraordinaria celebrada por los ministros de Exteriores de la Unión Europea en Bruselas. / Kiko Huesca (Efe)
El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante la rueda de prensa que ofreció ayer al término de la reunión extraordinaria celebrada por los ministros de Exteriores de la Unión Europea en Bruselas. / Kiko Huesca (Efe)

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación dará 900.000 euros a las fundaciones de los partidos políticos para que enseñen democracia. La disposición fue publicada ayer en el BOE y es similar a la realizada año tras año para sufragar los gastos de las fundaciones de los partidos de acuerdo con su representación parlamentaria, lo que significa que la FAES del PP, presidida por el exjefe de gobierno, José María Aznar López, recibe en torno al 40% de esa cantidad (360.000 euros), seguida de una de las del PSOE con unos 250.000 euros –entre ambos se llevan el 67,7% del total–, y del resto, con cantidades menores. El anuncio se produce al mismo tiempo que el ministro rechaza por anticipado en la UE el derecho de Crimea a decidir su futuro en referendo y evitar la guerra.

La disposición viene firmada por el secretario general de Cooperación, Gonzalo Robles Orozco, y aclara que “las subvenciones son compatibles con otras ayudas que tengan la misma finalidad”, es decir, “la difusión y la enseñanza de la democracia” a cuantas personas estimen conveniente, con especial atención a aquellos países empobrecidos y contemplados en nuestro marco de cooperación. De ello se desprende que si la democracia no mitiga la pobreza, al menos contribuye al encomiable objetivo de erradicar la tiranía y formar la voluntad mayoritaria.

Estamos hablando de la última versión del sistema establecido por el ateniense Pericles, al que Tucídides llamó “laringe de la democracia” debido al poder mágico de su voz. Hablamos de la “democracia occidental” o de mercado, la que según el gran publicista Eulalio Ferrer en su libro clásico De la lucha de clases a la lucha de frases nos permite elegir cada cierto tiempo a los dirigentes y gobernantes atendiendo a su fiabilidad, confianza, etiquetas, lemas y colores como si fueran productos de supermercado.

Llama la atención que las mayores subvenciones públicas para el magisterio democrático sigan yendo a las fundaciones de los partidos políticos más salpicados por la improbidad y la corrupción, singularmente al PP, con dirigentes afectados por la “tangentópolis” o financiación paralela a cambio de favores desde el poder. El malvado Sátiro, jefe de los servicios secretos de Esparta, mina la democracia ateniense corrompiendo a unos y eliminando a otros. El sistema dura treinta años y al final Pericles acaba como su nombre indica: periclitado.

También resulta chocante que al mismo tiempo que en Madrid se anuncia la mencionada subvención de Exteriores, su titular, José Manuel García-Margallo y Marfil, batallase en Bruselas con sus 27 colegas de la UE para que en el documento sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania por el dominio de la península ucraniana de Crimea quedase claro que la población no tiene derecho a elegir su destino en votación.

Margallo consideró una gran aportación su advertencia contra una posible “violación del ordenamiento ucraniano” porque previene, dijo, contra “hipotéticas acciones posibles” de las autoridades  de la República Autónoma de Crimea de promover la secesión mediante una consulta popular. Si la democracia es la principal y mejor vía para resolver los conflictos pacíficamente, de acuerdo con la mayoría y con respeto de las minorías, cuando otros caminos han quedado bloqueados, ¿a qué magisterio democrático obedece la propuesta triunfal de ese ministro del Reino de España?

Después de afirmar que si las autoridades en Crimea convocan un referéndum de autodeterminación sería considerado “nulo y sin efecto jurídico alguno” por la comunidad internacional y “desde luego” por la UE (la mayoría de lo países europeos ya han reconocido la independencia de Kosovo), Margallo respondió irónicamente a una pregunta sobre el paralelismo con Cataluña: “No se me había ocurrido”.

2 Comments
  1. Piedra says

    No hace falta demostrar que ese ministro es un «cínico», que en la antigua Grecia era una escuela y cuya palabra significa can, canelo, perruno, que orina en público. ¡Pobre Marca España!

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