
Mariano Rajoy, por fin, tranquilizó a los suyos y despejó incertidumbres con el nombre que, pese a ser el primero y el que más menciones recibió en las apuestas, nadie se atrevía a dar por hecho mientras su nombre no saliera de labios del propio Rajoy o de María Dolores de Cospedal. Miguel Arias Cañete, el aún ministro de Agricultura, es un marianista confeso. Fiel a Rajoy en todas las tempestades que azotaron su liderazgo en el PP, se ha ganado la confianza del jefe. Esa misma confianza que llevó a Rajoy a retrasar su designación hasta la exasperación.
A falta de que hoy el Comité Electoral del PP pase el trámite de ratificar lo que el dedo de Rajoy ha señalado, Miguel Arias Cañete es la cabeza de cartel del PP. Un hombre conocedor de Europa, políglota (su último empeño pasa por el aprendizaje del chino, a golpe de cuadernos de caligrafía que copan su mesa en el despacho ministerial) y con un claro perfil “de derechas”.
Miguel Arias Cañete ha sido de todo desde su ingreso en la AP de Manuel Fraga (concejal, diputado, senador, ministro…) y estaría dispuesto a ocupar el puesto que Rajoy le pidiese. Sólo si Rajoy se lo hubiese pedido hubiera aceptado el encargo de convertirse en líder del PP andaluz, pero no era eso lo que su amigo esperaba de él. Quiere que gane las elecciones europeas y que después ocupe un puesto en la futura Comisión Europea, en sustitución de Joaquín Almunia, aunque con un nuevo reparto de carteras. La que ocupe Cañete- aseguran en el PP- será “de peso”. Su candidatura europea no es un requisito, pero sí un paso previo que le exige su jefe en un momento en que Rajoy es consciente de que puede pasar cualquier cosa, incluida la derrota frente al PSOE y a su cabeza de cartel, Elena Valenciano.
Miguel Arias Cañete es considerado “una suerte” en el PSOE. Varios de los dirigentes socialistas consultados por cuartopoder.es, aseguran que su perfil permite a Elena Valenciano diferenciarse con más claridad de la candidata del PSOE, y situar con más nitidez una opción de derechas , la del PP, frente a una, la del PSOE, de izquierdas. Desde su entorno más cercano, a Miguel Arias Cañete le atribuyen una frase: “el PP es un partido de centro-derecha porque estoy yo, porque sino sería de centro…”. Aseguran que acostumbra a bromear presentándose como el guardián de las esencias de la derecha española. Esa es, precisamente, una circunstancia de la que creen en los cuarteles generales del PSOE que pueden sacar provecho. Pero todo está por demostrar.
Lo que sí parece una realidad es la voluntad de Rajoy de sustituir a Cañete por alguien de su propio ministerio, tal vez su secretaria general de Agricultura, Isabel García Tejerina. Lo que sí parece claro es que Rajoy no quiere remangarse y hacer una gran remodelación en su gabinete. Con la sustitución de Cañete y otra más, si es que incluye en la lista popular al Parlamento Europeo a un segundo ministro, Rajoy pretende zanjar el asunto y reponer las bajas. Poco más. Suponen en su entorno, pero no se atreven a asegurar, tratándose del “hermético” Rajoy, que el presidente del Gobierno dejaría una eventual crisis de gobierno para dentro de unos meses, con la llegada del otoño. Esa crisis, añaden, la acometería o no, en función de los resultados de las elecciones europeas. Serán estos comicios los que marquen si Rajoy debe seguir manteniendo a aquellos que empezaron con él su andadura en el Gobierno o si urge un recambio de los ministros más “abrasados” por las circunstancias, la crisis y los recortes. De momento, Arias Cañete es el primero en dar el salto. Y, aunque la victoria en las elecciones europeas no está nada clara, Cañete sabe que el suyo no es, en ningún caso, un salto al vacío.
Cañete tiene un perfil muy conservador y a la vez gusta a muchos agricultores por las gestiones con la PAC.