“Queremos reconstruir Can Vies para volver a llenarlo de vida autogestionada”

1

Miguel Muñoz *

Trabajos de reconstrucción del parcialmente derruido centro social Can Vies, en los que junto a los miembros del colectivo  han participado también los vecinos del barrio de Sants. / Toni Albir (Efe)
Trabajos de reconstrucción del parcialmente derruido centro social Can Vies, en los que junto a los miembros del colectivo han participado también los vecinos del barrio de Sants. / Toni Albir (Efe)

El barrio de Sants en Barcelona ha vivido una intensa semana. El desalojo y demolición parcial del Centro Social ocupado y autogestionado Can Vies que se produjo el pasado lunes 26 ha provocado una importante reacción ciudadana que ha hecho que muchos focos se sitúen sobre esta zona de la Ciudad Condal. cuartopoder.es ha contactado con un integrante del colectivo de Can Vies para realizar un repaso de todo lo acontecido, que ha desembocado en la clara intención de reconstruir el edificio desalojado.

“El centro social siempre ha pensado en la integración con el barrio”, señala el portavoz que nos recuerda la historia de Can Vies. Un espacio que se ocupó en 1997 por jóvenes del barrio de Sants que “tenían la necesidad de un espacio donde realizar actividades autogestionadas de varios tipos: culturales, lúdicas o políticas”. Desde allí se han apoyado proyectos y campañas comunes como la protesta contra el llamado “cajón de la vergüenza” o se han desarrollado talleres de lenguaje de signos, un local de ensayo para grupos musicales, un periódico gratuito o simplemente generar puntos de encuentro, entre otras muchas actividades. Además, afirma el integrante del centro social, el proceso de autoaprendizaje personal y colectivo ha aportado muchos aspectos positivos en el barrio. “Actualmente muchas de las cooperativas de trabajo del barrio salieron a raíz de gente que anteriormente participó de Can Vies, aprendió ciertas maneras de hacer las cosas y le dio el potencial para poder llevar a cabo otros proyectos fuera”.

El aspecto judicial, clave para los espacios ocupados, comenzó oficialmente en 2006, cuando recibieron la primera demanda. Ya en ese año se creó la Plataforma de Apoyo a Can Vies, integrada por 240 entidades ciudadanas de toda Barcelona y del resto de Cataluña. “Se interpeló al regidor del barrio para hacerles ver que no era un problema sólo con un centro, sino de todo el barrio, realizaron interlocuciones con las autoridades para hacerles entender eso”, afirma el portavoz. Las conversaciones siguieron y Can Vies ganó dos procedimientos administrativos que alargaban el proceso. Pero pese a los apoyos, el Ayuntamiento y la empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) siguieron una vía que culminó con una sentencia judicial del Tribunal Supremo ordenando directamente el desalojo para el mes de abril de 2014. Se consiguió una prórroga hasta el final del mes de mayo y el colectivo de apoyo intentó hasta el último momento paralizar el desalojo hasta que a mediados de mes las negociaciones se rompieron definitivamente. “Había dos posturas muy enrocadas y por tanto se rompió el diálogo porque no se atendían las peticiones del tejido asociativo del barrio”.

Desalojo postelectoral

Desde Can Vies no tenían la certeza exacta de qué día irían a desalojar el edificio, aunque sabían que podía ser en cualquier momento. “Era muy evidente que no querían hacerlo antes de las elecciones para no ensuciar su campaña. Aprovecharon justo después para intentar salir lo menos perjudicados posible y con, entendemos, bastante malicia”, relata nuestro interlocutor. Tras el desalojo comenzó el derribo de parte del edificio, “incluso con gente dentro, a dos personas les cayeron restos en la cabeza”. El integrante del colectivo recalca que en todo momento la resistencia en el interior y exterior fue pacífica y que la policía “militarizó el barrio y actuó de manera agresiva”. Según su relato, esta actuación “desató una reacción de rechazo por lo que estaba sucediendo y por un malestar social que lleva años, pero que con la crisis se ve más acentuado”.

Los Mossos d'Esquadra disolviendo la manifestación que se celebró el sábado en la Rambla del Raval, en Barcelona. / Toni Albir (Efe)
Los Mossos disolviendo la manifestación que se celebró el sábado en la Rambla del Raval, en Barcelona. / Toni Albir (Efe)

Ese mismo día se produjeron ya las primeras manifestaciones de apoyo que continuaron durante el resto de la semana. En las convocatorias se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y Mossos de Escuadra y se ha producido, con datos del sábado, la detención de 61 personas, según fuentes policiales. Dos de ellas se encuentran en prisión preventiva. “Lo que supone la presencia policial es una provocación, porque hubo disturbios el lunes, martes, miércoles y jueves cuando había presencia suya. Las manifestaciones que convocamos son siempre pacíficas pero el despliegue policial tensiona el ambiente y desata problemas e historias que no debían suceder. Por ejemplo, el viernes hubo una cacerolada, no hubo presencia policial y no hubo ningún tipo de problema”, narra el integrante de Can Vies. En este sentido, la Coordinadora Catalana Para la Prevención de la Tortura ha denunciado la actuación policial concretamente durante la manifestación que recorrió las calles céntricas de Barcelona el sábado 31. Imágenes difundidas por La Directa dejan ver cómo los Mossos de Escuadra obligan a manifestantes a ponerse las capuchas para ser identificados y existen testimonios de manifestantes que denuncian violencia policial esta semana.

Reconstrucción y solidaridad

El Ayuntamiento de Barcelona anunciaba la paralización del derribo el pasado viernes y mostraba su disposición a negociar con el colectivo. Ese mismo día, desde Can Vies se llamaba a una reconstrucción del espacio a la que acudieron cerca de un millar de personas. “Estamos muy agradecidos por el apoyo y entendemos que es fruto de toda la actividad asociativa que se ha podido llevar a cabo durante 17 años”. “Perfiles profesionales del tejido asociativo” certificaron que no había riesgo de derrumbe y las labores de reconstrucción se han desarrollado durante todo el fin de semana. La idea es clara. “Queremos reconstruir el edificio para volver a llenarlo de vida autogestionada y esperamos que nos dejen en paz y nos permitan hacerlo”, afirma rotundamente ante la posibilidad de que el Ayuntamiento les ponga algún tipo de traba. “Creemos que no debe haber ningún problema. Posibilidades hay muchas, pero esperamos que piensen las cosas antes de hacerlas”.

El teniente de alcalde de la ciudad, Joaquim Forn, apeló ayer a la negociación y afirmó que “si alguien en Can Vies quiere dialogar, que salga con la cara descubierta”. Ante eso, el portavoz del colectivo señala que “llevamos toda la semana dando la cara” e insiste en que su forma de dar la cara es reconstruyendo el espacio que ellos han tirado al suelo. “Es evidente que hicieron una nefasta gestión del asunto. La han cagado y cada vez es más evidente. En las últimas declaraciones se puede ver que saben que han metido la pata hasta el fondo y no saben cómo reconducirlo. Ahora nos dicen de negociar, pero estamos cansados de palabrerías. No sé qué tendríamos que negociar, es una muestra de cinismo espectacular que quieran negociar después de que el lunes nos desalojaran y tiraran al suelo delante de nuestra narices”. Por estos motivos, desde Can Vies se pide la dimisión tanto de Jordi Martí, concejal de Distrito, como del acalde Xavier Trias.

Ahora el proceso de reconstrucción seguirá una planificación ordenada, según nos adelantan desde Can Vies. “Queremos definir bien todo el procedimiento”. Además, sienten y conocen el apoyo a su lucha desde otras partes del Estado con ciudades donde se han convocado concentraciones, algo que les hace estar plenamente agradecidos. “Entendemos que lo de Can Vies ha sido una chispa y los demás pueblos y barrios han sido una llama que se ha extendido”. Para hoy, mientras continúan con su proceso de rehabilitación, han convocado una concentración ante la Ciudad de la Justicia para pedir la libertad inmediata de las personas que se encuentran en prisión y la retirada de los cargos a las personas detenidas durante esta semana.

(*) Miguel Muñoz es periodista.

Leave A Reply