El PSOE no descarta elecciones anticipadas en Cataluña para primeros de 2015

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, recibió en el Palau de la Generalitat al líder del PSOE, Pedro Sánchez, en la primera reunión entre ambos el pasado miércoles. / Alejandro García (Efe)

Más allá de las declaraciones oficiales expresadas por Pedro Sánchez y Francesc Homs tras el encuentro de más de dos horas que celebraron el líder del PSOE y el president de la Generalitat, Artur Mas, ambos líderes dejaron abierta una puerta a la colaboración entre los socialistas (incluido el PSC) y CIU para más allá del 9 de noviembre, fecha en que teóricamente debería celebrarse la consulta al pueblo catalán sobre la consulta independentista.

Sin embargo, lo que Sánchez ofreció a Mas, tras hablar previamente con Miquel Iceta, fue el apoyo de los 20 diputados del PSC a los 50 de CiU para compensar la previsible retirada del apoyo de ERC en el caso de que el president se plantee aguantar la legislatura hasta 2016, renunciando a convocar unas elecciones anticipadas mal llamadas plebiscitarias. Y pidió que, a cambio, CiU optase por la renuncia al soberanismo y se sumase a la reforma de la Constitución que propone el PSOE para resolver, entre otros problemas relacionados con el Estado de Bienestar y la Corona –la inclusión de las mujeres en la sucesión- y, singularmente, el problema de la incardinación específica de Catalunya en el Estado español. Una reforma que resolvería el gran problema del derecho a decidir, que apoya el 80% de la población catalana, porque conllevaría una votación en todo el Estado y la consecuente reforma del actual Estatut, que a su vez sería votado exclusivamente, en referéndum legal, por los catalanes.

Fuentes de CIU aseguran que Mas no le cerró esa puerta, dejando claro que, en cualquier caso, él seguirá con su plan de ruta pactado con ERC para convocar la consulta independentista el 9 de noviembre. Después, ya veremos, vino a decir, según esas fuentes.

Sin embargo, Sánchez salió de la reunión casi convencido de que, a pesar de las buenas palabras de Mas, esa posible salida “socio-convergente” no está en sus planes. Y así se lo comunicó de inmediato a Iceta, con quien habló en Barcelona el mismo día 3, el pasado miércoles, antes y después de la reunión.

Iceta lo tuvo tan claro que el mismo día 4 declaró en Antena 3 que o Más convoca y organiza la consulta o vamos a elecciones “no ya anticipadas , sino precipitadas”. Lo que por cierto ha hecho pensar a los socialistas catalanes, aunque de eso no habló Iceta, de lo bien que le iría ese adelanto “precipitado” a Jordi Pujol para ahorrase tener que ir a dar explicaciones sobre su fortuna personal y familiar en el Parlament.

Iceta también insinuó otro tema clave, al diferenciar la convocatoria y la organización de la consulta soberanista. Porque el president podrá convocarla, en teoría legalmente, acogiéndose a la nueva Ley de Consultas del Parlamento catalán. Pero cuando el Tribunal Constitucional la suspendiese de inmediato, Mas no podrá organizarla si quiere ajustarse a la realidad. Por eso estima Iceta que la salida que podría adoptar el president sería convocar unas elecciones anticipadas, a su juicio precipitadamente. Y cuanto antes. Nada menos que para el primer trimestre del año que viene, 2015. Lo que, al tiempo, consecuentemente, haría innecesario el entendimiento entre CIU y PSC para sostener el Gobierno hasta 2016.

Ese convencimiento de los socialistas fue lo que llevó a Sánchez a ir a lo suyo a la vista de lo que hay. El PSOE seguirá con la mano tendida, siguiendo cuidadosamente el desarrollo de los acontecimientos y haciendo toda la propaganda posible de su solución centrista frente a los extremos de uno y otro lado que están llevando la situación al choque de trenes.

Sánchez e Iceta siguen sin descartar la posibilidad del retraso de las elecciones porque consideran que las encuestas forzarán a Mas en ese sentido si no quiere que CIU entre en barrena y quede por debajo de la ERC de Oriol Junqueras. Además, piensan que Junqueras no aceptará hacer una lista única junto a CIU, la CUP y el resto de fuerzas que quieran sumarse a una candidatura cuyo único punto programático sea la proclamación de la independencia (lo que por cierto podría dividir en dos a ICV). Y no lo hará precisamente porque querrá encabezarla el propio Mas y acomodarla a la actual relación de fuerzas existente en el Parlament, muy alejada de la nueva realidad política de Cataluña según todas las encuestas. Preferirá ir solo para ser la fuerza vencedora y determinar el Gobierno futuro de esa nacionalidad. Algo que puede hacer estallar a CIU definitivamente, más allá de las fisuras ya abiertas entre CDC y la democristiana UDC, por el mismo hecho del debate.

En consecuencia, Sánchez, tras la entrevista, ha sido claro en su balance yendo a los suyo en exclusiva. Su posición la resume así. Primero el acuerdo sobre la reforma constitucional y luego la votación. Decir “sí” a una votación “para el acuerdo y tras el acuerdo” y decir “no” a una votación que lo que haga sea fracturar y ahondar más el conflicto (la del día 9 de noviembre).

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