Las ONG denuncian que la reforma fiscal del PP viola los Derechos Humanos

Contra la riqueza que empobrece, actúa. Éste es lema principal que vertebra la Semana de Lucha contra la Pobreza, un cita habitual desde hace unos años en este mes de octubre. Decenas de ONGs forman parte de la Alianza Española contra la Pobreza, plataforma convocante de esta iniciativa que pretende concienciar y sensibilizar a la sociedad contra la desigualdad social. Entre el 13 y el 19 de octubre tendrán lugar multitud de actos, charlas o exposiciones, entre otras acciones que se realizarán en todo el Estado. El punto álgido llegará el viernes 17 de octubre con manifestaciones en varias ciudades. Destaca en Madrid la convocatoria realizada para las 19:00 horas entre Cibeles y Sol. La redistribución de la riqueza y las políticas fiscales son los ejes de la campaña.

Según recuerdan las organizaciones convocantes, la política de recorte de derechos aplicada por el Gobierno ha situado a España como el segundo país más desigual de Europa, sólo por detrás de Letonia.  En este sentido, apuntan que la reforma fiscal llevada a cabo por el PP promueve la desigualdad, viola los Derechos Humanos y amenaza la democracia. Basándose en un informe realizado por la relatora especial de la ONU sobre Pobreza Extrema y DDHH, se concluye que la actual reforma fiscal no propone medidas para combatir firmemente la evasión ni el fraude fiscal. Por ello, "el Estado español no estaría destinando el máximo de recursos disponibles para la realización de los derechos económicos, sociales y culturales de su ciudadanía y, por tanto, incumpliría con sus responsabilidades internacionales en materia de derechos humanos". Según Magdalena Sepúlveda, la relatora, los Estados deben tener ciertos límites a la hora de aplicar sus políticas fiscales. Además, destacan las ONG que "la escasa progresividad de la política fiscal española impide que sea una herramienta eficaz para luchar contra la desigualdad".

“La fiscalidad es la herramienta que nos permite luchar de manera efectiva contra la desigualdad. Una fiscalidad redistributiva va a permitir que los gobiernos respondan a las obligaciones que tienen”, explica a cuartopoder.es Francesc Mateu, vicepresidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE). Concretamente, Mateu afirma que en lo que respecta al Gobierno español “una fiscalidad diferente nos permitiría perfectamente hacer frente a los recortes a los que nos estamos viendo abocados”.

También se incluye en la campaña la lucha contra los paraísos fiscales, la evasión de impuestos y “toda la normativa que permite que prácticamente todas las grandes empresas se puedan librar de pagar al fisco mientras que la clase trabajadora sustenta la mayoría del presupuesto”. Para Mateu, es importante poner el foco más sobre los ingresos que los gastos en relación a la cantidad de dinero que se calcula que puede haber en el extranjero de forma ilegal. La reforma actual, indican desde la Alianza Española contra la Pobreza, "tampoco incluye mecanismos para exigir a las empresas españolas que sean transparentes en su información financiera y fiscal".

Esta semana supone el inicio de un camino que seguirá, por ejemplo, exigiendo a los partidos que se presenten a las próximas elecciones que se posicionen claramente en estas cuestiones. “Creo que la gente de las ONG tenemos que ser profundamente políticos, y eso no implica ser partidista. El escenario de lo que queremos resolver está en el campo de la política”, señala. En cualquier caso, no es partidario de la alineación concreta con opciones actuales pero respeta posiciones como la de la ONG Sodepaz, que ha mostrado públicamente el respaldo a Ganemos Madrid.

De lo local a lo global

La percepción de la pobreza ha cambiado en los últimos años debido a la crisis económica. Mateu reconoce que ahora es más habitual querer apoyar primero a la gente de casa. “Nuestra dignidad humana va ligada íntimamente a la de mucha gente que no conocemos, que está muy lejos y por la que tenemos que trabajar. La tendencia a enfrentar pobrezas en función de la distancia a la que están de tu casa es indecente”, explica. En este sentido, ejemplifica que las personas en España hablan con un teléfono móvil que en su origen ha podido provocar muchas muertes en el Congo. O que llevamos ropa en cuyo proceso de fabricación ha podido morir alguien en una fábrica de la India.

Al habar de problemas globales, es inevitable que surja la cuestión del virus del ébola. “No me alegro de que tengamos una crisis así, ni mucho menos, pero esto nos está permitiendo que entendamos cosas que eran más difíciles. Hemos reaccionado a la muerte de dos españoles y el contagio de otra persona como si los conociéramos mucho. Los conocemos tanto como a la gente de Sierra Leona y hay que hacer un ejercicio de reflexión. Si no somos capaces de entender que todas las personas deben tener los mismos derechos, nos van volver cosas como boomerangs, en este caso enfermedades. Hay que hacer que la gente viva en condiciones dignas”.

Entre los actos programados para estos días, destaca un encuentro internacional que se celebrará el Jueves 16 en Madrid. Su objetivo es conformar una estructura denominada Panel Internacional para la Erradicación de la Pobreza y la Desigualdad. Un objetivo para el que la Alianza Española Contra la Pobreza lleva trabajando un año cuya propuesta presentó el pasado verano ante la ONU. El manifiesto oficial de la campaña, para la que se utilizará también la etiqueta en Twitter #RiquezaqueEmpobrece, incluye, entre otros aspectos, críticas al proceso de acumulación del capitalismo y la dinámica financiera. “Ha generado un modelo económico que ejerce una fuerte presión en el conjunto de los límites físicos del planeta”.

También se considera prioridad necesaria “frenar el avance desmedido de la desregulación de los mercados” y parar el Tratado Transatlántico de Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP) que “se está elaborando a espaldas de la ciudadanía”. Tampoco se olvidan las ONG de una vieja reivindicación: el 0.7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) destinado a ayuda a la cooperación. “La crisis económica no debería ser causa de una regresión respecto al porcentaje dedicado a la cooperación internacional”, destacan. El pasado año, según informes de CONGD, la cifra destinada suponía un 0,16%. Según los presupuestos presentados para 2015, la partida llega al 0,17% y supone, al menos, que deja de caer tras varios años de recortes.