Actualización con las 324 personas rescatadas el pasado lunes.
"Mientras que el año pasado, con la operación Mare Nostrum en vigor, de enero a abril se ahogaron 219 personas en el Mediterráneo, este año, con la Tritón, fallecieron 1.800". Quien habla es Carlos Ugarte, responsable de Relaciones Externas de Médicos sin Fronteras (MSF) y portavoz del operativo que la ONG impulsa de dos barcos para la búsqueda activa, rescate, salvamento y atención médica a las personas que migran hacia la Unión Europea por el mar. Y así es, desde que en noviembre del pasado año la operación italiana dejara paso a la coordinada por Frontex, el organismo que gestiona las fronteras exteriores de la Unión Europea, los recursos destinados se han reducido notablemente. Si en el caso de Mare Nostrum el presupuesto era de nueve millones de euros al mes, con Tritón la cantidad se ha reducido hasta los tres millones, tal y como denuncia Amnistía Internacional. De este modo, mientras la anterior operación, dependiente del Estado italiano, contaba con cuatro helicópteros, tres aviones, dos patrulleros, dos corbetas, dos drones y una nave anfibia, Tritón, la cual depende de la UE, la actual cuenta únicamente con un helicóptero, dos aviones y siete patrulleros.
"Es necesario establecer un operativo de búsqueda activa, rescate y salvamento, ya que Tritón es un mandato de seguridad y control de las fronteras", advierte Ugarte a cuartopoder.es, a la vez que exige que "ese operativo cuente con los recursos suficientes". Además, el responsable de MSF considera que "habría que habilitar fórmulas para que la gente venga de una forma legal y segura", teniendo en cuenta, además, que "un 80 por ciento de los rescatados por MSF en el mar son personas refugiadas". "Habría que mejorar la concesión de visados humanitarios europeos, el protocolo para conceder el asilo en embajadas y consulados de los países en conflicto y un reasentamiento de las políticas de refugiados, que ahora son mezquinas y casi inexistentes", considera Ugarte, quien recuerda que "Europa se ha ocupado de crear muros insalvables, como los que separan a Bulgaria o Grecia de Turquía, o en Melilla, que redirigen los flujos migratorios hacia el mar, mucho más peligroso, como en los flujos de Libia a Italia o de Turquía a Grecia".
"La máxima de MSF es salvar vidas", asegura este portavoz. Por ello, el 2 de mayo la organización envío un barco al Mediterráneo, al cual se sumó otro una semana después. "Intentamos cubrir el vacío de la UE en esta materia; evitamos que se ahogue el mayor número de personas posible", explica Ugarte. Estos dos barcos han realizado ya siete operaciones de salvamento, en las que han rescatado a 2.141 personas, de las cuales 360 son mujeres y 123 niños. Las operaciones de rescate las desarrollan en coordinación con Rescate Marítimo de Roma. "Muchas veces son ellos los que nos avisan de la llegada de una barcaza, a veces somos nosotros los que avisamos, después desembarcamos a las personas rescatadas donde ellos nos dicen", relata el portavoz. Una vez en manos de las autoridades italianas, estas personas son registradas y enviadas a un centro de internamiento para extranjeros, para después ser distribuidas por Italia.
La experiencia de MSF trabajando en relación con los flujos migratorios no se reduce a este proyecto. "Llevamos años trabajando en este sentido; en 2002 estuvimos en Lampedusa, ahora en Sicilia, en los llamados centros de acogida que son cárceles; en Grecia, en Serbia...", recuerda este activista de MSF, quien asegura que lo novedoso para la organización es "el rescate mediante barcos, en el mar". Una tarea que califica como "muy compleja". "Nuestros barcos cuentan con equipos médicos y con tripulaciones especializadas, porque las operaciones de rescate son muy complicadas, ya que estas personas cruzan el mar en chatarras flotantes sobrecargadas que pueden hundirse en cualquier momento", cuenta Ugarte. "Hay que realizar los rescates con mucho cuidado, se usan barcos intermediarios, habitualmente lanchas, donde se pasan poco a poco a estas personas y desde ellas se les lleva al barco de rescate", describe.
Malos tratos
"Las condiciones en las que se encuentran las personas a las que rescatamos son muy duras, hay que tener en cuenta que es gente que lleva una situación histérica cargada a sus espaldas muy potente", comenta Ugarte, en lo que se refiere a "las personas provenientes de Siria, que llevan cinco años en un conflicto en el que han muerto ya 217.000 personas, con miles de familias destrozadas", o a las provenientes de Libia, "donde la guerra ha dejado un estado fallido, con la proliferación de guerrillas". Además, este responsable de MSF, relata: "Las mafias que se encargan de subirlos en las barcas utilizan todo tipo de violencia contra esta gente, malos tratos, para asegurarse que no llevan más dinero".
A estos antecedentes, se suma la precariedad de la travesía. "Son personas que están aterrorizadas por la propia travesía, suelen ir muy sobrecargadas las embarcaciones", explica. "Dependiendo del tiempo que lleven de travesía, los problemas de salud que tienen varían, pero las hipotermias, las quemaduras, las infecciones de piel o las diarreas son habituales, además de los problemas específicos que puedan desarrollarse en mujeres embarazadas en estas condiciones", asegura Ugarte.