Más de un centenar de artistas plásticos --algunos no tan conocidos y reconocidos en España como allende nuestras fronteras-- se han reunido en torno a una iniciativa que dará mucho que hablar porque desborda el sistema de cautividad de galeristas e intermediarios y porque de su decisión puede salir la renovación de los anquilosados museos de arte contemporáneo. Se trata de la Fundación Arcilla, una entidad sin ánimo de lucro en la que los pintores y escultores se representan a sí mismos y cuentan con una plataforma o factoría para la difusión y defensa de sus obras, con una nave en Madrid y con exposiciones itinerantes y colectivas en todo el mundo.
El presidente y promotor de Arcilla, el pintor Modesto Trigo, se siente más que satisfecho, impresionado, por la gran respuesta positiva de sus colegas, hasta el punto de que en apenas un mes de funcionamiento se han adherido a la idea y aportado obra a la fundación más de un centenar de artistas de calidad reconocida. “En los últimos años –explica a cuartopoder.es-- todo ha cambiado y ya no son los galeristas los que deciden la calidad de la obra, sino el público quien toma la palabra y separa el grano de la paja”. En buena medida, la divulgación de las obras de arte a través de Internet, de los medios digitales y de las redes sociales facilita la relación directa entre el artista y el coleccionista, dejando a las poderosas galerías de antaño en segundo plano.
En este contexto surge la Fundación Arcilla a imagen y semejanza de lo que ya existe en los países más potentes en las artes plásticas: Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido. El artista se representa a sí mismo, pero se organiza en cooperativas, asociaciones y fundaciones para tener una plataforma de apoyo, una factoría en la que organizar talleres y actividades y difundir físicamente su obra. “Nosotros estamos entre los tres países mejores del mundo en pintura y escultura –afirma Trigo--, y resulta un poco penoso que mientras nutrimos con nuestras obras algunos de los grandes museos de arte contemporáneo de otros países, aquí no hayamos sido capaces de romper los moldes establecidos para que la gente conozca el potencial que tenemos”.
Aparte la factoría –una nave nodriza en Madrid, abierta a profesionales, museos y entidades públicas y privadas interesadas en el arte--, Arcilla se propone acercar físicamente la obra de los artistas a la gente mediante la organización de exposiciones itinerantes, abiertas a todos los ciudadanos y, a poder ser, gratuitas. Ya trabajan en la primera, Otra realidad, que reunirá desde el 14 de septiembre al 9 de octubre próximo 50 cuadros de otros tantos pintores de gran calidad y seis pieza de escultores de primera línea en el Centro Cultural La Vaguada, perteneciente al Ayuntamiento de Madrid y situado junto al complejo comercial del mismo nombre. Será la primera gran exposición del grupo que ha elegido el nombre de la materia prima (arcilla) de modelar y crear. Lo de dar vida fue cosa de Dios, según la Biblia.
También trabajan discretamente en la primera exposición internacional, en Taiwan, el país oriental cuyos estudiantes obtienen las más altas calificaciones del mundo en matemáticas y ciencias y las más bajas en arte y creatividad. “En Taiwan y también en China han manifestado muchísimo interés por nuestra pintura”, afirma Trigo antes de referirse a otras latitudes en las que también difundirán el arte plástico español. Se comprenderá que uno o varios creadores no puedan enviar sus obras sin unas garantías jurídicas y un respaldo como el que ahora les proporciona la Fundación Arcilla, en cuyo equipo directivo apoyan a Trigo los especialistas y gestores Miguel Ángel Díaz, Bárbara Rodrigo, Susana Belda, Miguel y Pedro Heras. De momento carecen de mecenas y patrocinadores.
“Es comprensible también que algunos pintores muy cotizados como Antonio López o Eduardo Naranjo, que apoyan la fundación, no estén presentes en la primera exposición porque la cobertura del seguro no alcanza a garantizar el valor de un cuadro suyo”, añade Trigo, sin que ello reste mérito, excelencia y calidad a los 56 artistas del grupo Arcilla que participarán en la primera exposición en Madrid. Mientras recorremos la factoría, Trigo comenta: "No conozco a ningún buen pintor y escultor que no sea también buena persona". Cualquiera diría que ha leído a Ryszard Kapuściński allí donde dijo que para ser buen periodista hay que ser buena persona. Los primeros artistas reunidos en Arcilla (fotografía) son sin duda ambas cosas. Por sus obras los conoceremos.
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Gracias
Me interesan toda idea cultural y mas tratandose de artes plásticas ,un saludo cordial .
Me encanta la idea y me gustaría saber qué posibilidades hay de formar parte de Fundación Arcilla.
Que bueno que alguien se encargue de organizar las muestras de los artistas, como puedo participar.
Me ha encantado vuestro post y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
Saludos
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