El Gobierno niega al PNV ikurriñas y documentos incautados en la Guerra Civil
El Gobierno descarta devolver el botín de guerra incautado al PNV tras la sublevación militar franquista de 1936. El Ejecutivo ha evitado responder a las preguntas del portavoz parlamentario del Grupo Vasco, Aitor Esteban, sobre la localización de documentos, banderas y otros bienes culturales incautados al partido. Pero la Mesa del Congreso le ha instado a contestar y, finalmente, ha respondido que el material incautado no se moverá del Archivo de Salamanca ni de las dependencias militares en las que todavía se exhibe alguna ikurriña como trofeo de guerra.
Las banderas, objetos, documentos y enseñas arrebatadas al PNV y a sus batallones durante la Guerra Civil (1936-1939) seguirán bajo la custodia del poder central, igual que ha ocurrido en los ya casi 80 años transcurridos desde el golpe de Estado militar contra la democracia y la II República. La ikurriña arrebatada por las tropas franquistas a un batallón nacionalista, y que se exhibe en la sala de historia de la Legión en Ceuta, podrá tener el valor sentimental que los nacionalistas quieran, pero “no está prevista su devolución”.
Tampoco la enseña vasca incautada en el Batzoki de Gautegiz (Vizcaya), depositada en el Archivo de Salamanca, ahora Centro Nacional de la Memoria Histórica, será devuelta a sus legítimos propietarios por más que el hasta ahora diputado Joseba Andoni Agirretxea se haya empeñado en reclamarla. Sin invocar “el derecho de conquista” al que apeló el ilustre profesor y escritor ferrolano de nacimiento y salmantino de adopción, Gonzalo Torrente Ballester, cuando la Generalitat de Cataluña reclamaba la devolución de sus archivos, el Gobierno del PP considera que esas banderas “forman parte del Patrimonio Histórico Español y pueden ser visitados por el público en general”.
En el “caso particular de la bandera y el fondo documental que se encuentra depositado en la Sala Histórica de la Legión de Ceuta, no se tiene prevista su entrega a ninguna institución o entidad particular”, según le reitera a Agirretxea. Y, por supuesto, los símbolos, documentos, periódicos y otros bienes culturales incautados a los nacionalistas vascos durante el conflicto, no se tocan. Ni a los sindicatos ni a ningún partido se le han devuelto. Para rescatar gran parte de su documentación, el PCE y alguna otra formación política y sindical han tenido que desplazar a sus archiveros e investigadores a Salamanca durante años.
En el caso vasco, el Gobierno de Mariano Rajoy recuerda que en los años ochenta ya el Ministerio de Cultura firmó un convenio con la consejería correspondiente del Gobierno Vasco para que el departamento de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco realizara un inventario de los fondos documentales que culminó en 1995 y “es accesible en Internet a través de la página web del Centro de Patrimonio Cultural de Euskadi-IRARGI”. También es posible el acceso a esta información a través del Portal de Archivos Españoles (PARES) del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.
En su respuesta a Aitor Esteban, el Ejecutivo apela al consabido argumento de la “unidad archivística” y señala que en el inventario realizado “son fácilmente identificables los documentos relativos al PNV interesados”. Este argumento facilitaría, según Esteban, la devolución de los originales, aunque se mantuviera una copia en el archivo estatal.
En lo referente a la Colección de Banderas que custodia el Centro Documental de la Memoria Histórica, el Gobierno apela asimismo al catálogo consultable en la plataforma PARES y hasta ofrece información sobre la ruta a seguir desde el Inventario Dinámico, Archivos Públicos y Delegación Nacional de Servicios Documentales, Sección Político Social, Prensa y Propaganda, Banderas. (De especial interés las nº 10, 29 y 28). Y en cuanto a “documentos y objetos” del PNV, le aporta la numeración de trece cajas del mencionado archivo. Todo, menos la devolución.
