Rajoy escogerá la fecha de su retirada

Mariano Rajoy apenas tiene posibilidades de seguir al frente del gobierno y, por tanto, tampoco del PP. Ni siquiera una hipotética repetición de las elecciones y un resultado que le permitiese gobernar con el apoyo de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, convertiría a Rajoy en presidente del gobierno. Así lo entienden, al menos, buena parte de los dirigentes populares consultados por cuartopoder.es. Mal que les pese, dan por hecho que, caso de que C´s mejore sensiblemente sus expectativas electorales, la condición para apoyar al PP seguirá siendo la retirada de Rajoy. Por eso, lo dan por amortizado. Su retirada es prácticamente segura. La cuestión es cuándo decide anunciarla.

Fuentes del PP consultadas por este periódico insisten en que abrir un proceso sucesorio a menos de dos meses de unas elecciones es un “suicidio electoral”, y que por ello debe ser Rajoy el candidato, pero, además, echan mano de los Estatutos del partido para recordar que, legalmente, Rajoy tiene que ser candidato a las próximas elecciones, salvo que se celebre un Congreso previamente y decida lo contrario.

Se refieren en este punto a una parte de los Estatutos que se modificó en el Congreso celebrado en Valencia, en 2008, en la que se establece que el candidato a cualquier convocatoria de elecciones generales debe ser el presidente del partido. El encargado, en su día de presentar esa enmienda fue el ex ministro de Defensa, Federico Trillo. Según aseguran desde el sector menos afín al presidente del gobierno, dentro de su propio partido, “Trillo preparó con nocturnidad y alevosía, porque presentó la enmienda alrededor de las tres de la madrugada, una hiperprotección del líder, que había llegado a Valencia francamente debilitado”. Esa enmienda sigue viva hoy y, por tanto, de hacerse las cosas como corresponde legalmente, la sustitución de Rajoy en el cartel electoral exigiría la celebración de un Congreso.

En la familia popular es prácticamente unánime la impresión de que sería “muy inoportuna” y/o “poco constructiva” la celebración de un Congreso un mes antes de las elecciones, por tanto, el futuro de Rajoy pasa por mantenerse como cabeza de cartel de repetirse las elecciones, pero escoger el día de su retirada inmediatamente después.

La elección de la fecha es casi lo único que se le concede a Rajoy, que ayer mismo salió al paso de las múltiples voces que apuntan a su marcha inminente, y advirtió, después de jactarse de ser el partido que más militantes tiene en España que “las decisiones las toma la agrupación más grande de España y no las toman otras por nosotros”. La de su retirada, parece, según comentan sus compañeros de partido, que está tomada. Pero falta por saber la fecha y quién cogerá el testigo de un Mariano Rajoy, presidente en funciones y con cara de saliente.