Actualización de las 13:00 con los resultados del último sondeo publicado este domingo por el Periódico de Andorra.
La campaña electoral terminó anoche como empezó, es decir, sin que la única encuesta publicada y actualizada cada día, la que realiza el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (Gesop) para El Periòdic d'Andorra, apunte vuelcos o variaciones significativas de votos. El PSOE y Unidos Podemos (UP) aparecen con “empate técnico”, si bien la formación que encabeza Pablo Iglesias aventaja a los socialistas en 2,1 puntos. La disputa por la hegemonía de la izquierda ha sido el principal aliciente de la campaña. La suma de ambas formaciones roza la mayoría absoluta, lo que les obligará a entenderse para gobernar si las urnas confirman los pronósticos de los sondeos. La decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea (UE) marcó los mítines del último día y, según el sondeo publicado hoy sábado por el periódico de el Principado, habría servido a los populares para rebañar dos escaños a la formación de Rivera, que en el sondeo publicado esta misma mañana, pasa de una horquilla de 38-42 a una de 37-41. En cualquier caso, la impresión en los cuarteles electorales de los partidos es que el referéndum británico no influirá en el voto de los 36,5 millones de españoles llamados a las urnas el domingo y de los que 1,3 millones ya han votado por correo.
Tampoco parece influir demasiado la corrupción y la utilización partidista de las instituciones del Estado por parte de los gobernantes del PP, que perdería un punto respecto al 20D, pero se mantendría como primera fuerza política con 118 escaños. El último escándalo conocido (el contenido de la grabación de la conversación del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, con el responsable de la oficina Antifraude de Cataluña para imputar delitos de prevaricación y desprestigiar a los adversarios nacionalistas de ERC) ha sido la traca de una campaña trufada de viejos y nuevos episodios de corrupción política. La actuación de Fernández Díaz ha suscitado un clamor pidiendo su dimisión y ha envenenado el clima con sospechas de espionaje y fabricación de dossieres contra los adversarios.
La campaña comenzó con el procesamiento de los expresidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por el fraude de los ERE. Ambos se dieron de baja “para no perjudicar al PSOE”. Los demás casos afectan a políticos del PP. La dimisión del ministro de Industria, Energía y Turismo, y presidente del PP de Canarias, José Manuel Soria, por haber creado sociedades pantalla en Panamá para evadir capital a paraísos fiscales, fue la novedad más lamentable y lamentada en el PP de Mariano Rajoy, al que Sánchez no se ha cansado de tildar de “presidente en B” y Albert Rivera sacó de sus casillas con sus acusaciones de corrupción en el debate televisivo y le imputó el presunto delito de haber cobrado 343.000 euros en dinero negro.
Otros episodios poco edificantes han surgido durante la campaña. Por ejemplo, el reparto de 10 millones de euros entre el castellonense Carlos Fabra, recién excarcelado, y el trajeado expresidente valenciano, Francisco Camps, para organizar torneos de golf en un campo de la familia de Fabra. O la compra de unos terrenos que valían 1,5 millones de euros por un total de 6 millones por parte del Ayuntamiento de Ciudad Real para ampliar el cementerio, pese a que, según los informes del concejal de urbanismo, dicha ampliación no era necesaria ni se llegó a acometer. La actual cabeza de la lista del PP al Congreso, Rosa Romero Sánchez, era entonces la alcaldesa. Y así sucesivamente.
Con todo, la recuperación del empleo y de los derechos sociales han sido el eje central de la campaña de UP y del PSOE. En su último mitin en el barrio obrero de Villaverde (Madrid), Sánchez prometió dar prioridad a los dos millones de parados de larga duración y una “renta básica” para los más de 700.000 hogares sin ingresos. El dirigente socialista, que estuvo arropado por Felipe González, apeló al orgullo del partido para ir a votar con "alegría" y "dejar a los del sorpasso con la sorpresa”. González, por su parte, acusó al dimisionario David Cameron, perdedor del referendo británico que deja al Reino Unido “dividido y fuera de la UE”, de haber incendiado la casa para salvar los muebles: “Se ha quedado sin muebles y sin casa”. Sánchez protagonizó el mitin de cierre de la campaña en Sevilla con Susana Díaz. Fue el más numeroso, con unos cuatro mil asistentes junto al Guadalquivir. Frente al populismo de derechas (PP) y de psuedoizquierda (UP), el candidato socialista pidió a los suyos que vayan a votar en masa por un gobierno socialdemócrata, europeísta y de cambio.
Más concurrido, el mitin de cierre de la campaña de UP, en la explanada del río Manzanares, en Madrid, sirvió a Iglesias para hacer conscientes a los suyos de que el domingo van “a un encuentro con la historia” del que saldrán victoriosos. El líder emergente elogió a Alberto Garzón, de IU, y tuvo palabras de reconocimiento para los padres y abuelos socialistas y comunistas que han luchado por la libertad y construido este país. En la campaña de UP ha participado en su ciudad, Córdoba, el exdirigente de IU Julio Anguita. Previamente, en un duro alegato contra Rajoy y “los sinvergüenzas que dejan las herencias en Suiza y Panamá”, Iñigo Errejón reivindicó la herencia de la izquierda, de los trabajadores y los verdaderos patriotas. “El cambio es irreversible”, afirmó. Entre las más de 5.000 personas que abarrotaban el recinto aparecieron algunas banderas azules con el círculo estrellado de la UE. La vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, articuló su monólogo sobre un poema de Mario Benedetti y consideró el 26J como el complemento necesario del 24 de mayo de 2015, en que desalojaron del poder “a los que metían la mano en la caja y se llevaban el dinero de todos los ciudadanos”, en referencia al PP.
Ante unas cinco mil personas, en la plaza de Colón, el presidente del PP y jefe del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, alertó de los riesgos de una victoria de Podemos, que presume de ser un partido nuevo pero a su juicio son los "viejos doctrinarios" de su etapa universitaria, e hizo un llamamiento a los votantes moderados del PSOE y Ciudadanos para que "unan sus esfuerzos" con el PP y frenen al partido de Iglesias. Criticó “la generosidad ingenua y ridícula del PSOE”, que ha permitido a UP gobernar “en muchas plazas, como Madrid”. El líder del PP se ha pasado la campaña prometiendo dos millones de puestos de trabajo y bajadas de impuestos. Su monólogo a la defensiva bajo la gran bandera de España que instalara su antecesor, el belicoso Aznar, en ese punto del barrio de Salamanca, de derechas de toda la vida, parecía augurar el triunfo de la izquierda.
Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, cerró la campaña ante unas mil personas en la madrileña plaza de Ópera, insistiendo en su capacidad de pacto con el PP y el PSOE indistintamente. Rechazó, eso sí, la continuidad de Rajoy y su equipo y consideró “fundamental” que C's sea “decisivo” para tener un gobierno competente y reformista. Animó a los electores a “no tirar el voto”, porque un punto más a C's sobre el 15% que le auguran las encuestas les podría suponer diez diputados más y convertirlos en decisivos.
Además de las encuestas, la dirigente de UP Carolina Bescansa recomienda echar una hojeada a otro indicador fiable para saber por donde irán los tiros. “Es el carómetro”, dice, “la cara que se les va poniendo a los candidatos”. Su ocurrencia servirá para describir el resultado de la batalla entre UP y el PSOE por la primera posición en la izquierda. Sánchez confía en derrotar a las encuestas e Iglesias en superar a los socialistas y ganar al PP incluso en la Comunidad Valenciana.
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