
El Comité Federal del PSOE ha ratificado el "no" a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, aunque Susana Díaz y otros dirigentes regionales (el valenciano Ximo Puig no asistió porque tenía jornada de reflexión con los miembros de su gobierno) responsabilizaron a Pedro Sánchez de facilitar la gobernabilidad, incluso poniendo condiciones sociales fuertes a una eventual abstención si Rajoy suma los apoyos necesarios. En su intervención inicial Sánchez fue tajante al afirmar que votarán "no", es decir, "ni voto favorable ni abstención". En todo caso le corresponderá a él quemarse si la investidura exige un cambio de posición.
"Lo que no puede exigir Rajoy al PSOE es nuestro apoyo. Los españoles nos han situado en la alternativa. Y la alternativa al PP no es la política del PP. Así de sencillo y así de claro. Que se busque otros aliados". El líder socialista ha querido dejar claro que no sólo les corresponde el papel de oposición, sino, sobre todo, que son la alternativa. "Esa es la clave", ha señalado antes de manifestar el compromiso de "intentar aglutinar al mayor número posible de representantes del pueblo español para hacer posible un cambio real de las políticas desde el ejercicio leal y democrático de la oposición parlamentaria".
El dirigente socialista ha evitado la autocrítica sobre los malos resultados del 26J y ha atribuido a la fortaleza del PSOE la resistencia al 'sorpasso'. Los españoles saben que las transformaciones y el progreso está unido históricamente al Partido Socialista y a la socialdemocracia, ha dicho antes de afirmar que la coalición Unidos Podemos sólo ha servido para que siga gobernando la derecha. En este sentido ha subrayado que el sorpasso de Anguita fracasó en su día "y el hijo político de Anguita", en referencia a Pablo Iglesias, "también ha fracasado".
Si para Sánchez la coalición IU-Podemos fue el producto de la caída del voto de estos últimos por la decepción de muchos electores ante el rechazo de Iglesias de un "gobierno de cambio progresista", el resultado del 26J ha demostrado que "no van a poder acabar con el PSOE" como han intentado con su alianza táctica con la derecha. "En las peores condiciones el PSOE ha resistido", dijo entre aplausos. Con el patriotismo de partido ha soslayado el análisis del resultado y ha considerado lamentable la acusación de miedosos y cobardes lanzada por los epónimos de UP contra el electorado de izquierdas. "Iglesias vive mejor con Rajoy, pero quienes le votaron, no", dijo en este punto.
Sánchez afirmó también que Rajoy "no ha hecho nada en dos semanas, pero sí nos ha dicho que le resolvamos el problema antes de agosto para irse de vacaciones". Dijo que el jefe del Gobierno en funciones "tiene mimbres suficientes entre sus afines ideológicos" para ser investido presidente y le exigió que "asuma su responsabilidad, diga si se presenta y ofrezca un programa, pero que no espere que nosotros le resolvamos su problema". Se mostró dispuesto al diálogo con el candidato del PP, "pero para saber si está dispuesto al pacto educativo, a recomponer el Pacto de Toledo sobre las pensiones, al avance de los derechos sociales, al pacto contra la violencia de género y a la reforma de la Constitución".
Se registraron cincuenta intervenciones, comenzando, como suele ser habitual, por la dirigente andaluza Susana Díaz, quien apostó por el "no" a Rajoy en la primera votación, aunque manifestó que el PSOE es una fuerza responsable y, llegado el caso, le corresponde a Sánchez gestionar la situación. "No somos muleta ni soporte de nadie, sólo de los intereses de España", subrayó antes de atribuir el mal resultado al tactismo y la desfiguración del proyecto y apostar por recuperar desde la oposición las señas de identidad como alternativa. En términos parecidos se pronunciaron el extremeño Gillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández quien criticó con gran dureza el "plan B" del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, sobre la eventual independencia de Cataluña con un referendo a la canadiense y reclamó la revisión de la relación del PSOE con el PSC, si bien, en la réplica, Sánchez consideró que el modelo "es el adecuado".
Las críticas más duras llegaron del presidente de Aragón, Javier Lamban, quien en un contexto meramente descriptivo invitó a Sánchez a seguir el ejemplo de Almunia y Rubalcaba ante los malos resultados. Ambos dirigentes dimitieron. Pero sobre todo Eduardo Madina, quien comentó a cuartopoder que no aspira a la secretaría general aunque apoyará la alternativa que surja frente al actual dirigente, realizó una intervención que algunos consideraron excesivamente cruel, en la que aprovechó la alusión a los dos años de mandato para echar cuentas: "En los 700 días que Sánchez lleva al frente del partido hemos perdido un voto por minuto".
De puertas afuera, varios miembros del Federal se mostraron de acuerdo con Madina en plantear un catálogo de condiciones para abstenerse en la segunda votación si fuera necesario. "Desde luego no me veo votando 'no' a Rajoy con EH-Bildu, Podemos y ERC", dijo a este diario. La mayoría descartó la posición de José Antonio Pérez Tapias y Andrés Perello, afines a la corriente de Izquierda Socialista, de buscar un posible acuerdo con UP y C's si el PP fracasa. La guerrista histórica Matilde Fernández pidió unidad y coherencia interna para no infligir más daño a los militantes y electores socialistas. La impresión general fue que tras el "no" inicial a Rajoy será Sánchez el que se que se queme. De momento al del PP le corresponde buscar y sumar apoyos, y como dijo el secretario general de Catilla y León, Luis Tudanca, "esperemos que tenga tiempo entre el final de la Eurocopa, hoy, y el comienzo de los Juegos Olímpicos".
¿Quien dice que pondrá precio a la investidura? Eso es una invención del periodista.