La moción de censura de UP contra Rajoy cohesiona al PSOE

El reciente anuncio de Unidos Podemos de que tiene intención de presentar una moción de censura contra el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, ha tenido dos consecuencias claras de alcance político inmediato. En primer lugar, que todos y cada uno de los Grupos del arco parlamentario han coincidido en considerarla un movimiento "táctico" de la formación morada y como tal lo han recibido, bien rechazándolo, como el PSOE o C's o poniendo su táctica encima de la mesa, como ERC, que promete voto favorable a cambio de que le apoyen el referéndum en Cataluña y, a ser posible, la independencia del resto de España. La segunda consecuencia ha sido la capacidad que ha tenido para poner de acuerdo a todo el PSOE y a los tres candidatos, representantes de las tres facciones en liza, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López. No ha habido un solo militante o dirigente en la levantisca familia socialista que no rechace de plano la oferta de Unidos Podemos de presentar esa moción de censura.

No hay que ser muy listo para llegar a la conclusión de que el principal damnificado, de haber calado la estrategia de los de Pablo Iglesias, no sería precisamente el presidente Mariano Rajoy, contra el que no podrían sumar una mayoría, sino el PSOE, porque esa moción de censura no concretada, pretendería poner en la picota a los socialistas, cualquiera que fuese su respuesta. Tiene UP un amplio abanico de argumentos con los que acusar al PSOE de no ejercer su labor de oposicón al PP y, al mismo tiempo, tratar de dividirlo internamente, buscando que, en plena campaña de primarias, unos se posicionasen a favor de votar a favor de esa moción de censura y otros en contra. La respuesta del PSOE y de todos sus aspirantes a secretario general ha sido muy similar: denunciar que es una estrategia a mayor gloria de Iglesias y mostrar su rechazo, porque tiene por objeto -argumentan los socialistas- tratar de dividir aún más y de pescar en el río revuelto del PSOE.

Curiosamente, el efecto causado por el anuncio de UP ha sido el contrario al pretendido y, lejos de ahondar en las discrepancias y el enfrentamiento abierto, sus distintas facciones están unidas o, al menos, han respondido de forma idéntica: rechazar y denunciar lo que piensan que pretendía ser un "golpe bajo" de los de Pablo Iglesias. Éste parece ser, por el momento, el único punto en el que están abiertamente de acuerdo todos los aspirantes a la Secretaría General del PSOE. En todo caso, esa unidad de criterio es tan solo un espejismo que no se puede interpretar como un paso adelante en la futura integración del PSOE, tras la celebración de sus elecciones primarias. Pero sí es una respuesta defensiva, que ha puesto de acuerdo a toda la familia socialista. Susana Díaz y Patxi López son los que más distancias marcan con UP, pero el aspirante Sánchez, al que sus rivales acusan de estar próximo a la formación morada y ser favorable establecer acuerdos de gobierno con ellos, ha sido también claro y se ha alineado con el resto de sus compañeros en una idéntica estrategia defensiva frente a UP. Los de Iglesias tendrán que seguir intentando buscar grietas por las que erosionar al PSOE y será misión de futuro secretario general seguir haciéndoles frente, para evitar una nueva sangría de votos que huyan despavoridos hacia la formación morada.