CONFLUENCIA VASCA El cónclave se celebra este fin de semana con duros reproches entre afines y críticos con Urizar

Eusko Alkartasuna afronta su congreso dividida por la confluencia en EH Bildu

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Imagen de archivo de los líderes de Sortu, Aralar, Alternatiba y EA, sellando con un apretón de manos el acuerdo para la confluencia vasca. / Efe

La izquierda se reinventa. Ante el auge de alternativas de extrema derecha, del maquillaje neoliberal en nuevas formaciones y de la caída de la socialdemocracia en toda Europa, la izquierda busca fórmulas para disputar la hegemonía al neoliberalismo. Tal y como vimos en las elecciones presidenciales galas con la Francia Insumisa de Mélenchon o en la configuración del sujeto político de los comunes en Cataluña, así como previamente en el acuerdo entre Podemos, IU y otras formaciones y movimientos que dio lugar a Unidos Podemos, la confluencia entre distintos partidos políticos junto a personas independientes y movimientos sociales es la fórmula que parece que se está desarrollando desde las distintas izquierdas. En Euskadi, la izquierda independentista también sigue su proceso de confluencia entorno a EH Bildu, hasta ahora una coalición electoral entre los abertzales de Sortu, Eusko Alkartasuna (EA), Aralar y Alternatiba, que pretende conformarse en un sujeto político estable, más allá de un acuerdo de cara a los diferentes comicios. 

Estos cambios siempre generan tensiones en el seno de los partidos implicados. El modo en el que se integran las distintas partes, la fórmula jurídica que se elija y el grado de integración y fusión en el nuevo sujeto político crean resistencias en las formaciones existentes. Normalmente, una parte de la militancia está más a favor de la confluencia, la otra, de mantener la identidad del partido y conservar unas siglas, unos modos y una historia. Todo ello, acompañado de las luchas por el poder internas, por el control de la organización que, en estos debates, proponen modelos de partido diferentes. Basta recordar las difíciles negociaciones entre Podemos e IU hasta que se consiguió la coalición electoral de Unidos Podemos, los dimes y diretes entre Podem y Un Pais En Comú, en el que todavía no han entrado a formar parte los primeros, o las múltiples disputas que se dieron en la conformación de las candidaturas de confluencia municipalistas del 2015. En EA, este debate se ha encarnizado en las últimas semanas y con esta fuerte tensión afrontan su Congreso este fin de semana, el 3 y 4 de junio.

Los reproches, por parte del sector crítico, apoyado por el exlehendakari Carlos Garaikoetxea, a la actual dirección, encabezada por el secretario general, Pello Urízar, que se presenta a la reelección, son constantes. Entre las críticas, le advierten de que la visibilidad de EA ha descendido desde que participa en la coalición EH Bildu y que, en el nuevo sujeto político, esta invisibilidad se acrecentaría. Temen que EH Bildu se convierta en un partido único que absorba a las actuales formaciones. La izquierda abertzale, Sortu, es mayoritaria en la coalición y creen que, con la llegada de independientes del mundo abertzale, EA tendrá menos peso. Además, critican a Urízar la falta de participación interna y de transparencia, así como de medidas para el empoderamiento de las mujeres dentro del partido. Desde el sector oficialista, niegan la mayor. Los partidarios de Urízar argumentan que todas las decisiones sobre este aspecto que se han tomado en los últimos años han sido aprobadas por los órganos competentes y 90 miembros de la Asamblea Nacional de EA firmaron un manifiesto mostrando el apoyo al secretario general.

Desde el sector de Urízar consideran que ha habido mucho tiempo para hablar de todos los temas en las asambleas que han tenido lugar en los distintos territorios. Además, en el Congreso se elegirá nueva dirección y se enmendarán las ponencias políticas y organizativas. Entre las propuestas, elegir al próximo equipo directivo por primarias, unas primarias que, de demorarse en el tiempo, podrían solaparse con la asamblea fundacional del nuevo sujeto político surgido de la confluencia, EH Bildu. EA podría llegar a esa cita descabezada, e incluso no integrarse en EH Bildu, de momento, si se diera el caso. Las fuerzas entre oficialistas y críticos están muy igualadas, y no se atreven a negar la posibilidad de escisión desde ninguna de las partes tras el Congreso.

“Toda apuesta nueva genera incertidumbre, la incertidumbre genera temor, sensación de pérdida del control de la situación, y esta corriente que se ha creado está basada en el miedo a ese futuro. Yo, al contrario, creo que dar entrada a personas que no procedan de partidos es positivo”, explica el secretario general de EA, Urízar, a cuartopoder.es, refiriéndose a la postura de los críticos, que tienen reticencias sobre cómo se está desarrollando la confluencia.

Por parte del sector crítico, Iratxe López de Aberasturi relata a este medio: “Estamos poniendo encima de la mesa que apostamos por una coalición plural, protestamos porque se parece más a una estructura de partido único y creemos que los votantes serían muchos menos de este modo”. Aunque nadie ha puesto encima de la mesa la disolución de los partidos existentes, de hecho, los líderes del resto de partidos que conforman EH Bildu lo han negado abiertamente, desde el sector crítico no confían. “EA es imprescindible para la pluralidad de la coalición, tenemos que seguir existiendo, porque aportamos la visión socialdemócrata al nuevo proyecto”, asegura. Sin embargo, Urízar subraya: “No vamos a una fusión, vamos a un encuentro de actores diversos, un proyecto que se ha ido construyendo desde el 2009 y al que se ha ido sumando gente”.

Otra de las cuestiones que critican desde el sector de López de Aberasturi es que no se ha desarrollado el suficiente debate sobre la cuestión de la confluencia. “Dentro del partido hay diferentes visiones y hemos puesto de manifiesto que no ha habido suficiente debate”, dice, añadiendo: “Me preocupa que por prisas o decisiones no del todo consensuadas, no desarrollemos una herramienta que es necesaria y que es la única para seguir dando pasos”. Por su parte, Urízar argumenta todo lo contrario.  “Hay suficientes mecanismos internos para expresar las opiniones, desde el 2015 hemos desarrollado debates comarcales, sectoriales, se ha permitido que toda la gente dé su opinión”, asegura el secretario general.

Unas diferencias que se enfrentarán en el Congreso de este fin de semana. De lo que salga de este Congreso, dependerá el futuro de EA, y también, en parte, el futuro del nuevo sujeto político en el que se quiere conformar EH Bildu. Sin embargo, para aclarar los objetivos de la nueva EH Bildu, el resto de secretarios generales de las otras formaciones han asegurado que en ningún momento se ha planteado la disolución del resto de formaciones para conformar un único partido. Por su parte, desde el sector crítico plantean abiertamente no entrar en el nuevo sujeto político, no formar parte de él y, más adelante, hacer una coalición con los mismos. Eso rompe la hoja de ruta del resto de partidos. La guerra política, este fin de semana, está casi asegurada en el seno de EA.

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