El día en que votar volvió a ser peligroso

BARCELONA.- Dos antidusturbios de la Guardia Civil llevan en volandas a una señora de avanzada edad. Ella levanta las manos, en son de paz, mostrando las palmas, vacías. Su rostro denota tranquilidad, la calma de quien no tiene nada que demostrar, de quien ha cumplido con su deber, de quien no tiene el poder para cambiar la situación establecida. Mira a la cámara, o eso parece, como con complicidad. La delicadeza de este cuerpo endeble por el paso de los años contrasta con lo robotizado de los trajes de los antidisturbios, preparados para la violencia, para la guerra. Los cascos evitan percibir la profundidad de sus miradas, chalecos antibalas, guantes, porras, armas... Al fondo de la instantánea se observan más agentes en corrillos comentando lo inexplicable, quizás, algún chascarrillo, quizás. Otros mantienen el tipo, firmes, con la mirada perdida entre los manifestantes. En el suelo, algunos claveles perdidos, pisoteados por botas policiales. En primer plano, en el hombro izquierdo del antidisturbio que sujeta a la mujer por los pies, la insignia española, o el motivo de la violencia que ha cubierto hoy Catalunya.

Quizás la imagen no tenga la calidad que merece, la baja resolución no permite percibir con total claridad todos los matices del momento. Puede ser la imagen del día, una de tantas fotografías de un día histórico en Catalunya. Venimos diciéndolo, después del 1-O nada volverá a ser igual políticamente ni en Catalunya ni en el resto del Estado español. Las imágenes de la brutalidad policial contra el catalanismo quedarán por siempre grabadas en la retina de muchos. "Nos van a obligar a llegar donde no queremos llegar", dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el día 15 de septiembre en un acto de partido en Barcelona. No querían hacerlo, pero lo hicieron, la policía española cargando sin contemplaciones contra manifestantes pacíficos de todas las edades. "Porras contra urnas", describe el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en TV3. "Esto no es una democracia", asegura Bart Laeremans, uno de los observadores internacionales desplazados en Catalunya para el 1-O y abogado y diputado belga.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en su comparecencia desde el Palacio de la Moncloa, se muestra tajante y defiende la proporcionalidad de la actuación policial de hoy. Mientras tanto, la prensa internacional prioriza la violencia desatada por las fuerzas de seguridad españolas en sus portadas digitales. "Centenares de heridos en los disturbios catalanes", abre la web de la BBC. "Caos en Cataluña", titula la CNN, culpabilizando de esto al Gobierno español. Le Monde, en Francia, destaca las palabras de Puigdemont que hacen referencia a la "violencia injustificada". "La votación catalana trae la violencia", destaca el diario italiano "La Reppublicca".

Diversos medios independientes de Catalunya se han coordinado para crear la Agència UO y narrar, alejados de la barrera españolista o del independentismo oficial, la jornada del 1-O. Cooperativas de periodistas, periódicos independientes, radios comunitarias, organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y asociaciones de informadores llevan a cabo esta tarea durante el día de hoy. A las 15:30 horas el número de heridos ascendía, según informan estos profesionales, a 844 personas. Entre ellas, hay al menos una persona herida de gravedad por impacto de bala de goma. El uso de este material antidisturbio, las pelotas de goma, está prohibido en Catalunya desde el año 2014, cuando el Parlament aprobó una normativa que impedía esta práctica a los Mossos d'Esquadra.

El exdiputado de la CUP en el Parlament, David Fernàndez, ha recordado esta normativa una vez que una persona ha resultado herida de gravedad por un disparo de una pelota de goma. La mayoría de partidos catalanes han condenado las acciones policiales de hoy. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha llamado "cobarde" al Gobierno de Rajoy y ha apelado a la esperanza de echarle del Gobierno. El líder de Catalunya En Comú, Xavier Domènech, en la misma línea ha dicho: "Catalunya ha respondido como un único pueblo reafirmando su soberanía y libertades frente a un gobierno indigno al que hay que echar". El líder de Podem, Albano Dante Fachin, ha calificado a Rajoy de "cadáver político". El vicepresident, Oriol Junqueras, ha asegurado que después de la jornada de hoy "Catalunya saldrá como país independiente".

La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón, uno de los pesos pesados del PSC ha pedido la dimisión de Rajoy, Miquel Iceta, por su parte, ha pedido elecciones tanto en Catalunya como en España. Todas las fuerzas de izquierdas y soberanistas del Estado piden el final de Rajoy, salvo los de Pedró Sánchez. Todas las miradas puestas en el PSOE. Su secretario de Organización, José Luis Ábalos, ha hecho un llamamiento a la calma y ha culpado de lo ocurrido al Gobierno y al Govern. No han valorado los socialistas las actuaciones policiales. Fernando Martínez Maíllo, el coordinador general del PP, se ha referido a un hecho aislado en el que un padre con su hijo a hombros se resistía a dejar de hacer frente al cordón policial. Ha asegurado que los policías han cargado motivados por provocaciones. Salvo en algún caso aislado, no ha sido así.

Miles de personas han pasado la noche en los colegios electorales, custodiándolos de la policía que tenía órdenes de precintarlos. En la Residencia de Ancianos situada en la Plaça del Poble Romaní en el barrio barcelonés de Gràcia hoy, finalmente, no se ha podido votar. Los electores que tenían este centro asignado lo han hecho en un colegio cercano. En el barrio de Gràcia, hasta el momento, no ha habido violencia policial. Este combativo barrio se ha volcado con el referéndum. Los vecinos de madrugada han bajado zumos, dulces y butifarras recién hechas para los que acampaban. Como llovía, la gente ha traído a las puertas de la residencia varios paraguas. Las personas con diversidad funcional y los mayores han votado los primeros. Los bomberos se han solidarizado con los manifestantes creando cordones frente a los policías en distintos puntos de Barcelona.

La gente ha cedido el internet de sus casas, a través de cables que bajaban desde las ventanas, para que fuera utilizado en los centros de votaciones. Algunos taxis y tractores de los agricultores que se vienen manifestando en las ciudades los últimos días han sido utilizados para cortar el tráfico y el paso de la policía. Los músicos han bajado a las puertas de diferentes colegios electorales para hacer más amena la espera. Las muestras de solidaridad, los cuidados mutuos, la convivencia vecinal y la cooperación han sido las constantes de toda la jornada. Anoche, en la acampada de la Plaça del Poble Romaní se montó un improvisado cine al aire libre. Los asistentes a la proyección de "Una noche en la ópera" de los Hermanos Marx reían a carcajadas conjuntamente. Una calma tensa se mascaba en el ambiente. Los juegos de mesa han entretenido a miles de personas durante la noche en Catalunya.

"No creo que la policía cargue contra la gente indefensa, no dejan de ser servidores públicos", decía uno de los acampados más veteranos. "Hoy, la Guardia Civil y la Policía Nacional en Catalunya han actuado más como fuerzas militares ocupando un país extranjero que como servidores públicos", explicaba un joven a su grupo de amigos en el Col·legi Univers, también en Gràcia, donde una cola inmensa esperaba para votar durante toda la mañana. El periodista Jordi Évole escribía en redes sociales: "Los que idearon este plan para evitar el referéndum, igual no saben que lo que han provocado es que hoy Cataluña se vaya definitivamente". Nada volverá a ser igual. Hoy fue ese día en el que votar volvió a ser peligroso.