Podemos centra su estrategia en quebrar la última pata del régimen del 78: la monarquía

Podemos cree que el conflicto en Cataluña abre una gran ventana de posibilidad para acabar con 'el régimen del 78' y espera aprovechar la ocasión a medio plazo. Los principios republicanos y federales han estado en latentes en la formación política desde su comienzo, pero, a diferencia de IU, no se habían manifestado de manera explícita. Hasta este lunes. La carta que Pablo Iglesias envió a la militancia dibuja el ideal de una España “social, republicana y federal” construida a través de un proceso constituyente. “Empieza a emerger la república como programa, no solo como principio”, sostienen fuentes cercanas al secretario general, quienes creen que la monarquía es el último consenso básico de la Constitución que queda por romperse.

Hay tres acuerdos clave en la Constitución del 78 que sostienen el sistema actual, según estas mismas fuentes. Uno es el consenso territorial autonómico, quebrantado por la puesta en marcha del artículo 155 en Catalunya para intervenir las instituciones catalanas, y otro es el consenso social, ya fracturado anteriormente. “La implicación de la monarquía en la ruptura de los dos consensos hace imposible que en España sigamos como estamos y hay que plantearse en serio un proceso constituyente”, argumentan en Podemos. No es casualidad que la formación morada haya comenzado a llamar despectivamente 'bloque monárquico' a PP, PSOE y Ciudadanos, fuerzas que a su vez se autodenominaron 'bloque constitucionalista' con el objetivo de dejar fuera del marco de legalidad a Unidos Podemos.

La forma del Estado no ha sido una de las prioridades de Podemos hasta la fecha, aunque se suponía el poso republicano entre sus miembros. Iglesias ha mantenido una relación en muchos momentos cordial con Felipe VI. El monarca fue el primero que supo, a través de Iglesias, su propuesta de un Gobierno con Pedro Sánchez de presidente y él mismo como vicepresidente. Pero las palabras del rey tras la consulta del 1-O fueron un punto de inflexión. “Nefasto” fue el calificativo que utilizó el secretario general para referirse al discurso del monarca.

Podemos cree que el rey se ha alineado completamente con el Gobierno del PP en la cuestión catalana. El rechazo es mutuo: Felipe VI ha hecho ronda de contactos para buscar soluciones al conflicto catalán con los dirigentes políticos, como Pedro Sánchez y Albert Rivera, líderes de la segunda y la cuarta fuerza en el Congreso, pero ha dejado fuera a Podemos, la tercera más importante, según informa el diario 'El Independiente'. Los morados consideran que solo les queda una confrontación directa con 'la triple alianza', que se ha reeditado con el apoyo de los socialistas a la aplicación del artículo 155 en Catalunya.  "Somos la única fuerza estatal de oposición al PP", repiten desde las filas del partido de Iglesias.

Preocupación interna por la recepción del discurso fuera de Catalunya

Podemos plantea el proceso constituyente como oposición a la reforma a la Carta Magna que ha propuesto el PSOE con el beneplácito del PP. La idea de hacer bandera del proceso constituyente ha agitado a algunos sectores del partido. Voces críticas del grupo parlamentario creen que este no es el momento de hablar de un proyecto de estas características fuera de Catalunya, donde el discurso todavía no cala. Además, temen caer en “la retórica vacía” porque consideran que es necesario empezar por hablar de cambios constitucionales concretos que hasta ahora no están encima de la mesa.

Las críticas se enmarcan en un malestar en algunos sectores de Podemos por que en muchas partes de España no se entienda su tesis de la tercera vía –un referéndum pactado y con garantías-- como solución al problema catalán. Tres de las cuatro encuestas publicadas en los últimos días dan el sorpasso de Ciudadanos a Podemos en la intención de voto. Es cierto que el partido morado se ha opuesto a la hoja de ruta del Govern y ha advertido a Carles Puigdemont del error que supondría realizar una Declaración Unilateral de Independencia (DUI), aunque ha reservado sus críticas más duras para el Gobierno de Mariano Rajoy, el PSOE y Ciudadanos, a quienes acusa de “pirómanos” del conflicto. Por ello, desde el PP y PSOE han arremetido contra ellos por "aliarse con los independentistas".

Algunas fuentes del partido admiten que “se podría haber comunicado mejor”, aunque hay un consenso generalizado en la formación morada para defender una solución dialogada al conflicto catalán, a favor del derecho a decidir de Catalunya para decidir, pero en contra de que el 1-O se trate un referéndum vinculante que justifique una DUI. Estas misma voces reconocen la posibilidad de que Podemos salga herido en las próximas encuestas y que su postura no sea reconocida en el resto del Estado español a corto plazo, pero confían en que la sensatez se acabe imponiendo y que su propuesta acabe viéndose como la única solución posible al conflicto catalán.

Carolina Bescansa, cesada de la comisión constitucional

Podemos ha movido ficha en la Comisión Constitucional, que en su día se encargará de reformar la Carta Magna. La dirección del grupo parlamentario de Unidos Podemos ha decidido que la portavoz del partido morado en el Congreso, Irene Montero, pase a formar parte de dicha comisión, a costa de la salida de la cofundadora de la formación, Carolina Bescansa, quien renunció a su puesto de dirigente y a presentarse en ninguna lista por su desacuerdo con el enfrentamiento Iglesias-Errejón en la Segunda Asamblea Ciudadana Estatal.

La propia Montero ha fundamentado el cese de Bescansa en que la Comisión Constitucional --un órgano fundamental en la actividad parlamentaria en funcionamiento desde 2016-- ha tomado una especial importancia y, por ello, precisa de un representante de la dirección del partido morado. Podemos mantiene como portavoz adjunto a Manuel Monereo, mentor de Iglesias, y, como adscrita, a la diputada Auxiliadora Honorato. Como portavoces figuran el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; y el dirigente Íñigo Errejón. También se encuentran en la comisión el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech; el gallego Antón Gómez-Reino, de En Marea, y el diputado de IU Ricardo Sixto.

El cambio se produce solo unos días después de que Bescansa manifestara su preocupación por la desmovilización del voto de Podemos, también del PSOE, durante una reunión del grupo parlamentario de Unidos Podemos. "Me gustaría un Podemos que hablase más a España y a los españoles, y no solamente a los independentistas", ha indicado en los pasillos del Congreso tras su cese. La dirigente mantiene que el conflicto catalán y el problema territorial del Estado son dilemas separados, con soluciones diferentes. De hecho, cree que la resolución del primero pasa por unas elecciones autonómicas y que el segundo debe solventarse, entre otras cosas, con un cambio de "una injusta ley electoral" que le permite al PP tener mayoría absoluta en el Senado para bloquear cualquier cambio constitucional.

Bescansa es más partidarias de trabajar en medidas concretas, como la reforma del Senado; una forma de ir aterrizando la idea de proceso constituyente para todo el Estado. No obstante, la experta en sociología y análisis electoral ha confirmado que, a pesar de haber sido cesada como vocal, seguirá colaborando en los trabajos relativos a la reforma constitucional.