«Cárcel para los golpistas» y críticas al Gobierno en el acto españolista de Madrid

“Puigdemont a prisión”, “viva España” o “contra el nacionalismo” son algunos de los lemas que han resonado este sábado en la Plaza de Colón, en Madrid, en una concentración por la defensa de la unidad de España y la Constitución frente a “la impunidad de los golpistas”. Miles de personas han acudido al encuentro, convocado por la Fundación de la Defensa de la Unidad de España (DENAES) –vinculada al partido ultraderechista VOX--, aunque la asistencia ha sido menor que el pasado la del pasado 7 de octubre, cuando esta misma entidad consiguió reunir a unas 50.000 personas. Aunque también se ha criticado al Gobierno de Mariano Rajoy, no han faltado a la cita la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado.

Una marea de banderas españolas ha ondeado este medio día en una concentración que sumaba a pocos miles de personas, una cifra que no ha podido ser acotada por este medio debido a que la Delegación del Gobierno y la Policía no han suministrado datos. Solo unas horas después de que el Parlament haya declarado la República catalana independiente y el presidente haya convocado elecciones para el 21 de diciembre, los manifestantes han exigido “cárcel para los golpistas” catalanes y han dirigido duras proclamas para el Govern. También ha habido espacio para incidir en que “los políticos que han reaccionado tarde y mal” en el conflicto catalán y la frase “Rajoy, traidor” podía leerse en los carteles de algunos de los asistentes.

Los discursos que han acompañado a la concentración han sido pronunciados por el líder de VOX, Santiago Abascal, así como por el presidente de Intereconomía, Julio Ariza, y el periodista Luis del Pino, entre otros. El político de extrema derecha ha defendido la detención de Puigdemont, el Govern y “la ilegalización de los partidos que tienen como objetivo romper España”. A su juicio, “no basta con el artículo 155 de la Constitución”, sino que “hace falta que se aplique el Código Penal con toda contundencia contra los golpistas” y que se restablezca la legalidad “al precio que haga falta”. Algunas de las personas que le escuchaban le han contestado coreando “presidente, presidente”.

El presidente de Intereconomía ha aprovechado su intervención para arremeter contra el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, por decir que “no existe una controversia con el tema de la educación en Cataluña”. Con gritos de “fuera” y “dimisión”, algunos de los manifestantes han respaldado las palabras de Ariza. “Su educación es una educación para el odio y la independencia, la nuestra es una educación para la libertad y la unidad de todos. Y esa es una gran controversia, ministro”, ha apostillado el empresario.

A pesar de los mensajes críticos con el PP y la presión al Gobierno que emanaba del encuentro, entre los asistentes ha sido posible ver a Cifuentes y Casado, que han ofrecido declaraciones a los medios de comunicación. “Probablemente ayer fue el día más triste de la democracia española”, ha indicado la presidenta de la Comunidad de Madrid, quien ha asegurado que en este mes y medio antes de la celebración de las elecciones “el Estado va a hacer que se vuelva a cumplir la ley y que todos los catalanes puedan acudir a votar con garantías”. Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del partido del Gobierno ha manifestado que “Catalunya no es independiente” y que “España sigue unida”.

La concentración, que ha comenzado a las 12h00 del mediodía y ha acabado una hora después, ha transcurrido en un ambiente festivo. Música de Rafhael y de El Canto del Loco amenizaba el inicio del encuentro y, para sellar la cita, los asistentes han bailado al ritmo de la canción “Viva España” de Manolo Escobar. Unos minutos antes los organizadores pedían atención para escuchar el himno de España, que resonaba tras las últimas palabras de Abascal: "Viva Cataluña, viva el rey, viva España".  En ese momento, la muchedumbre agitaba sus banderas, mientras guardaba un escrupuloso silencio.