Barcelona pierde la Agencia Europea del Medicamento, pero no sólo por el ‘procés’

Andan a la gresca entre el gobierno de Mariano Rajoy y el independentismo catalán con nuevos motivos que les asisten. La versión gubernamental del fiasco de la candidatura de Barcelona como sede de la Agencia Europea del Medicamento tiene una lectura más que previsible: “El desafío independentista ha espantado tanto a inversores como a iniciativas de cualquier tipo”. En las filas secesionistas, en cambio, tienen claro que “la capacidad de seducción y no digamos ya la influencia del Estado y sus más altas instancias en las instituciones europeas es una broma”.

Sin embargo, diversos representantes de Asuntos Exteriores, pese a admitir que  “la situación creada por el secesionismo no ayuda”, atribuyen el “chasco” final a la estrategia negociadora de Italia “y a sus malas artes”, según palabras de uno de los encargados de monitorizar negociaciones, alianzas y posibles movimientos de los aspirantes y de los participantes en la votación de ayer.

Uno de los españoles encargado  de seguir de cerca esas negociaciones y las posibles fugas de votos, esbozaba ayer tarde una primera sonrisa de triunfo, cuando creía que, con el posicionamiento inicial manifestado por los votantes, la candidatura de Barcelona iba a pasar el primer corte sin problemas… ¡santa inocencia!

Minutos después, una llamada desde Malta le borraba la sonrisa de un plumazo. Sin rencores, no es nada personal, pero Italia ofrecía por debajo del mantel un cambio de cromos muy interesante: inmigración por votos… Los tres votos malteses, con los que contaba la candidatura de Barcelona  (o eso creían sus promotores) se esfumaban y, según los cálculos de estos “contadores de votos”, alguno más de los que manifestó previamente su inclinación por Barcelona, acabó inclinando los votos hacia Milán. Pese a los esfuerzos del gobierno, del Rey y del sursuncorda, cayó en la primera votación. Al final, con o sin marrullerías, los italianos tampoco consiguieron llevarse el gato al agua, o la Agencia a Milán. Para España se queda el… ¿orgullo? de haber sido la candidatura con la mayor calificación técnica… El que no se consuela es porque no quiere.

Aquí, en España y Cataluña, se quedan también la polémica, los reproches cruzados y la decepción.